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Macedonio Fernández: la vida a desrumbo

Acercarse a la figura de Macedonio Fernández implica siempre descubrir algo nuevo. Filósofo, poeta y novelista, su obra ofrece una mirada inédita y sorprendente sobre la realidad que nos rodea. La imposibilidad de clasificar sus textos en alguna corriente o movimiento lleva a definirlo como un auténtico precursor de las vanguardias literarias. Ofrecemos algunas pistas para acercarnos a este autor también desde las infografías digitales.


Macedonio Fernández nació en Buenos Aires, el 1 de junio 1874. Fue abogado y doctor en Jurisprudencia, actividad que, habiendo ejercido con intermitencias durante aproximadamente 25 años, acabó por abandonar por la literatura.

Abstraído en esa sombra que bien llamó «la dispersión para siempre», esa sublime utilización de la ausencia, supo concebir la vida como «el acto perfecto de la pasión» en el que la absoluta certeza de la dificultad de dar con algo más cierto que un «sentir» lo eximió de la equívoca y desafortunada imagen que un espejo pudiera hacer de su rostro en él abandonado.

Macedonio

Jamás se preocupó por escribir con disciplina u orden, de coleccionar sus escritos, de sistematizar su pensamiento. Fue, siendo riguroso, no tanto un escritor como un pensador de lo absoluto, un sentidor del mundo que lo rodeaba. Para él, el acto de escribir se volvía un «suave encantamiento de placer-dolor, de instante de vida a desrumbo».

Y fue justamente en esa «vida a desrumbo», sucesiva o simultáneamente, en presente ausencia o en ausente presencia, con intensa gravedad o aparente levedad, ineludiblemente fragmentario y fragmentado: filósofo, poeta y novelista.

Macedonio

Fue filósofo, porque anhelaba saber quiénes somos (si es que alguien somos) y qué o quién es el universo.

Fue poeta, porque sintió que la poesía es el procedimiento más fiel para transcribir la realidad.

Fue novelista, porque sintió que cada yo es único, como lo es cada rostro, aunque razones metafísicas lo indujeron a negar el yo. (Metafísicas o de índole emocional, porque negó el yo para ocultarlo de la muerte, para que, no existiendo, fuera inaccesible a la muerte).

Perteneció, cronológicamente, a la generación modernista. Su proceder artístico original y excéntrico lo apartó de los cánones literarios tradicionales, volviéndolo ―según muchos críticos literarios― un factótum de la nueva novela latinoamericana.

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Entre sus obras principales se encuentran: No toda es vigilia la de los ojos abiertos (1928), Papeles de recienvenido (1929), Una novela que comienza (1940), Museo de la novela de la amada (editada póstumamente en 1967), obras que, cercanas a las doctrinas del creacionismo y el ultraísmo, buscaban divorciarse de la novela realista.

El objeto de su escritura fue, en última instancia, el de cuestionar la realidad misma. Consideraba su escritura como la herramienta más auténtica con que contaba para lograr el total descreimiento de la verdad o realidad que pudiera contar la novela canónica.

Acceder al documental (completo) sobre Macedonio realizado por Ricardo PigliaAndrés Di Tella (1995).

Para Macedonio, el goce del lector, en la novela tradicional o realista, consistía en la suspensión voluntaria de la incredulidad y en la identificación con los personajes y situaciones. A todo esto lo denomina, con desdén: «la alucinación». Al respecto, dice Macedonio:

«La tentativa estética presente en mi obra es una provocación a la escuela realista. El desafío que persigo culmina en el uso de las incongruencias, hasta hacer al lector olvidar la identidad de los personajes, su continuidad, la ordenación temporal, efectos antes de las causas, etcétera, por lo que invito al lector a no detenerse a desenredar absurdos, cohonestar contradicciones, sino que siga el cauce de arrastre emocional que la lectura vaya promoviendo minúsculamente en él».

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Para entender el mundo de Macedonio hay que tener en cuenta que, para él, todo cuanto es y hay es un sentir, y ese sentir no es otra cosa que lo que cada uno de nosotros ha sido siempre y será.

La mirada gráfica

¿Cómo pueden ayudarnos las nuevas tecnologías de la información en el abordaje de personajes de la complejidad de Macedonio Fernández? Utilizando información ―de fuentes confiables―, imágenes y herramientas disponibles en la Web podemos comunicar y explorar otros formatos. Ejemplo de ello son las infografías u otros tipo de representaciones gráficas.

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Para hacer una infografía, te ofrecemos este tutorial y algunas herramientas para explorar:

  • Canva: es una plataforma en línea de diseño gráfico que permite crear desde cero pósteres, collages y carteles. Los alumnos pueden utilizarla para crear una presentación o para hacer ilustraciones. Hay tutoriales disponibles para ver cómo funciona.
  • Easelly: es una plataforma en línea para crear infografías. Ofrece plantillas predeterminadas para facilitar su uso. Permite realizar presentaciones que incluyan gráficos de análisis de datos de un modo visualmente atractivo.
  • Genially: permite crear pósteres e infografías interactivas de manera muy intuitiva. Propone la utilización de diferentes perfiles de usuario, entre los cuales se puede seleccionar el de estudiante.

Imágenes 1, 3 y 4: Celeste Mandrut. Actualizado en junio de 2020.

 

 

Ficha

Publicado: 30 de mayo de 2012

Última modificación: 26 de abril de 2021

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Docentes

Área / disciplina

Literatura

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Secundario

Ciclo Básico

Ciclo Orientado

Superior

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Artículos

Modalidad

Todas

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Etiquetas

literatura

literatura argentina

Macedonio Fernández

Autor/es

Mariano Oberé

Otros contribuyentes

Mariano Oberé

Celeste Mandrut

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