Puntos de partida para armar un proyecto

Desde hace más de cien años algunos pedagogos promovieron técnicas de  aprendizaje a partir de situaciones vinculadas con su vida real, como los trabajos de John Dewey de finales del Siglo XIX, que proponía “aprender haciendo” y que luego concretó Kilpatrick como método de proyectos.

El ABP puede definirse como “una metodología didáctica que organiza el proceso de enseñanza y aprendizaje mediante la elaboración de proyectos de forma colaborativa en grupos de estudiantes (Thomas, 2000; Gülbahar et al., 2006). En esta metodología didáctica, el concepto de proyecto puede aplicarse tanto al proceso de aprendizaje que el grupo de estudiantes debe seguir como al resultado que tiene que obtener de dicho aprendizaje”. A su vez, se caracteriza principalmente por el corrimiento de los y las docentes de un rol asociado más a la transmisión de saberes, hacia un rol de facilitador de los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Según el trabajo de UNICEF “El Aprendizaje Basado en Proyectos en PLANEA” los proyectos pueden tener tres grandes finalidades: 

• Dar respuesta o solución a una situación determinada o un problema: proyectos que tienen la finalidad de proponer una solución o realizar una acción de intervención en el entorno, por ejemplo, con la realización de una campaña de concientización, o elaborar juegos para los días de lluvia en la escuela.
• Investigar o evaluar un problema, un asunto concreto o un tema complejo: proyectos que se centran en la comprensión de temas relevantes para el alumnado, por ejemplo, la contaminación de un curso de agua cercano a su escuela o la inmigración reciente en su región.  
• Diseñar, elaborar o construir un producto: proyectos en los cuales el alumnado elabora o construye algún producto concreto, por ejemplo, un modelo de motor eficiente, un modelo de puente resistente, una cúpula, una escultura o una instalación artística. 

En este video Mariana Maggio explica la potencialidad de las tecnologías para hacer proyectos educativos. 

También es interesante esta entrevista a Montserrat del Pozo.

El proyecto puede abordar directamente el tema de la lectura y escritura, como por ejemplo armar bibliotecas, ferias de libros, entrevistar a escritores, hacer clubes de intercambio de materiales, producir formatos de comunicación analógicos y digitales, entre muchas posibilidades más. Además en el desarrollo hay textos significativos que escribir, leer y publicar para llevar adelante las tareas. 

Todo proyecto puede además trabajar habilidades sociales, inteligencias múltiples, incorporar en trabajo colaborativo estudiantes con diferentes niveles, sumar a la famlia y la comunidad, etc. 

Todos estos aspectos llevan a pensar en esta modalidad de trabajo como muy interesante para explorar en el  marco de objetivos de alfabetización.