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Trabajos colaborativos mediados por tecnología

Este artículo despliega los rasgos principales del trabajo o aprendizaje colaborativo, los aspectos que se han de tener en cuenta a la hora de diseñar e implementar estas propuestas y las habilidades que promueve en las y los estudiantes. También, las posibilidades que presentan las TIC para desarrollar estas propuestas en escenarios combinados.


Los trabajos colaborativos constituyen una estrategia de enseñanza-aprendizaje que ha cobrado gran relevancia en las últimas décadas. Resignificados a la luz de los modelos combinados, adquieren una importancia aún mayor dado que permiten articular escenarios educativos presenciales con instancias remotas, así como también una administración más flexible de los tiempos y espacios y una inclusión genuina de las TIC.

¿Qué entendemos por colaboración?

Los trabajos colaborativos suponen consignas de actividades en las cuales, mediante el despliegue de distintas dinámicas, las y los estudiantes deben coordinar acciones para lograr una construcción conjunta (Caldeiro, 2013). En este sentido, el trabajo colaborativo, también denominado aprendizaje colaborativo, se produce a partir de la interacción entre individuos dentro de un grupo determinado que trabajan de manera colectiva en la construcción de conocimiento. Cuando se opta por incorporar las TIC en el proceso y se utilizan los recursos tecnológicos como mediadores de la interacción y la toma de decisiones, se habla de aprendizaje colaborativo mediado por tecnología.

Aprender y enseñar en colaboración implica que las y los integrantes del grupo compartan las responsabilidades y generen consensos. Según Litwin (2005), colaborar supone involucrarse de una manera comprometida en un continuo proceso de comunicación. En este proceso, el conocimiento se construye como condición de acuerdos progresivos hacia entendimientos comunes. En este sentido, una situación se denomina colaborativa cuando existe simetría entre las y los miembros del grupo, estos tienen una meta común y se distingue un bajo nivel de división del trabajo.

Según Johnson y Johnson (1999), los principios básicos del trabajo colaborativo son:

  • Interdependencia positiva: las y los estudiantes establecen un vínculo con sus compañeros y compañeras de grupo y detectan la necesidad de completar la tarea a partir de la coordinación de los esfuerzos.
  • Interacción promotora: se caracteriza por la ayuda que se brindan los miembros del grupo entre sí, el intercambio de recursos, el procesamiento de la información, la retroalimentación para mejorar el desempeño, la enseñanza de conocimiento y estrategias de trabajo propios al resto del grupo, etc.
  • Responsabilidad individual y grupal: cada estudiante debe comprometerse con las tareas que se le asignen, pero, a su vez, todos deben comprender las tareas establecidas para el resto, así como su sentido y pertinencia para el grupo.
  • Habilidades interpersonales: es fundamental enseñar las habilidades sociales requeridas para comprender al otro, entre ellas, la comunicación, la confianza, la toma de decisiones, la solución de conflictos, etc.
  • Procesamiento grupal: la eficacia del trabajo grupal depende de que el grupo reflexione sobre su funcionamiento de manera constante, consciente y crítica.

¿Por qué aprender en colaboración?

Tanto en la presencialidad como en los modelos híbridos, los trabajos colaborativos resultan estrategias de enseñanza-aprendizaje significativas: su valor reside, principalmente, en la centralidad que cobran las interacciones, el diálogo y la construcción social del conocimiento. Estos aspectos se potencian al combinarse con el trabajo en red, cuya implementación se ve favorecida por las posibilidades que brindan las TIC tales como la ubicuidad, la ruptura de los límites espacio­temporales, la facilidad para documentar y transparentar procesos (Caldeiro, 2013), para buscar y compartir información o elaborar colectivamente una producción en diferentes formatos.

Al respecto, Camilioni (2010) afirma que los trabajos en grupo promueven el aprendizaje activo, centrado en el o la estudiante y crean condiciones que alientan el aprendizaje profundo en tanto que los contenidos disciplinares relacionados con la tarea se aprenden a partir de la interacción con otros. En este sentido, la autora enumera las posibilidades que brindan las propuestas de enseñanza diseñadas para el trabajo en grupo en la medida que proponen operaciones cognitivas que se producen en dicha interacción. Entre ellas destaca:

  • confrontar ideas con un grupo;
  • establecer relaciones entre los conceptos a partir de la discusión entre pares;
  • seguir la ilación de diferentes razonamientos;
  • evaluar, aceptar e intercambiar argumentos y refutar otros;
  • justificar sus propias posiciones y propuestas;
  • elaborar conclusiones y ponerlas a prueba ante los demás miembros del grupo.

A su vez, la autora reconoce algunas ventajas del trabajo en grupo relacionadas con la variable del tiempo que resultan interesantes para reflexionar de cara a los escenarios combinados que, inevitablemente, requerirán otros usos del tiempo escolar:

  • Hacen posible que las y los estudiantes realicen tareas que no podrían completar individualmente por razones de tiempo, porque requieren de simultaneidad en las acciones o por su complejidad.
  • Permiten que todos los estudiantes intervengan dado que el tiempo total de trabajo se distribuye entre los grupos y, dentro de ellos, entre las y los estudiantes. De esta manera, todos cuentan con tiempo para poder participar tanto en la presencialidad como en instancias remotas.
  • Ayudan al estudiante a mantener el ritmo de trabajo juntamente con el de sus compañeros y compañeras.
  • En relación con el trabajo docente, esta estrategia libera tiempos para circular entre los grupos, realizar seguimientos periódicos tanto de manera grupal como individual, y de forma más personalizada a través de diferentes canales.

¿Cómo aprender en colaboración con TIC?

Para que se produzca la colaboración no alcanza con conformar equipos de trabajo. Además, las condiciones de la propuesta pedagógica deben favorecer este tipo de procesos. En este sentido, Gros (2011) plantea que los trabajos colaborativos mediados por tecnología dependen de tres elementos básicos: la situación de aprendizaje, la formación de grupos de trabajo y la tecnología.

La situación de aprendizaje

Según Gros (2011), los trabajos colaborativos requieren de un diseño pedagógico centrado en la actividad, en donde las consignas, los recursos y el acompañamiento docente estén subordinados a la tarea que se les propone a las y los estudiantes. Este modelo pedagógico supone que la relación con el contenido no puede producirse solamente de manera individual, sino que requiere del intercambio con otros ya que la interacción en sí misma es parte del proceso de aprendizaje. Por lo tanto, en el diseño de las propuestas, es necesario incluir instancias de interacción entre las y los estudiantes.

A su vez, en caso de integrar en las propuestas espacios virtuales ―que complementarán a los presenciales―, deberán esbozarse desde la planificación ya que serán los medios a través de los cuales se realizarán las interacciones.

Sobre el rol del docente, Litwin (2005) plantea que es posible distinguir las tareas vinculadas con el diseño de la actividad de aquellas referidas a la ayuda para su concreción. A la hora del diseño es importante delinear actividades que promuevan la participación de cada uno de los integrantes del grupo y procurar que las participaciones sean diferentes a la par que requieran procesos de trabajo en conjunto. En el desarrollo de la actividad, su rol se vincula con ordenar, orientar y guiar el trabajo, retroalimentar a los grupos, proveer recursos, enfocarse en alentar la participación y, sobre el final, acompañar a los y las estudiantes a realizar una reflexión metacognitiva acerca del trabajo realizado.

Formación de los grupos de trabajo

Según Gros (2011), la organización puede ser diversa según el contexto y las actividades. Se pueden generar grupos por afiliación voluntaria, establecerlos en función de grados de homogeneidad o, por el contrario, optar por grupos heterogéneos (en relación con los intereses, nivel de conocimiento, formación previa, etc.). Al momento de constituirlos, también es recomendable considerar el número de integrantes y el establecimiento de roles. Lo importante es que la organización sea la más apropiada para los propósitos pedagógicos y para el tipo de tarea que se les propone a los y las estudiantes.

En estas propuestas, se espera que las y los estudiantes se comuniquen entre sí y participen activamente en su grupo para cumplir con la meta común. Tienen varias responsabilidades:

  • realizar su parte del trabajo y compartirla con el resto de manera que todas y todos dominen el conjunto de la tarea;
  • intercambiar información, razonamientos y puntos de vista para fomentar la retroalimentación dentro del grupo;
  • colaborar en los procesos de dirección, toma de decisiones, comunicación y manejo de las dificultades que se presenten;
  • fijar objetivos para el corto y largo plazo;
  • revisar periódicamente su cumplimiento, identificando los cambios necesarios, con el fin de optimizar sus acciones en el futuro.

La tecnología

La tecnología que se utilice tiene que facilitar el proceso durante el trabajo y fomentar la participación. Cabe aclarar que, si bien la mera incorporación de las tecnologías no garantiza per se la colaboración, cuenta con potencialidades valiosas que pueden favorecerla. Según Díaz Barriga (2008), desde el punto de vista pedagógico, las TIC representan ventajas para el aprendizaje colaborativo debido a que permiten estimular la comunicación interpersonal, el acceso a información y contenidos de aprendizaje, el seguimiento del progreso del participante ―a nivel individual y grupal―, la gestión y administración de las y los estudiantes y la creación de escenarios para la coevaluación y la autoevaluación.

¿Cuál es el rol de las TIC?

Al igual que en el aprendizaje basado en proyectos (ABP), las TIC pueden utilizarse tanto en los encuentros presenciales con dispositivos personales como en las instancias de trabajo remoto a través de entornos virtuales o aplicaciones digitales. Deben seleccionarse aquellas tecnologías que faciliten la búsqueda y socialización de la información, que potencien los vínculos entre las y los estudiantes propiciando la comunicación y los intercambios, que vehiculicen el trabajo colaborativo y transparenten los procesos de trabajo (consignas, criterios de evaluación, etc.).

En esta línea, Rogovsky y Chamorro (2020) resaltan la importancia de centrar el foco en las instancias colaborativas que subyacen a las aplicaciones digitales, entre las que diferencian las aplicaciones que promueven la colaboración a partir de propuestas pensadas para la escritura colaborativa o la producción colectiva en diferentes formatos; las que dinamizan las comunicaciones en el interior de los equipos de trabajo y propician el intercambio de ideas y toma de decisiones, y aquellas que invitan a retroalimentar las producciones de otros, generando un ida y vuelta que enriquece el proceso de trabajo.

Referencias bibliográficas

Caldeiro, G. P. (2013). El aprendizaje en red y el trabajo colaborativo en entornos mediados por tecnología. En PENT FLACSO.

Camilioni, A. (2010). La evaluación de trabajos elaborados en grupo. En La evaluación significativa. Buenos Aires: Paidós.

Díaz Barriga F. y Morales R. L. (2008). Aprendizaje colaborativo en entornos virtuales: un modelo de diseño instruccional para la formación profesional continua. Revista Tecnología y Comunicación Educativas, 22-23(47-48).

Gros, B. (2011). Evolución y retos de la educación virtual. Barcelona: Editorial UOC.

Johnson, D. y Johnson, R. (1999). Aprender juntos y solos. Buenos Aires: Aiqué.

Litwin, E. (2005). El oficio de enseñar. Buenos Aires: Paidós.

Perkins, D. (2010). El aprendizaje pleno. Principios de la enseñanza para transformar la educación. Buenos Aires: Paidós.

Rogovsky, C. y Chamorro, F. (2020). Cómo enseñar a aprender: educación, innovación pedagógica y tecnología en tiempos de crisis. Buenos Aires: La Crujía.

Ficha

Publicado: 01 de marzo de 2021

Última modificación: 25 de agosto de 2021

Audiencia

General

Área / disciplina

Ciencias de la Educación

Nivel

Primario

Primer Ciclo

Segundo Ciclo

Secundario

Ciclo Básico

Ciclo Orientado

Superior

Categoría

Material pedagógico

Modalidad

Todas

Formato

Texto

Etiquetas

aprendizaje colaborativo

estrategia de enseñanza

estrategia didáctica

estrategia de aprendizaje

trabajo colaborativo

escenarios combinados

Autor/es

Brenda Magide

Licencia

Creative Commons: Atribución – No Comercial – Compartir Igual (by-nc-sa)


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