11 de septiembre: «Enseñar la Patria»
Los y las invitamos a abordar el “Día del maestro y la maestra” desde una mirada de género: un afiche, propuestas de actividades por nivel educativo y para conversar en familia, con materiales complementarios para volver a pensar nuestro pasado como nación.
La colección “El género de la Patria” es una apuesta a conocer y reflexionar sobre la historia desde una nueva agenda de derechos, una oportunidad para profundizar el nexo entre efemérides y democracia.
Por esta razón, les proponemos pensar este día tan importante para la educación argentina, para las maestras y los maestros, como un proceso más amplio que contó con el aporte de muchísimas mujeres, entre las que destacamos a Juana Manso, quienes dejaron su impronta en el perfil singular que fue adquiriendo el sistema público educativo en nuestro país.
Si las efemérides contribuyen a enhebrar nuestra pertenencia a la nación y cumplen un rol decisivo en la construcción de la vida en común, no es posible pensarlas sin considerar el lugar que han tenido las mujeres en la historia argentina.
El 11 de septiembre de 1888 murió Domingo Faustino Sarmiento en Asunción del Paraguay. Lo prolífico de su obra no deja de asombrar y de generar debate. Muchas de sus biografías lo presentan como un autodidacta que luchó de forma inclaudicable, desde la gestión pública, contra el analfabetismo y en pos del progreso de la Nación: un Sarmiento pedagogo, creador de escuelas y precursor de la formación de maestros y maestras. Sus detractores objetan el carácter extranjerizante de sus ideas y su rechazo manifiesto a los rasgos culturales nativos de un territorio que se encontraba en proceso de organización.
Sarmiento, nacido en San Juan en 1811, tuvo una intervención destacada (y polémica) en la política y la cultura argentina del siglo XX. Fue presidente de la nación entre 1868 y 1874; previamente formó parte de la Campaña del Ejército Grande, una alianza heterogénea liderada por Urquiza que puso fin a la experiencia de Rosas al frente de la Confederación Argentina. Mantuvo fuertes controversias y, en ocasiones, enfrentamientos con buena parte del elenco dirigente (del que también formó parte) de aquellos años: con Rosas, Urquiza, Alberdi y Roca, entre otros.
El siglo XIX argentino, luego de alcanzada la independencia, estuvo signado por las luchas facciosas, lo que impidió una rápida organización política a nivel nacional. La caída de Juan Manuel de Rosas en 1852 cierra un período caracterizado por las autonomías provinciales y abre la discusión sobre la forma de organizar la nación. La situación en ese entonces estaba marcada por la fragmentación política y la desarticulación de las economías regionales.
En este proceso, la educación alcanza un rol de suma importancia para la construcción de la legitimidad del poder. La preocupación central del grupo de intelectuales más influyentes de la época, denominado “Generación del 37” -entre los que se destacan Sarmiento, Echeverría y Alberdi- estaba en la necesidad de institucionalizar el orden en el territorio nacional y lograr la modernización económica, condición necesaria para insertarse en el mercado internacional.
Este grupo reunía a jóvenes liberales que se sentían responsables de la “cosa pública”. Creían en la democracia liberal y se diferenciaban de los federales rosistas y de los unitarios porteños. La “Generación”, influenciados por las ideas ilustradas europeas, se auto proclamaba heredera legítima de la patria y continuadora de los ideales de los revolucionarios de Mayo. Para ellos el pueblo debía ilustrarse para ejercer la ciudadanía, para adquirir dignidad y estímulo para el trabajo. Era condición para la democracia que el “hombre” sea libre en sus creencias y libre sea su conciencia.
Dentro de este grupo de intelectuales, Domingo Faustino Sarmiento sostenía que el atraso de los pueblos latinoamericanos se debía a la combinación entre la sangre y la cultura españolas y las indígenas, rechazando de este modo las raíces hispánicas de la naciente república. De los viajes por Estados Unidos y el contacto con el sistema educativo norteamericano, concibió muchas de sus ideas pedagógicas que luego intentará poner en práctica.
Para Sarmiento había que cambiar las costumbres, la cultura y el lenguaje para que la población se volviera industriosa, y esto se lograría a través de la extensión y obligatoriedad de la educación básica integral. Le otorgó importancia al desarrollo de las escuelas de artes y oficios e impulsó una educación racional y científica. Para él, la formación de la moral y las costumbres era la base de la estabilidad sobre la cual era posible aspirar al progreso económico y social.
Sarmiento promovió el sistema educativo formalmente más democrático de su época, al mismo tiempo que realizó una operación de subordinación y exclusión de los sectores populares. Quiso contribuir a un modelo educativo capaz de operar sobre la sociedad, modificando sus hábitos y costumbres. Por tal motivo apoyó la llegada de inmigrantes europeos a la Argentina y a la vez a las campañas el desierto que arrasaron con la población indígena.
El educador sanjuanino, apodado “El padre del aula”, escribió libros -los más célebres, en el exilio- que dejaron su impronta en la literatura autobiográfica (Recuerdos de provincia, 1851), la literatura de viajeros (Viajes, 1851) y el ensayo histórico (Facundo o civilización y barbarie, 1845). Y también en el campo de las ideas educativas, con Educación popular (1849) y otros escritos.
Entre Facundo y Educación Popular ya pueden reconocerse algunas de sus ideas centrales en materia educativa. En Facundo, Sarmiento argumentaba que el “enigma argentino”, esto es, el desenlace trágico e inesperado del proceso histórico iniciado con la Revolución de Mayo (con las guerras civiles primero y el ascenso de Rosas después) podía explicarse en virtud del protagonismo político asumido por lo que en aquel libro denominaba como campaña pastoril, en la que el caudillo riojano Facundo Quiroga era, según Sarmiento, un eminente representante. Para Sarmiento, ello se debía a que las formas de sociabilidad de la campaña resultaban hostiles a la “civilización” y constituían una prolongación de la cultura colonial. Si ello era así, era porque identificaba en la forma de asociación de la campaña (la pulpería, un verdadero espacio de politización de las clases populares rurales como muestra cualquier clásico del género gauchesco) la sede misma de la «barbarie», al obturar el desarrollo de dos dimensiones que Sarmiento atribuía al “sujeto moderno”: el productor y, sobre todo, el ciudadano.
Es en este punto de su pensamiento que Sarmiento encontraba en la escuela (entendida como ámbito destacado de la sociabilidad ciudadana) un dispositivo acorde con la ¡regeneración” de aquellas costumbres que a su entender impedían el despliegue de la “civilización”. De aquí todas sus reflexiones, en Educación popular, sobre el modo en que la formación en fila de estudiantes, el aseo, las reglas de ortografía y otros aspectos que encontraba relevantes de la vida escolar, contribuirían a formar en ciudadanía desde una temprana edad, en la medida en que niñas y niños serían, de este modo, persuadidos a asociarse con otros pero manteniendo su individualidad.
Al mismo tiempo, en Educación popular Sarmiento abogaba por una renovación pedagógica centrada en el reemplazo de los castigos y penas por formas de enseñanza basadas en el conocimiento científico de la época, a la vez que ofrecía un inventario de experiencias novedosas en Europa y en Estados Unidos no sólo en materia de enseñanza, sino también de organización del espacio escolar.
En 1868 Sarmiento accede a la presidencia. El analfabetismo una de sus principales preocupaciones; el primer censo nacional realizado en 1869 reveló que más de un millón de personas no sabían leer ni escribir, sobre una población total de 1.737.076 habitantes. Durante su presidencia, se sentaron las bases del normalismo argentino: a fines de 1869 se aprobó la ley que autorizaba la creación de Escuelas Normales y un año después se fundó la Escuela Normal de Paraná, que utilizaría de modelo para crear más de treinta Escuelas Normales entre 1870 y 1896 dedicadas principalmente a la formación de maestras.
Defensor de la liberación femenina, admirador de las mujeres educadoras, trabajadoras y liberales, Sarmiento impulsó la contratación de maestras norteamericanas para que asuman un rol protagónico en la difusión de las nuevas técnicas de enseñanza docente. Mary Gorman fue la primera de las 61 maestras estadounidenses que llegaron a la Argentina (Sarah Eccleston, Mary Morse, Margaret Collord, Jennie Howard, Frances Armstrong, Frances Wall, entre otras, llegaron después), muchas de las cuales, según cuenta Julio Crespo en Las maestras de Sarmiento, fueron formadas en un clima anti esclavista y precursor del feminismo norteamericano (de hecho, muchas de ellas fueron sufragistas). Junto con las maestras, llegaron al país 4 maestros varones, entre ellos John Stearns, uno de los fundadores de la escuela Normal de Paraná.
Las maestras norteamericanas fueron parte de un proceso más amplio que contó con el aporte de muchísimas mujeres, quienes dejaron su impronta en el perfil singular que fue adquiriendo el sistema público educativo en nuestro país. Aunque inicialmente las Escuelas Normales estaban destinadas a un público mixto, hacia 1884 comenzaron a promoverse Escuelas Normales específicamente destinadas a mujeres quienes, en cambio, no tenían acceso, en este contexto, a los Colegios Nacionales, donde se formaban las élites dirigentes.
El elenco directivo de esas Escuelas Normales, y de las escuelas donde se desempeñaron las mujeres que allí se graduaron, estaba predominantemente compuesto por varones, quienes también tenían una notable incidencia en el ingreso de las nuevas maestras al mercado laboral. No faltaron mujeres que realizaron importantísimos aportes en materia pedagógica, pero las voces autorizadas en este campo eran predominantemente masculinas. Los salarios también eran indiciarios de estas desigualdades de género.
En este proceso histórico también existieron tensiones, conflictos y contradicciones, como los que de algún modo pueden observarse en la trayectoria de una maestra destacada de aquellos años, Juana Manso (Buenos Aires, 1819 / Buenos Aires, 1875). En tanto escritora, periodista y docente, Juana Manso abrió nuevos caminos para generaciones venideras de mujeres, rompiendo moldes y expectativas sociales sedimentadas. Como Juana Manuela Gorritti, Manso inscribió el nombre de una mujer en el campo de las letras, tradicionalmente ocupado por varones.
Exiliada en el contexto del rosismo, fundó en Brasil la revista O Journal das Senhoras. Modas, Litteratura, Bellas Artes, Theatros e Critica (1852-1854), donde se declaraba abiertamente feminista. En Buenos Aires, creó la publicación Album de Señoritas. Periódico de Literatura, Modas, Bellas Artes y Teatros (1854), en la que firmaba como directora y propietaria, algo completamente inusual para una mujer en esos años. Asimismo, brindaba conferencias (en más de una ocasión fue agredida por sus ideas contrarias al dogmatismo religioso), asumiendo para su voz una autoridad intelectual que la hacía merecedora de la escucha por parte de un auditorio, en otro gesto novedoso para las mujeres en este período.
Sus aportes al sistema público educativo fueron muchísimos, pero no igualmente reconocidos que los de Sarmiento, aun cuando ambos trabajaron en común y formaban parte de un mismo proyecto pedagógico (el programa ilustrado de educación popular). Algunos de estos aportes pueden leerse en la Revista Anales de la Educación Común, de la que también fue directora entre 1865 y 1875; o reconocerse en el modo en que impulsó las ideas pedagógicas de Johann Heinrich Pestalozzi y Friedrich Fröebel e introdujo ideas afines a la educación de la primera infancia recuperando la experiencia de los jardines de infantes surgidas dentro del círculo de Horace Mann y Mary Peabody, con quien tenía, al igual que Sarmiento, un vínculo epistolar fluido.
Con Sarmiento, Juana Manso trabajó a la par en la construcción de los primeros andamiajes del sistema público educativo ya que fue la primera mujer en integrar el Consejo Nacional de Educación. Promovió una educación mixta y plural, sin distinción de clases sociales, y con particular interés en el derecho de las mujeres tanto al acceso a la escolarización como a los cargos decisorios dentro del sistema. Respecto a la formación docente, luego de crear la Asociación de Maestras, un espacio para intercambio de experiencias pedagógicas, elevó en 1874 a la Legislatura de Buenos Aires un proyecto de Ley Orgánica de la Enseñanza Común que buscaba profesionalizar la formación docente, mejorar salarios, incrementar las vacaciones y regular las designaciones.
Se podría decir, entonces, que Juana Manso pudo desplegar como maestra, pero también como una de las principales forjadoras del incipiente sistema público educativo argentino, un conjunto de acciones que desafiaron los lugares tradicionalmente asignados para las mujeres, esos mismos lugares que ya en su exilio en Brasil creía necesario poner en entredicho, cuando afirmaba que “la inteligencia de la mujer, lejos de ser un absurdo o un defecto, un crimen o un desatino, es su mejor adorno, es la verdadera fuente de su virtud y de la felicidad doméstica porque Dios no es contradictorio en sus obras y cuando formó al alma humana, no le dio sexo”.
Vista retrospectivamente la historia de Manso, se podría afirmar, entonces, que el 11 de septiembre constituye la efeméride en que reconocemos a maestras y maestros que, con su trabajo cotidiano, forjan a la educación popular argentina, entendida como un proyecto colectivo que pretende transformar el mundo para ganar más espacios de libertad y para interrumpir la reproducción de las desigualdades sociales de todo tipo, entre ellas, las de clase y las de género.
La celebración del “Día del maestro y la maestra”, cada 11 de septiembre, recupera la figura de Domingo Faustino Sarmiento en función de su relevancia histórica y la centralidad de sus aportes a la educación pública argentina. Su impulso a la creación de escuelas, la organización de un sistema educativo, el debate de métodos y orientaciones pedagógicas, encuentra en Juana Manso una protagonista original y complementaria, que desarrolla una voz propia en la defensa de los derechos de las mujeres y su reconocimiento en el ámbito educativo.
Cada 11 de septiembre se celebra en las escuelas el “Día del maestro y la maestra” en reconocimiento a los aportes de Domingo Faustino Sarmiento a la educación pública argentina. Es una fecha en la que reconocemos también el trabajo que realizan los y las docentes en todo el país, quienes llevan adelante diariamente la tarea educativa en las escuelas. Esta conmemoración resalta la figura de Sarmiento, a quién se le ha otorgado el título de “Padre del aula”, pero también a muchos y muchas educadores y educadoras que con sus aportes contribuyeron a pensar y construir la educación pública argentina.
En este material se destaca las figuras de las maestras norteamericanas que llegaron a nuestro país gracias al impulso y la decisión de Sarmiento, como Mary Gorman y Sarah Eccleston, entre otras, y que emprendieron la tarea de formar a los maestros y maestras que el sistema educativo público necesitaba, con aportes e ideas pedagógicas de vanguardia. También destacamos la figura de Juana Manso, una mujer fuera de lo común que rompió con los estereotipos de su época, al igual que Juana Manuela Gorriti. Sus ideas de avanzadas sobre el rol que debía ocupar la mujer en la vida pública a mediados del siglo XIX, o el acceso a la educación tanto de hombre como mujeres, la llevaron a confrontar con las ideas establecidas de gran parte de la sociedad.
La educación pública en nuestro país es fruto de un proyecto colectivo y sostenido a lo largo de los años donde resultó fundamental el esfuerzo y la dedicación de muchas mujeres, por lo general invisibilizadas por la historia. Celebrar cada 11 de septiembre implica recuperar sus nombres, sus aportes y trayectorias para, así, reconocer a quienes han dedicado su vida a “Enseñar la Patria”.
Para la realización de aquellas actividades que requieren de una tarea de indagación e investigación, se sugiere seleccionar algunos de los recursos propuestos en la sección Materiales complementarios para orientar a los alumnos y las alumnas en sus búsquedas.
Primer ciclo
En 1915, sus restos fueron depositados en el Panteón del Magisterio, en el cementerio de la Chacarita, luego de estar varios años en un cementerio inglés. En la actualidad, muchas escuelas llevan su nombre; su obra es nuevamente editada y su nombre comienza a ser más familiar, aunque aún muchas personas siguen desconociendo su historia.
Se propone que los alumnos y las alumnas analicen la frase con la que Juana Manuela Gorriti despide a Juana Manso y la relacionen con su trayectoria: ¿por qué piensan que Gorriti se expresó de esta forma al despedir a Juana? ¿cuál era la situación de las mujeres en esta época en relación al acceso a la educación y a los derechos políticos y sociales? ¿cómo es la situación actual? ¿qué legados dejó Juana Manso para pensar la igualdad de género? Por otro lado, se sugiere que indaguen cómo se recuerda a Juana Manso en la actualidad, su presencia en los actos escolares, en la localidad en que viven (monumentos, nombres de calles, escuelas, etc.). ¿Tiene para ustedes el reconocimiento que merece por sus aportes a la educación y a la sociedad en general? ¿dee qué otra forma se la podría recordar y recuperar sus legados?
Se propone que los alumnos y las alumnas busquen información sobre las historias de vida de algunas de las maestras y maestros norteamericanas que llegaron a nuestro país entre los años 1868 y 1893: sus nombres, las tareas a las que fueron destinadas, las provincias en las que vivieron, y las dificultades que atravesaron. ¿Fueron bien recibidas? ¿cómo fue su vínculo con las maestras argentinas y con las familias? ¿en qué consistían los métodos pedagógicos que intentaron implementar? ¿fue importante su legado para la educación de nuestro país? ¿por qué? En la actualidad algunas escuelas llevan sus nombres. Se sugiere, en función de este dato, que indaguen dónde se ubican dichas escuelas, cuáles son las maestras con mayor presencia y por qué.
El 11 de septiembre, consagrado como el “Día del maestro (y, según se propone en este material, de la Maestra)”, es una fecha que permite reflexionar sobre la importancia de la educación popular en la historia y en el presente de nuestro país. Es por esta razón que en las actividades se reflexiona sobre los sentidos asignados a la educación en la cultura argentina y su relación con los debates políticos que tuvieron lugar en la segunda mitad del siglo XIX; el protagonismo de las mujeres en la construcción de una educación común y los modos en que a través de la escuela y otras instituciones educativas podemos pensar nuestro mundo social. Se trata así de indagar de qué modo estamos implicadas e implicados en la historia que se conmemora en esta efeméride.
En base a este pasaje, se proponen las siguientes actividades:
a) que las y los estudiantes analicen, en base al tipo de preguntas (y al personaje que elige indagar), qué entiende Sarmiento por “civilización y barbarie”. ¿Qué lugar le asigna Sarmiento a la educación en este cuestionario?
b) si tuvieran que armar un cuestionario para analizar la situación política y social en tiempo presente: ¿elegirían las mismas preguntas que Sarmiento? ¿cambiarían todas o algunas? ¿cómo incluirían a la escuela en ese listado? ¿a quiénes entrevistarían? ¿qué preguntas relativas al “género de la Patria” abordarían?
c) Sarmiento fue criticado a lo largo de la historia argentina por quienes consideraban que su concepción de la civilización y la barbarie era demasiado condescendiente con la cultura europea y demasiado estigmatizante respecto de las culturas nativas. De hecho, un intelectual importante del siglo XX, Arturo Jauretche, escribió en Manual de zonceras argentinas que “civilización y barbarie” es la “madre de todas las zonceras argentinas”. Sugerimos que las y los estudiantes investiguen sobre las críticas que ha recibido Sarmiento en torno a las ideas de “civilización y barbarie” y debatan si permiten comprender nuestra historia o si en cambio resultan insuficientes y, por ende, hay que atender a sus críticas.
d) Finalmente, se propone que las y los estudiantes armen una galería de imágenes -fotos, pinturas, murales- que permitan reflexionar sobre la civilización y barbarie en tiempo presente. ¿Qué imágenes asociarían con la civilización y con la barbarie? ¿por qué?
Conversar en familia sobre el 11 de septiembre, fecha en la que celebramos el “Día del maestro y la maestra” y conmemoramos a Domingo Faustino Sarmiento, es una oportunidad para establecer un diálogo entre generaciones y reflexionar sobre la educación, la vida en común, las nociones de Patria e Identidad. Los y las invitamos a acompañar a los niños, las niñas y los y las jóvenes en la realización de las actividades propuestas por nivel.
El pasado siempre se piensa en tiempo presente, por este motivo el abordaje de la historia argentina incorpora algunas preguntas y problemáticas que nos atraviesan en la actualidad como sociedad. A continuación, se proponen algunas actividades para realizar en familia y conversar sobre nuestra historia, incorporando una mirada de género.
Compartimos algunos materiales para enriquecer y complementar esta propuesta exploratoria para pensar el Día del Maestro.
Zamba en la casa de Sarmiento - Pakapaka
Sarmiento está construyendo su máquina del tiempo y nos invita a viajar con Zamba a su casa natal en la Provincia de San Juan, donde nos esperan aventuras extraordinarias.
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Juana Manso , detrás de las palabras -Archivo Histórico RTA
Este capítulo de "Argentina Doc" está dedicado a la profusa e intensa vida de Juana Manso. Con comentarios de David Viñas y Gabriela Mizraje, material de archivo y fragmentos de películas que recrean el siglo XIX, este documental, protagonizado por Lidia Catalano, nos propone transportarnos a los albores de la historia nacional a través de quien fuera una de las primeras luchadoras por la educación y la emancipación de la mujer en el Río de la Plata.
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Juana Paula Manso es una de las más distinguidas luchadoras argentinas. En esta nota contamos las razones, su amistad con Sarmiento y su defensa de la educación para la mujer.
Juana Manso: se dice de mi - Canal Encuentro
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9 de julio y género: «Escribir la Patria»
Los y las invitamos a abordar la Independencia desde una mirada de género. Un afiche, propuestas de actividades por nivel educativo y para conversar en familia, con materiales complementarios para volver a pensar nuestro pasado como nación.
Juana Manso. Especial Seguimos Educando
Compartimos una serie de materiales y recursos sobre la vida y obra de una de las más distinguidas luchadoras argentinas y sus diferentes roles como escritora, periodista, traductora, feminista y educadora.
Sitio web Juana Manso
Un recorrido por su vida y obra haciendo hincapié en hitos de su biografía acerca de quién fue y los distintos roles que asumió, como mujer traductora; mujer periodista y escritora; mujer feminista; mujer educadora y funcionaria pública.
Pioneras: Juana Manso
Juana Manso (1819-1875). Fragmento del episodio: Mujeres viajeras, de la serie producida por Canal Encuentro
Sarmiento, Historia de vida
Sitio web de la Dirección General de Escuelas de la provincia de Mendoza.
Museo Histórico Sarmiento
El Museo abre el espacio “Colección Digital” como herramienta para proporcionar un acceso universal, beneficiar y agilizar el conocimiento de su colección, y a su vez, brindar a investigadores, historiadores, académicos un mayor acercamiento.
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1Sarmiento, D. F., Facundo, Córdoba, EDUVIM, 2016, pág. 123
2 Man, L. y Dávila, P (coords.) Trabajo docente, perspectiva de género y educación: la perspectiva de género en la educación: trabajo docente y educación, Buenos Aires, Confederación de Educadores Argentinos, 2009.
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Publicado: 04 de septiembre de 2020 Última modificación: 28 de septiembre de 2020
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