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Atentado a la Embajada de Israel en Argentina. Abordar la memoria en las aulas  

La Resolución CFE Nº 291/16, establece incorporar el 17 de marzo como «Día de la Conmemoración y el Recuerdo de la Víctimas del Atentado a la Embajada de Israel». Esta fecha recuerda el ataque terrorista de 1992, que causó la explosión de la Embajada de Israel en la Ciudad de Buenos Aires. En el atentado murieron 29 personas, hubo 242 heridos y fueron dañadas viviendas vecinas, una parroquia, un hogar de ancianos y una escuela.

 


Índice del contenido

  • ¿Qué pasó el 17 de marzo de 1992?
  • Materiales, recursos y propuestas para trabajar en el aula
    • Actividad 1. Un discurso: ¿Será justicia?
    • Actividad 2. Un lugar para recordar
    • Actividad 3. Un testimonio

¿Qué pasó el 17 de marzo de 1992?

En un nuevo aniversario del atentado a la Embajada de Israel es vital recordar esta experiencia traumática para la sociedad argentina, que por primera vez en su historia vivió un ataque que la introdujo brutalmente en la agenda del terrorismo internacional. Dos años después, en 1994, se perpetró otro atentado: esta vez contra la sede de la AMIA. En él murieron 85 personas y más de trescientas resultaron heridas. Ambos hechos tuvieron lugar en la Ciudad de Buenos Aires.

Comprender este tipo de acontecimientos es una tarea compleja que requiere no solo analizar información sino también reflexionar desde un posicionamiento ético sobre los valores que como humanidad consideramos relevantes para la vida en común.

¿Cómo procesar hechos de extrema violencia que irrumpen en la vida cotidiana? ¿Qué podemos hacer frente a la pérdida de vidas humanas? ¿Por qué es importante recordar a las víctimas? ¿Cómo enfrentar las diversas formas de violencia que buscan quebrar los lazos sociales en una sociedad? ¿Qué importancia tiene la escuela en el abordaje de estas preguntas?

Familiares y sobrevivientes lucharon junto a gran parte de la sociedad por la memoria, la verdad y la justicia. Luego del atentado, convirtieron el predio donde estaba la embajada en la Plaza de la Memoria, que en 2007 el Congreso de la Nación declaró monumento histórico. Este espacio se creó con el objeto de transmitir a las generaciones futuras lo sucedido, pero también para invitar a pensar qué hacer como sociedad para que hechos como estos no se repitan.

Cada 17 de marzo, entonces, está plaza se convierte en un lugar para recordar a las víctimas y seguir reclamando justicia.

Carlos Susevich —padre de Liliana, una de las víctimas del atentado y principal querellante en la causa judicial— expresaba la gravedad del tema: «No quiero irme a la tumba sin saber lo que pasó». Ahora bien, Carlos falleció y el proceso judicial sigue aún sin resolverse. Sin embargo, la rememoración, ese proceso subjetivo y social que permite reelaborar experiencias dolorosas, nos sigue interpelando de manera colectiva y nos recuerda que la memoria, la verdad y la justicia no son consignas sino pilares de nuestra democracia.

Compartimos este video conmemorativo realizado por Canal Encuentro.

Materiales y recursos para reflexionar

1. Un discurso: ¿Será justicia?

Jorge Cohen trabajaba en el área de prensa cuando fue el atentado a la embajada. Logró salir con vida pero vio morir a muchos de sus compañeros y compañeras. En estos años tomó la palabra en varias oportunidades para narrar la experiencia límite que le tocó vivir y para reflexionar sobre cómo superar la adversidad y seguir adelante. Este es uno de los discursos que preparó para uno de los actos de aniversario del atentado: 

El que sigue es un hecho, no una interpretación: aquel martes 17 de marzo de 1992 la casona de la embajada, en la esquina de Arroyo y Suipacha, voló por el aire con nosotros adentro. Y con otras víctimas que estaban en la vereda, en la calle, enfrente, a la vuelta, al lado, cerca o lejos, que los criminales se ocuparon de que también estuvieran dentro del edificio. La explosión y el terror nos alcanzaron por igual, los escombros fueron los mismos. La pena y los desgarros, el vacío.

Fue un horrible privilegio: el del primer atentado, hasta ese momento el más terrible de este tipo, el que abrió la puerta del tercer milenio en nuestro país. Y de ahí en más, los reclamos, desde entonces hasta hoy. Y tres palabras que se entrecruzan y cuestionan la cultura de la impunidad.

Esa esquina del viejo Barrio Norte porteño, hoy la Plaza de la Memoria, es la representación territorial de lo que (nos) dejó aquel 17 de marzo. A nosotros, al país de la bandera celeste y blanca.

Cito otro hecho, en línea con el anterior: en el ataque hubo 22 muertos identificados; 9 trabajaban en la embajada, 13 eran transeúntes o vecinos. Ciudadanos argentinos, israelíes, bolivianos, paraguayos, uruguayos e italianos. Es decir, seis banderas.

Muchas veces percibo como poco útiles los discursos, pero nunca los recuerdos. Me acompañan y me ayudan a ser el testigo —que antes fue una víctima y un fantasma de tierra y sangre— que se levanta y da testimonio.

Recuerdo que aquel 17, acostado en una camilla, arriba de una ambulancia del Cipec que arrancaba rumbo al hospital, tomé una parcial conciencia de lo sucedido. Y aturdido, al no saber quién manejaba la ambulancia y suponer que eran terroristas, con los pies golpeé las puertas traseras, las abrí y me tiré. Estaba herido y en shock pero con las defensas altas, me dijeron días más tarde los médicos que me atendieron.

Más recuerdos (viene de re-cordi, volver a pasar por el corazón): hace seis años, el aniversario también cayó en sábado y según la tradición judía, este día se reserva al descanso y al esparcimiento, a la alegría. Por eso el acto del 17 se corrió, como este año, al viernes anterior. Pero hace seis años, aquel sábado, a las tres menos cuarto (hora de la explosión) quienes trabajábamos en la embajada nos encontramos en la esquina de Arroyo y Suipacha, en ese que había sido nuestro lugar, nuestra casa. Los sobrevivientes argentinos y muchos de los israelíes, que habían viajado para el aniversario. Fue un día de calor, parecido al original. Y el más emocionante. Dany Carmón —cónsul en 1992, quien pierde a su mujer en el atentado, y él tuvo graves heridas— lo dijo esa tarde, entre lágrimas: "Este es nuestro acto, el acto central". Este sábado pasado fue igual, allí estuve, acompañado de esas palabras emocionadas de Carmón, por la voz, los rostros, los gestos de mis excompañeros. Ese volvió a ser el acto central.

Con el paso del tiempo no dejo de aguardar para saber quiénes fueron y cómo lo hicieron y, como consecuencia, que los criminales vayan a la cárcel.
Y vuelvo, entonces, a las tres palabras citadas más arriba que, a costa de toda esperanza, se presentan entre signos de pregunta: ¿Se hará justicia? Y que alguna vez se escuche, en una sala de los tribunales "Será justicia".

Propuestas para trabajar en el aula

Proponemos esta actividad para trabajar con estudiantes del Segundo Ciclo de la escuela primaria y jóvenes de las escuelas secundarias de todo el país.
 
Luego de leer el discurso:

  • Se propone que las y los estudiantes escriban un texto breve informativo que acompañe el discurso explicando qué pasó el 17 de marzo de 1992 y por qué sería necesario recordarlo en la escuela.
  • Busquen en internet, en las redes sociales u otras fuentes, la historia de vida de alguna persona sobreviviente o familiar de las víctimas del atentado. Realicen un resumen de su historia y seleccionen algunos aspectos que les parezcan relevantes para compartir en la clase y generar una reflexión sobre lo sucedido.
  • Al finalizar el discurso, Jorge Cohen dice «Será justicia». ¿Cuál es el sentido de esta afirmación? ¿Por qué en otros tramos de su texto aparece con signos de interrogación? En otra parte el autor dice que fue un «fantasma de tierra y sangre», «víctima» y ahora es «testigo»? ¿Qué quiere transmitir con esta idea? ¿Cuál es la importancia de dar testimonio?

2. Un lugar para recordar

La Plaza Embajada de Israel es un lugar de memoria creado para recordar el primer atentado ocurrido en la Argentina. Compartimos una galería de imágenes y textos para reflexionar.

Vista de la Plaza Embajada de Israel. En esta imagen se pueden apreciar las marcas del edificio sede de la embajada. Foto: Carlos Zito - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0.

Residencia de Enrique Lastra, calle Arroyo 910, Ciudad de Buenos Aires. Adquirido por el Estado a fines de los años 30; luego, en 1949, por el Estado de Israel, y fue sede de la embajada desde 1950. Foto: MariaTaylor - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0.

Árboles de tilo en la Plaza Embajada de Israel, Buenos Aires, Argentina. Plantados en memoria de cada una de las víctimas del atentado terrorista en dicha embajada. Foto: Wikipedia en, CC BY-SA 3.0.

«Una esquirla, un torrente de agua y un estanque, veintidós árboles, veintidós boyas a la deriva, un delgado camino y un lugar de reunión articulan un proyecto que es pensado a partir de lo que no está.»

Estos elementos fueron elegidos por los arquitectos que ganaron el concurso internacional para la creación de una Plaza de la Memoria.

«El agua fue elegida por su pluralidad de funciones; por ejemplo, se puede pensar como un símbolo de purificación de un espacio atravesado por el odio y la violencia. La esquirla —un volumen sólido de hormigón— refiere no solo al hecho de violencia sino que representa la historia de persecución del pueblo judío a lo largo de la historia. Los veintidós árboles aluden al poder de surgimiento de la vida por sobre la destrucción.»

Las veintidós boyas luminosas, ancladas al fondo del estanque de agua, representan a las víctimas y cada una lleva su nombre.

«Hay un camino angosto que busca representar el débil hilo que divide la vida de la muerte. Los espacios de la plaza permiten la contemplación y la reunión, la elaboración de la experiencia para las familias y también para la sociedad. Un lugar para no olvidar.»

Fuente: Proyecto arquitectónico Plaza de la Memoria

Propuestas para trabajar en el aula

Proponemos esta actividad para trabajar con estudiantes del Segundo Ciclo de la escuela primaria y jóvenes de las escuelas secundarias de todo el país.

Luego de observar la galería de imágenes y leer el texto que brinda información acerca de las ideas que elaboraron los arquitectos ganadores del concurso internacional para construir este espacio de memoria, invitamos a:

  • Leer el texto y reflexionar en torno a las maneras de representar el dolor: ¿qué lugar ocupan los elementos que se describen en el texto en la representación?, ¿de qué modo se interpelan en estos elementos que tratan de representar y dar cuenta de la experiencia vivida?  
  • Luego de observar nuevamente la galería de imágenes les proponemos pensar:
    • ¿Por qué se habrá decidido no reconstruir el edificio? ¿Qué elementos aparecen en la Plaza de la Memoria para representar la ausencia?
    • ¿Qué importancia tiene este espacio para las familias de las víctimas? ¿Qué significado puede tener para quienes transitan por ese lugar?
    • ¿Qué elementos agregarían a la esta plaza?
    • ¿Qué otros modos de recordar podemos pensar desde otros lugares del país?

3. Un testimonio

La imagen pertenece a una obra de la artista plástica Graciela Iurcovich y fue elegida para acompañar el testimonio de Daniela Bregman, amiga de una de las víctimas del atentado:

    El 17 de marzo del 92 yo tenía 26 años, trabajaba de fonoaudióloga en la Clínica Morón. Cuando salía escuché lo de la bomba en la Embajada de Israel.

    Llegué rápido a mi casa y comencé a llamar a mi querida amiga Marcela Droblas. Casi todos los días la llamaba a eso de las 14 h. Marce trabajaba en el área de cultura, un hermoso trabajo tenía y estaba orgullosa de eso. Obvio que daba ocupado. Pasaban las horas y cada vez las noticias eran más escalofriantes. Me fui junto a mis padres a la casa de sus padres. Mis padres y los de ella eran amigos de toda la vida. Entré a su casa, a su pieza. Nunca olvidaré la ropa colgada en la silla.

    Pasaban las horas y nada. En ese momento no pensaba en quién había sido el responsable, solo pensaba en poder volver a verla. Hermosa mujer, llena de valores y sensibilidad. Cantaba hermoso y me estimulaba en todos los desafíos, enamorada del amor. Pasaron dos días, todos esperando hasta que sonó el teléfono. Su querido papá atendió y se fue en silencio. Más tarde llamó para preguntar por un par de zapatos de ella. Al rato regresó. Imborrable la expresión de su cara, sus ojos. Así nos informó que Marce había fallecido.

    Qué noticia más triste, cuánto dolor. Nunca podré olvidar ese día, tanta injusticia, tanto dolor. En cada etapa de mi vida la siento cerca, pienso en cuántas cosas se perdió de vivir.

    Pasan los años y la falta de justicia y la marcada impunidad hace que uno sienta que ese profundo dolor sea más desgarrador aún. Cuánta violencia existe aún. De qué somos capaces.

    Siempre que puedo relato está historia; creo que es la forma de no olvidar y seguir pidiendo justicia».

Testimonio de Daniela Bregman, amiga de Marcela Droblas, víctima del atentado a la Embajada de Israel en 1992.

Compartimos, para su descarga, una interpretación del testimonio de Daniela Bregman realizada por la actriz y locutora Mariana Malamud.

Descargar la interpretación del testimonio por Mariana Malamud [2.41 MB│mp3]

Propuestas para trabajar en el aula

Proponemos esta actividad para trabajar con estudiantes del Segundo Ciclo de la escuela primaria y jóvenes de las escuelas secundarias de todo el país.

  • Observar la obra, leer el texto y reflexionar en torno a las maneras de canalizar y procesar el dolor: ¿cómo se representa el dolor a través del arte?, ¿qué elementos del relato se representan en la imagen?, ¿qué dimensión de la tragedia creen que se ve reflejada en el testimonio? 
  • Si pudieran entrevistar a Daniela Bregman, ¿qué preguntas le harían?, ¿qué afiche o póster diseñarían para acompañar el testimonio?

Ficha

Publicado: 19 de marzo de 2019

Última modificación: 15 de marzo de 2023

Audiencia

General

Área / disciplina

Ciencia Política

Historia

Formación Ética y Ciudadana

Nivel

Primario

Secundario

Categoría

Actividades

Modalidad

Todas

Formato

Texto

Etiquetas

efemérides

17 de Marzo

Autor/es

Ministerio de Educación de la Nación

Programa Educación y Memoria

Dirección de Educación para los Derechos Humanos, Género y ESI

Licencia

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