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Alcances y desafíos del nuevo paradigma educativo

A partir de la sanción en 2006 de la Ley de Educación Nacional, el Estado enfrenta por primera vez el desafío de garantizar a todos los jóvenes el acceso a la escuela y su permanencia durante 13 años. 

El objetivo de la escuela secundaria inclusiva es que funcione como real formadora de ciudadanos, que prepare para el trabajo y para la continuidad de los estudios superiores. Es una política del Estado nacional y de los estados provinciales, que garantiza a cada adolescente y joven el derecho de asistir, permanecer y terminar la escuela.

Completar la secundaria es un derecho de todos los argentinos. La escuela es el espacio donde la sociedad transmite y recrea su herencia cultural, el lugar que posibilita que los individuos se reconozcan como sujetos de derecho. Es una de las mayores herramientas de justicia social que posee el Estado, porque la educación es el elemento igualador de la sociedad, hace que todos tengan las mismas oportunidades.



Las aulas siempre dejan huella. La foto de los compañeros del último curso, el abrazo de un profesor que causó impresión, la chispa por la ciencia, la tecnología, el lenguaje o la historia que se despertó en alguna materia.

La secundaria es el ámbito donde los adolescentes se relacionan con sus pares, aprenden a respetarse y valorarse, y pueden compartir sus problemas. Muchas veces, la escuela es el lugar en donde los jóvenes empiezan a proyectar su futuro… y a hacerlo presente.

Secundaria obligatoria

La secundaria fue establecida como una instancia educativa obligatoria en 2006 por la Ley 26.206 de Educación Nacional. De ese modo, en este nuevo paradigma educativo que reconoce la importancia de que todos y todas accedan a una formación plena, se agregaron desde 2007 tres años a los diez obligatorios que establecía la anterior Ley Federal de Educación, promulgada en 1993.

La ley de 2006 determinó el retorno a la escuela primaria y a la secundaria pública y gratuita, que habían sido quebradas en más de 50 modelos durante la década del 90. Además, el artículo 9 de la ley establece que el Estado debe dar al sistema educativo un financiamiento mayor del 6 por ciento del producto bruto interno (PBI).

Inclusión en marcha

La escuela, en su rol de formadora ciudadana, tiene hoy el desafío de incluir a todos los argentinos en sus aulas, de evitar el fracaso escolar y de generar propuestas de enseñanza acordes con las trayectorias escolares reales de chicas y chicos. Porque para que sea realmente garante de justicia social debe resultar accesible al total de la población. En ese camino, una sociedad crítica e informada sobre las herramientas de inclusión educativa será el mejor de los signos.

Entre las principales estrategias para fomentar la inserción y permanencia, el Gobierno nacional, a través del Ministerio de Educación de la Nación, puso en marcha el Plan de Finalización de Estudios Primarios y Secundarios. Vigente desde 2008, el plan ya permitió que más de 300 mil jóvenes y adultos terminaran sus estudios. Su objetivo es brindar acompañamiento de tutores y profesores a los estudiantes que estén en este proceso de preparación de materias para terminar sus estudios. Está dirigido a jóvenes de entre 18 y 25 años y jóvenes adultos mayores de 25 que no terminaron la secundaria.

Norma Mamaní es la madre de Yanet Gutiérrez, alumna de una Escuela de la localidad de Payogasta, provincia de Salta. Aquí nos cuenta que está terminando su último año del secundario y su hija le enseña poco a poco a usar la netbook. Todo aquello que no logra entender en clase, con ayuda de Yanet, lo busca en Internet. 


Otra de las estrategias de inclusión en la escuela fue la creación de la Asignación Universal por Hijo, que alcanza a más de 3,5 millones de chicos menores de 18 años. Esta asignación busca asegurar que los niños y adolescentes asistan a la escuela, se realicen controles periódicos de salud y cumplan con el calendario de vacunación obligatorio, ya que éestos son requisitos indispensables para cobrarla.

Experiencia en Ciudad EvitaUna madre jefa de hogar, cinco hermanos de Ciudad Evita y dos netbooks. Una historia de chicos que se esfuerzan día a día para salir adelante. En un contexto difícil, contagian a sus familias mucho más que la pasión por las nuevas tecnologías.

Conectar Igualdad

Para promover la reinclusión de los jóvenes y el efectivo logro de aprendizajes, el Ministerio de Educación de la Nación desarrolla estrategias de integración de las TIC a través del Programa Conectar Igualdad, con el fin de fortalecer los procesos de enseñanza en las aulas y garantizar la terminalidad secundaria de todos los jóvenes de nuestro país.

En el mundo actual, las TIC pueden contribuir significativamente para garantizar el derecho a la educación de los jóvenes. En nuestro país, el Programa Conectar Igualdad y la incorporación de las netbooks en la educación conllevan una potencialidad muy grande para el aprendizaje y la enseñanza. El mundo en el que vivimos es muy diferente del de unas décadas atrás. Surgen nuevos trabajos, oficios y actividades que no existían antes; el conocimiento no se encuentra solamente en las aulas, sino en espacios de conocimiento que surgen en las sociedades en red.

De aquí la necesidad de que los jóvenes puedan contar con herramientas cognitivas y competencias que les permitan accionar de modo crítico, creativo, reflexivo y responsable para aplicarlos a diversos contextos y entornos de aprendizaje, así como construir conocimiento relevante basado en ellos, proceso en el que la escuela adquiere un lugar fundamental.




Objetivos para mejorar la nueva escuela secundaria

En el camino de garantizar que todos atraviesen esas experiencias y cuenten con las mismas oportunidades, las políticas públicas que orientan el mejoramiento de la secundaria tienen tres prioridades:
  1. Extender la cobertura en el ciclo básico y en el ciclo orientado de la escuela secundaria.
  2. Mejorar las trayectorias escolares de los alumnos y disminuir las tasas de repitencia, sobreedad y abandono.
  3. Promover la finalización de los estudios secundarios en la población de adolescentes, jóvenes y adultos.
Estas prioridades fueron determinadas por el Consejo Federal de Educación, compuesto por los ministros provinciales de esa cartera.


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