Narrativas transmedia: otros modos de narrar en el aula

En la actualidad, la cultura contemporánea se encuentra fuertemente marcada por los medios de comunicación audiovisuales, las aplicaciones digitales, las plataformas de streaming y las redes sociales, entre tantas otras, y cada una de ellas se ve atravesada por contenidos en diferentes formatos. Este escenario nos obliga a reconocer que existen otras formas de construir y vincularse con el conocimiento que traspasan las fronteras de la escuela y que requieren de nuevos métodos que interpelen a las y los estudiantes desde sus consumos culturales y sus modos de expresión. 

Esto no es una novedad. Lo que sí resulta novedoso son las múltiples y diversas maneras que podemos imaginar para repensar nuestras propuestas de enseñanza y aprendizaje en clave contemporánea. Desde nuestro rol como docentes, podemos diseñar propuestas inmersivas que recuperen rasgos de los objetos culturales y, sobre todo, que inviten a las y los estudiantes a participar activamente de la propuesta, interviniendo, escribiendo y produciendo. 

En este sentido, las narrativas transmedia brindan numerosas posibilidades para incorporar otros modos de narrar en el aula, es decir, otros modos de vincularse y construir conocimiento de manera significativa. Las narrativas transmedia permiten producir relatos no lineales, expandidos y basados en los intereses del estudiantado habilitando «formas alteradas» (Maggio, 2018) al jugar con ramificaciones temporales y múltiples recorridos posibles. En esta línea, Carina Lion, doctora en Educación, afirma: 

«Son estos nuevos modos de narrar; este devenir ramificado en el que cada uno/a inscribe su propia historia; los que nos ofrecen otra ventana a la construcción contemporánea no solo de conocimiento sino también de vínculos que traspasan los muros de las aulas. Estas narrativas, además, despiertan curiosidad y generan un interés genuino por participar y crear de manera autónoma y personal, aún cuando se generen construcciones que terminan siendo colectivas». (Lion, 2020)

¿Qué es una narrativa transmedia?  

El especialista en medios Henry Jenkins fue uno de los impulsores del concepto «narrativas transmedia» en un artículo publicado en Technology Review en el 2003, en el cual afirmaba que «hemos entrado en una nueva era de convergencia de medios que vuelve inevitable el flujo de contenidos a través de múltiples canales». Años más tarde, el autor definía este tipo de narrativa como: 

« (...) un proceso en el que los elementos integrales de una ficción se dispersan sistemáticamente a través de múltiples canales de distribución con el fin de crear una experiencia de entretenimiento unificada y coordinada. Idealmente, cada medio hace su propia contribución única al desarrollo de la historia». (Jenkins, 2007) 

Carlos Scolari, semiólogo argentino que continuó y profundizó los estudios de Henry Jenkins, en su libro Narrativas transmedia. Cuando todos los medios cuentan (2013), la define como una historia que se desarrolla a través de múltiples plataformas y cada nuevo texto hace una contribución específica y valiosa a la totalidad. En otras palabras, la narrativa transmedia constituye un conjunto de relatos que parten de una historia principal y luego son expandidos a través de múltiples medios y lenguajes.

Una de las características principales de la narrativa transmedia refiere a que no es la adaptación de una historia contada por un medio a otro medio (por ejemplo, trasladar la misma historia del libro al cine), sino que los diferentes medios y lenguajes participan y contribuyen en la construcción de un único y gran universo narrativo. Por sus cualidades distintivas, cada medio y lenguaje ofrece a la audiencia formas diferenciadas de ampliar los relatos y hace sus aportes desde sus características inherentes. De esta manera, Scolari plantea que el relato se expande, aparecen nuevos personajes o situaciones que traspasan las fronteras del universo de ficción. Esta dispersión textual encuentra su hilo conductor en el eje narrativo.

El siguiente gráfico, extraído del libro de Carlos Scolari, ilustra cómo se entraman los diferentes medios y lenguajes en un mismo universo narrativo.

El segundo aspecto que define a las narrativas transmedia es la participación de las personas usuarias quienes cooperan activamente en el proceso de expansión transmedia del mundo narrativo ampliando la red de personajes, sucesos, lugares, tiempos y medios. Los consumidores y las consumidoras intervienen en las historias, interactúan en comunidades de fans y se involucran en el universo narrativo de diferentes modos: desde fanfictions hasta spin-off, secuelas y precuelas. Crean todo tipo de relatos que enriquecen la historia, generan ramificaciones que amplían la línea narrativa de un personaje, se trasladan a años antes que comenzara la historia o se imaginan cómo continuará años después. Las posibilidades son infinitas.  

Características de las narrativas transmedia

Henry Jenkins (2009) elaboró siete principios para caracterizar este tipo de narrativa:

1. Expansión - profundidad: la expansión está dada por la posibilidad de cada participante de producir contenido en diversos medios y plataformas. La profundidad refiere a la ramificación de la historia principal en nuevas líneas narrativas.

2. Continuidad - multiplicidad: la continuidad es lo que brinda coherencia al relato ya que debe mantener un hilo en común a lo largo de todas las líneas narrativas. La multiplicidad es la posibilidad de acceder a diferentes miradas sobre la misma historia.

3. Inmersión - extracción: la inmersión implica sumergirse en el universo narrativo del relato mientras que la extracción traslada elementos del universo narrativo al mundo real y cotidiano de las y los lectores/espectadores. 

4. Construcción de mundos: es la expansión de las líneas narrativas de manera tal que se crea un nuevo universo con reglas y características propias a través de diferentes medios y plataformas. 

5. Serialidad: el relato principal se fragmenta en diferentes unidades de sentido que se distribuyen a través de diversos medios y plataformas, en diferentes tiempos y espacios. 

6. Subjetividad: permite conocer la historia desde múltiples puntos de vista y las diferentes perspectivas de las y los personajes. 

7. Ejecución: es la posibilidad de que las producciones de la audiencia terminen formando parte del relato original.

Desde el punto de vista de las prácticas de enseñanza y aprendizaje, las narrativas transmedia pueden constituir una estrategia pedagógica poderosa. Partiendo de las características antes mencionadas y llevándolas al ámbito educativo, podemos decir que una narrativa transmedia propone desafíos centrados en situaciones auténticas y en la resolución de problemas de la vida real por lo que interpela a las y los estudiantes en primera persona, incentivándolos a participar activamente. Además, promueve la exploración, intervención y producción de las y los estudiantes y alienta la construcción colectiva de conocimiento. Por otro lado, recupera los modos de acercarse y expresar la información propios de sus prácticas cotidianas e integra las lógicas de la cultura mediática a las prácticas de enseñanza y aprendizaje. Es, en definitiva, una invitación a acercarnos a otros modos de enseñar y aprender, teniendo en cuenta los escenarios digitales contemporáneos.

¿Cómo se hace una narrativa transmedia? 

Ahora bien, ¿cómo llevamos toda esta teoría a la práctica? ¿Cómo trasladamos estas ideas a las propuestas de enseñanza y aprendizaje? Carlos Scolari propone cuatro ejes a la hora de diseñar una narrativa transmedia: el eje narrativo, el eje mediático, el eje de la audiencia y el eje de la experiencia. A continuación, profundizaremos en cada uno de ellos. 

1. Eje narrativo

A la hora de diseñar una narrativa transmedia, lo primero que debemos hacer es crear la trama narrativa. Tenemos que partir de una historia que dispare la propuesta, por ejemplo, puede ser un objeto de la cultura contemporánea (una serie, una novela, una película, una obra de arte, un videojuego, etc.) o también podemos diseñar algo completamente nuevo. Lo importante es crear un eje narrativo principal que luego será atravesado por distintas subtramas que agregarán acontecimientos, personajes, elementos y detalles a la trama principal. 

Algunas preguntas disparadoras: 

• ¿Qué queremos contar? ¿Cuándo y dónde ocurre la historia? 

• ¿Cuántos personajes tendrá y cómo se relacionarán entre sí?

• ¿Qué objetivos pedagógicos queremos alcanzar al iniciar la propuesta con esta historia? 

2. Eje mediático

Una vez decidido el eje narrativo, hay que definir las expansiones de la historia y elegir las plataformas a través de las cuales van a circular dichas expansiones. Toda historia comienza en un medio determinado para luego ramificarse a través de otras plataformas y crear todo un universo alrededor de esa historia original. En este punto tenemos que determinar dónde, cuándo y cómo se expande la narrativa. Lo importante es comprender que cada expansión aporta contenido específico al universo narrativo y aprovecha las características específicas del medio por el que circula. Se trata de entramar soportes digitales (plataformas, redes y softwares) y analógicos (libros, juegos, obras de arte, historietas, etc.) que en su conjunto construyen un gran mundo narrativo. 

Algunas preguntas disparadoras: 

• ¿Qué elementos de la historia queremos expandir? 

• ¿Qué lenguaje se adapta mejor a lo que queremos contar? 

• ¿Qué medios o plataformas utilizan nuestras y nuestros estudiantes para ir a su encuentro? o ¿cuáles queremos proponerles para ampliar sus horizontes culturales? 

3. Eje de la audiencia

Ya tenemos la historia principal y todas las expansiones que enriquecen el universo narrativo. Ahora, es momento de pensar en la audiencia, es decir, en el eje participativo de nuestra historia. Toda narrativa transmedia se expande con la participación de las personas usuarias que generan nuevos contenidos a partir del relato original. En las propuestas educativas transmedia, las y los estudiantes son quienes asumen el rol de «translectores». Su interacción con la trama, su participación activa y sus intervenciones creativas son el eje estructurante de la propuesta. 

Algunas preguntas disparadoras: 

• ¿Qué esperamos de las y los estudiantes? 

• ¿Qué tipo de participaciones queremos proponerles? ¿Individuales, en equipo o en comunidad?

• ¿Qué formas de participación nos imaginamos? ¿Van a observar, escribir, intervenir, producir, reflexionar?

4. Eje de la experiencia

Por último, tenemos el eje de la experiencia, es decir, las acciones concretas que les vamos a proponer a las y los estudiantes para que vivencien en primera persona. Esto supone planificar cómo van a interactuar con la trama así como también cuáles serán los diferentes escenarios que intervendrán en la narración y los hechos concretos que sucederán en cada uno de ellos. Es hora de plasmar lo que efectivamente va suceder en la experiencia transmedia. 

Algunas preguntas disparadoras: 

• ¿Cuánto tiempo va a durar la experiencia?

• ¿Qué queremos que las y los estudiantes hagan? 

• ¿Qué esperamos que las y los estudiantes aprendan luego de finalizada la experiencia?

Fuentes

• Jenkins, H. (2007). Narrativas transmedia 101. Disponible en: http://henryjenkins.org/2007/03/transmedia_storytelling_101.html 

• Jenkins, H. (2009). La venganza del unicornio de origami: Siete principios de la narración transmedia.  Disponible en: http://henryjenkins.org/blog/2009/12/the_revenge_of_the_origami_uni.html 

• Lion, C. (2020). Enseñar y aprender en tiempos de pandemia: presente y horizontes. Saberes y prácticas. Revista de Filosofía y Educación, vol. 5, n° 1.

• Maggio, M. (2018). Reinventar la clase en la universidad. Buenos Aires: Paidós.

• Odetti, V. (2018). Narrativas transmedia. Montevideo: El Abrojo.

• Scolari, C. (2013). Narrativas transmedia. Cuando todos los medios cuentan. Barcelona: Deusto.