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Carlos Trilnick: Experiencias de aprendizaje en entornos de convergencia digital

En un momento en que la cultura joven se inclina por las pantallas y la iconografía, y en que la escuela experimenta con la computadora, las nuevas tecnologías e internet, conversamos con Carlos Trilnick, quien hace tiempo viene desarrollando programas de capacitación docente en lenguaje audiovisual e interactivo. “La idea es generar una interrelación dinámica entre los contenidos curriculares y los contenidos específicos de la enseñanza de diseño audiovisual”.


14022007¿Quién es Carlos Trilnick?

Artista argentino dedicado a la fotografía, cine, video e instalaciones. Exhibe sus obras desde 1980. Es profesor titular de la materia Taller de Diseño Audiovisual I, II y III, de la carrera de Diseño de Imagen y Sonido, de la Universidad de Buenos Aires, y profesor de Medios Expresivos I y II de la carrera de Diseño Gráfico de la misma universidad. Director del Grupo de Investigación y Diseño en Cultura Digital, un equipo dedicado a trabajar la relación entre arte y educación.

Visitando el sitio del Grupo de Culturas Digitales podrán ver videos y producciones multimedia hechos por alumnos y docentes:Científicos locosun video hecho por chicos de la sala de 5, otro de Biología por alumnos de primer año, que experimentan sobre lo que le pasa a un apio cuando se lo deja reposar en un vaso de agua con tinta negra, entre muchos otros proyectos.


—Con el Grupo de Culturas Digitales llevan adelante acciones –de educación formal y no formal– destinadas a promover el uso de las nuevas tecnologías. ¿Qué objetivos tienen sus proyectos?

—Sí, formamos un grupo con Jidith Faifman y Damián Zantleifer, que son los codirectores, y un grupo de jóvenes docentes en medios digitales, en su mayoría egresados de las carreras de la facultad de Arquitectura de la UBA. Somos profesionales de los campos de la educación y del universo audiovisual, nos interesa la investigación y el diseño con soportes digitales, el desarrollo y la inclusión social y cultural, y la innovación educativa. Con las nuevas tecnologías podemos generar proyectos, vínculos; por ejemplo, investigaciones en conjunto entre escuelas de distintas partes del país y del mundo. Siempre y cuando la tecnología no sirva sólo para saludarse y reírse por la cámara web.

En los lugares donde realizamos Talleres de Producción en Medios Digitales intentamos dejar capacidad tecnológica y metodológica instalada, que no dependan de nadie, que los proyectos sigan. Trabajamos sobre posibles usos creativos de las cámaras web y del software libre que está en internet. La idea es lograr darle un uso expresivo y didáctico a una tecnología que pareciera no tener más utilidad que para lo que fue fabricada.

—¿Cómo sería un uso creativo de la cámara web?

—Por ejemplo, acabamos de regresar de de la ciudad de Ushuaia –Tierra del Fuego– donde realizamos un Taller de Video y Medios Digitales dirigido a 21 alumnos de escuelas medias. Durante ese taller los chicos hicieron unas animaciones increíbles con cámaras web.

Con un profesor de Física y Química de la escuela de Usuahia tuvimos todo un día de asesoramiento para ver cómo podría hacer él para que se visualicen fenómenos físico-químicos a través de animaciones simples, con plastilina, con muñecos o con recursos que hay allí en la naturaleza.
Cuando el chico, en este caso, logra hacer una animación, visualiza el proceso físico-químico y retiene los conocimientos, vuelve a ver muchísimas veces el video y se torna un especialista. Se lo muestra a la familia, lo puede subir a internet, porque son de muy bajo peso.

La variante de aplicar esta tecnología (que muchas veces ya se encuentra en los colegios o bien puede ser comprada por 25 pesos) es útil para los profesores cuando ven que los alumnos están un poco dispersos o cansados del trabajo. Es posible agregarles a las cámaras web un software muy simple y generar un interés nuevo del alumno sobre los temas que se están trabajando. Otra variante es hacer talleres de expresión libre y no sólo de animación dibujada; se pueden hacer animación con el cuerpo, con objetos, muñecos y otros medios, además de trabajar en dinámica de grupos y en la elaboración de trabajos colectivos.

Hay que tener en cuenta que cámaras de video hay muchas y de distintas calidades, y que la escuela no siempre tiene que estar trabajando sobre los cánones de la televisión profesional. Antes la tecnología de la cámara de video era inaccesible, hoy no.

—En el Instituto Talpiot instalaron un Laboratorio de Medios donde los alumnos producen multimedia relacionada con los contenidos curriculares. Los alumnos no sólo aprenden a manejar el lenguaje audiovisual sino que pasan de leer materiales preparados por otros a ser productores y diseñadores de contenidos. ¿Qué han logrado?, ¿mejoraron lo que venían haciendo antes en la escuela?

—Sí. Por ejemplo, hicimos una experiencia para el área de Ciencias Sociales con chicos de secundaria en las fábricas recuperadas. Fuimos a una fábrica, hicimos reconocimiento del lugar y las primeras entrevistas (que no se filmaron). Luego los chicos elaboraron los cuestionarios para las siguientes entrevistas. No es lo mismo ir una vez a una fábrica que ir tres veces a filmar: la relación con los interlocutores es muy profunda, muy seria. No es lo mismo hacer una visita guiada a la fábrica y que te cuenten que ir a filmarlo, elaborar las entrevistas, editar los videos, etc. Fue una forma muy buena de conceptualizar los saberes.

El chico está aprendiendo de la convivencia con algo que está pasando a veinte cuadras de la escuela. A veces desde la escuela no se logra absorber el contexto más próximo.

—¿Cuál es la impronta de estas experiencias en los chicos?

—Por un lado, el laboratorio logró la integración entre los chicos. Por ejemplo: un chico que presentaba conductas violentas dentro de la escuela, y al que siempre se lo separaba del aula, empezó a trabajar en los proyectos del laboratorio, a hacer dibujos, etc., y a partir de allí logró un trabajo cooperativo con el grupo. Es como si hubiera encontrado su lugar en el mundo. Doy este ejemplo porque creo que una de las características del Laboratorio de Medios es generar un grupo de trabajo: varios chicos trabajando en un solo proyecto.

Por otro, hace que el docente libere la carga de tratar de lograr que la materia sea interesante durante todo el año, y genera un conocimiento que el alumno no olvida más. Es difícil que el alumno vuelva a la carpeta a revisar un trabajo; en cambio, con la producción audiovisual es una vuelta permanente al trabajo: el alumno quiere mostrarlo, se siente orgulloso. Trasciende el marco escolar sin que el chico se dé cuenta, porque además después sabemos que lo suben a internet y lo ven con sus amigos, sus primos, etcétera.

También hacemos desayunos de trabajo con los padres, les enseñamos a usar tecnologías portátiles y damos consignas y guías de trabajo para trabajar en conjunto con la familia. Por ejemplo, señales de tránsito en la ciudad, qué significan, en qué estado están, si hay suficientes. La investigación la realizan padres y chicos. Luego es genial ver a chicos de segundo grado decidir qué va a quedar en el video de todo el material que registraron.

De esta forma, y sobre metodología que prioriza la expresión y el trabajo colectivo por sobre la enseñanza meramente tecnológica, el alumno descubre y reconoce estructuras discursivas de la imagen y de la imagen en movimiento; se prepara para desarrollarse más plenamente como ciudadano en una sociedad caracterizada por el uso indiscriminado de los mensajes visuales y sonoros.

—En general, el problema de implementación de estas experiencias es que no todos los docentes manejan las nuevas tecnologías. Pero ustedes previamente capacitaron en multimedios a todos los docentes del colegio, los de Laboratorio y los docentes de área. ¿Cómo es la respuesta de los docentes?

—Talpiot ya lleva tres años de experiencia. Empezamos en los niveles Inicial y Primario. Durante el primer año nosotros llevamos los proyectos porque las maestras no tenían muy claro qué tipo de experiencias visuales y audiovisuales desarrollar. Pero en el segundo año fueron ellas las que plantearon qué proyecto desarrollar dentro del laboratorio, ayudadas por nosotros. Yo creo que ahí se produce el clic y todo cambia: el docente ya no se siente disminuido porque el alumno sabe más de tecnología que él.

La capacitación que abordamos es fundamental. Pero no es para que el profesor sepa operar todo el software, las cámaras o la infinidad de recursos digitales disponibles, sino para que conozca y entienda cuál es el potencial expresivo de cada uno de los recursos que se están utilizando y cuál es la capacidad que tiene el alumno (según el nivel) para operar esos recursos tecnológicos. No enseñamos a utilizar software por sí solo, sino que vamos tomando de cada programa lo que nos es útil para cada proyecto. Y el resultado es que a lo largo de los años los chicos saben trabajar con casi todos los programas sin haber hecho un curso específico de cada uno.

El secreto de lo digital no esta en dividir los recursos y tratar de entenderlos uno por uno: su esencia está en la interacción entre saberes, conocimientos y potencialidades tecnológicas.

Por otro lado el joven de hoy tiene una capacidad increíble de leer en capas, de leer en simultáneo. Son asombrosos los trabajos que realizan. Los chicos tienen adentro un universo increíble; lo que pasa es que hay que entender que si filmó o fotografió un chico de 4 años, es una cámara de un chico de 4 años, es su forma de mirar, es un punto de vista característico de su edad. Además, tanto la escuela como la universidad deben ser lugares de juego, de experimentación de prueba.

—Siempre se les pide a los chicos que puedan integrar los saberes para mejorar los aprendizajes, pero en la mayoría de las escuelas se trabaja desde la fragmentación, cada maestro en su área. ¿Cuáles son las estrategias que manejan para lograr la integración y el aprendizaje del equipo docente?

—Es que yo tengo un principio —que traigo de 20 años de docencia universitaria en la FADU, UBA — que es trabajar sobre proyectos. Hablamos de la imagen, contextualizamos los temas, pero cuando empezamos a hablar profundamente de la imagen hablamos desde la producción que trae el alumno. Es importantísimo estudiar desde la práctica.

En el caso de los docentes de Talpiot hacemos lo mismo. Por ejemplo, vamos con los docentes a la reserva ecológica y las maestras filman. Desarrollan un proyecto: ¿qué es lo que quiero decir de la reserva, qué es lo que quiero comunicar? En base a eso se captura la imagen, con una estrategia de cámara determinada (duración de planos, ubicación de cámara), luego editan su propio video, le agregan texto, gráfica y lo sonorizan. Se hacen 5 clases en las que cada maestra realiza su video. Toda la capacitación está puesta en función de un proyecto, cómo puede llevarlo adelante con la tecnología disponible en cada colegio. En este proceso es donde se comienza a entender la posibilidad de integrar conocimientos de diferentes áreas en un proyecto común.

Los objetivos de capacitación también se extienden a técnicas que tienen que ver con el desarrollo de proyectos colectivos grupales para internet. La capacitación se centra en cómo el aula se puede representar en internet y en cómo darle una alternativa pedagógica a las tecnologías on line. Los que venimos del campo audiovisual sabemos de las posibilidades del trabajo en equipo, cada uno con su responsabilidad para generar un solo producto. El desarrollo de estas actividades y de la página web de la escuela es útil para acercar los universos de las diferentes áreas de trabajo.

—Las culturas digitales han cambiado mucho en estos diez últimos años. Es claro que a partir de Web 2.0 los docentes se sienten más cerca de la Web que antes. ¿Qué ventajas cree Ud. que ofrece la Web 2.0 a las escuelas?

—Sin duda que ahora es todo más fácil. Yo empecé a trabajar con tecnologías analógicas que vistas en perspectiva resultan primitivas. Pero creo que en este proceso de cambios estamos a mitad de camino. A partir de las primeras cámaras de video portátiles (de mediados de los años 60) se hablaba de una incipiente democratización de los medios de comunicación, de una utopía comunicacional que no se cumplió totalmente, pero podemos ir en ese camino utilizando tecnologías y medios digitales. En este sentido plataformas como la Web 2.0 plantean un usuario más activo, con mayores posibilidades de trabajo participativo. Que la escuela esté conectada a la Web es genial, pero si hay algo para decir. Si solamente se la utiliza para búsquedas por internet que simulan escenarios de investigación -que muchas veces son ficticios–, o para enviar mensajes de texto más rápido, se estarán desperdiciando potenciales recursos expresivos y educativos.

Creo que el sistema educativo debe empezar a generar nuevas metodologías, programas y estrategias, porque aparentemente todo lo que son nuevas tecnologías se desarrolla del timbre para afuera. Por ejemplo: la prohibición de utilizar telefonía celular en el ámbito escolar, en lugar de pensar en proyectos que integren estas tecnologías que el estudiante lleva al colegio y que son de uso cotidiano. La idea es incluir y no prohibir.


Fecha: Febrero de 2007

 

Ficha

Publicado: 14 de febrero de 2007

Última modificación: 08 de junio de 2023

Audiencia

Docentes

Área / disciplina

Ciencias Naturales

Nivel

Secundario

Categoría

Entrevistas, ponencia y exposición

Modalidad

Todas

Formato

Texto

Etiquetas

cultura digital

universo audiovisual

nuevas estrategias didácticas

tecnología portátil

Autor/es

Verónica Castro

Licencia

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