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Estudiar en la Antártida: una experiencia inolvidable

Sabrina Lobato es una docente fueguina. En esta entrevista, realizada por Radio Escuela Nacional en 2020, cuenta su experiencia en la Antártida a la edad de 15 años. En 2003, su madre y su padre fueron seleccionados para enseñar en la escuela más austral de la Argentina y toda la familia se instaló allí.


Entrevista a Sabrina Lobato

CONDUCTOR: Vamos a saludar a Sabrina Lobato. Ella es docente de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego y es miembro de la dotación antártica del año 2003. Allí estuvo, vivió un año en base Esperanza. ¿Qué tal, Sabrina, cómo estás?

SABRINA: Hola, buenas tardes. ¿Cómo andan?

CONDUCTORA: Hola.

CONDUCTOR: Bien, bien, muy bien. Nos contaban aquí nuestros productores que habías estado en base Esperanza una temporada acompañando a tu madre, que también es docente, ¿no?

SABRINA: Claro, en el año 2003, con toda mi familia ―mi mamá, mi papá y dos hermanos― nos fuimos a vivir a la base Esperanza porque mis papás fueron a dar clases a la escuela N.° 38, que en ese momento se llamaba Julio Argentino Roca y ahora se llama Raúl Ricardo Alfonsín.

CONDUCTOR: ¿Cómo fue eso? Contame la experiencia. ¿Cuántos años tenías?

SABRINA: Yo fui en el 2003, fui a la base con 14 años, cumplí 15 años ahí y la verdad que es una experiencia muy linda y muy loca también, ¿no?

CONDUCTOR: Sí.

SABRINA: A nivel clima, nosotros... Yo vivo en Río Grande, Tierra del Fuego. Estamos acostumbrados al frío, a vivir adentro de nuestra casa, o sea, a estar todo el tiempo adentro de nuestra casa por el frío y el clima, por lo cual no fue tan distinto el adaptarse en la Antártida porque, si bien hay temperaturas que son más extremas, o sea, más frío todavía, ya estábamos acostumbrados. Diferente por ahí es para los chicos que venían de Chaco, de Formosa o mismo de Buenos Aires, que no estaban acostumbrados a tanto frío, a ver tan poco verde, y el choque era como más fuerte, ¿no? Así que es una experiencia muy linda. Es duro estar lejos de la familia, pero vale la pena totalmente.

CONDUCTOR: Bueno, contame un poco más. Cumplir 15 años ahí ya de por sí es un hecho inédito e histórico. ¿Cómo lo celebraste? Después te pregunto acerca de la escuela y demás, pero ¿cómo fue ese festejo de los 15?

SABRINA: Dale. Yo la verdad que no quería festejar mi cumpleaños de 15 realmente, no tenía interés en festejarlo en ese momento. Pero sucedió que, en el 2002, cuando pasamos por toda una serie de etapas para poder como familia ser seleccionados para ir a la Antártida, en la última etapa ―que fue la convivencia, cuando los dos matrimonios o las dos familias, mejor dicho, que son las finalistas, por así decirlo, conviven una semana en un hotel con todas las otras familias que van a ir a la base―, ahí se enteraron de que yo cumplía 15 y empezó toda esta locura de decir: «Bueno, si llegás a quedar seleccionada, hay que festejarlo, hay que festejarlo». Quedamos seleccionados y, además de empezar a organizar todo lo que teníamos que llevar para vivir, fue también organizar lo que había que llevar para hacer la fiesta.

CONDUCTOR: Claro.

SABRINA: Me tuve que hacer un vestido casi diez meses antes del cumpleaños, pensar souvenirs, todo lo que conlleva generalmente una fiesta de 15 tradicional, ¿no?

CONDUCTOR [asintiendo]: Mm.

SABRINA: Y la verdad que fue... Fue raro, por un lado, porque yo estaba, obviamente, lejos de mis amigas, pero de todas maneras internet ya existía, entonces pudieron estar presentes con mensajes, con videos. Y, por otro, fue muy divertida porque la verdad que cada vez que me preguntan: «¿Qué hiciste en el 2003?», bueno, yo estaba en la Antártida y festejé mi cumpleaños de 15 en la Antártida. Y es raro...

CONDUCTOR: Claro, aparte debe ser inédito. Convengamos que no debe haber habido muchos festejos de cumpleaños de 15 en la base Esperanza.

SABRINA: Yo no conozco, no tengo conocimiento de algún cumpleaños [N. de E.: de 15] que se haya festejado, sí que en algún momento hubo nacimientos ―ya no porque es peligroso el tema de estar tan aislados―. Pero me animo a decir que fue el primero ―no sé si después hubo o no―, así que fue como el evento del año y lo lindo fue que...

CONDUCTOR [interrumpiendo]: ¿Y cuántos invitados había? ¿Cuántos invitados hubo, Sabrina?

SABRINA: Y... éramos toda la dotación, que éramos 53 personas...

CONDUCTOR [interrumpiendo]: ¡Bien!

SABRINA: Todos los que estábamos ahí en...

CONDUCTORA [interrumpiendo]: ¡Una fiesta!

SABRINA: Sí.

CONDUCTORA: Sabrina, te quería preguntar cómo es la selección que decías vos: «quedamos seleccionados». ¿Cómo llegan a eso? ¿Cómo llegan a tener la oportunidad de vivir ese tiempo ahí?

SABRINA: Bien, yo te cuento lo que fue en ese momento.

CONDUCTORA: Sí.

SABRINA: Yo ahora no sé si cambió...

CONDUCTORA [interrumpiendo]: Si será igual.

SABRINA: Claro, aviso por las dudas, ¿no?

CONDUCTORA [riendo]: No hay problema.

SABRINA: En ese momento, mis papás me acuerdo de que se anotaron. Sí o sí las familias que van a la base Esperanza a dar clases, los dos, papá o mamá o los miembros que vayan tienen que ser sí o sí docentes.

CONDUCTORA: Ok.

SABRINA: Se anotaron y empezaron a pasar unas ciertas etapas de «eliminación», por así decirlo.

CONDUCTORA: Sí.

SABRINA: O de «selección», mejor dicho. ¡Vamos por la positiva!

CONDUCTORA [ríe]: Dale.

SABRINA: Eligen sobre la base del puntaje docente. Después tuvimos que hacer toda una serie de entrevistas con psicólogos, con médicos, etc. y, por último, está esta etapa de «convivencia», que se le llama. Estuvimos en la ciudad de Ushuaia tanto nosotros como otras familias de la ciudad de Ushuaia conviviendo con todas las familias de los militares que estaban por ir a la Antártida.

CONDUCTORA: Bien.

SABRINA: Entonces observaban cómo los chicos nos adaptábamos, los docentes tenían que hacer su propuesta del año académico, del año escolar.

CONDUCTORA: Sí.

SABRINA: Había distintas actividades para ver cómo nos íbamos adaptando con las demás personas y así...

CONDUCTORA [interrumpiendo]: ¿Y cuánto duró este proceso?

SABRINA: Una semana.

CONDUCTORA [sorprendida]: ¡Ah!

SABRINA: Estuvimos una semana en un hotel, sí. No podíamos tener contacto con el exterior. Era como un Gran...

CONDUCTOR [interrumpiendo]: Un Gran Hermano. [Ríe].

SABRINA: Un Gran Hermano chiquito, por decirlo... Claro.

CONDUCTORA: Sabrina, se me viene a la cabeza pensar cómo es un día ahí, qué hacen.

CONDUCTOR: En base Esperanza.

CONDUCTORA: Sí. O desde que se levantan hasta que se acuestan, porque es una vida totalmente distinta, comparada con cualquier otro lugar del país.

SABRINA: Y sí, desde el hecho de que ya la escuela es distinta. Yo en ese momento, bueno, tenía 14, estaba haciendo la secundaria.

CONDUCTORA: Sí.

SABRINA: A diferencia de los más chicos, que en su mayoría iba a la escuela donde mi mamá y mi papá daban clases...

CONDUCTORA: Claro.

SABRINA: ...yo estudiaba a distancia con un sistema de educación a distancia del Ejército. De todas maneras, yo trataba de compartir la misma rutina con los demás chicos, justamente para compartir.  Entonces uno se levantaba, desayunaba, íbamos a la escuela. Mientras que los chicos que estaban en primaria tenían clases con mi mamá y mi papá, los que estábamos en secundaria nos juntábamos en otro espacio, en un aula, y cada uno iba de manera autónoma estudiando. Volvíamos a nuestra casa o por ahí íbamos a un espacio que se llama «casino de suboficiales», donde vive gente también ahí, a buscar la comida porque, durante la semana, la comida la cocinaban ahí de manera común para todos.

CONDUCTORA: Sí.

SABRINA: Buscábamos la comida, volvíamos a casa, almorzábamos y después volvíamos a la escuela. Generalmente, después merendábamos en la escuela y teníamos alguna actividad extracurricular, no sé, música, plástica, etc.

CONDUCTORA: Sí.

SABRINA: Y, si el tiempo lo permitía, salíamos a jugar afuera con la nieve, salíamos a esquiar, a tirarnos en trineo, ¿no?, a aprovechar el clima.

CONDUCTORA: Claro, exactamente.

SABRINA: Después en casa viendo películas.

CONDUCTORA [interrumpiendo]: ¿Cómo son los grados en la escuela? O sea, ¿son por grupo de edades o hay primero, segundo, tercero, cuarto?

SABRINA: En ese momento yo no me acuerdo bien de cuántos chicos eran, pero los de la primaria estaban todos juntos en un mismo espacio físico y mi mamá y mi papá iban pensando actividades diferentes para cada grupito porque todos tenían edades diferentes. Es parecido a una escuela rural...

CONDUCTORA [interrumpiendo]: Claro.

SABRINA: ...donde vos tenés una sola docente y la docente tiene que ir pensando diferentes propuestas de acuerdo con la edad de cada estudiante.

CONDUCTOR [asintiendo]: Mm.

CONDUCTORA: ¿Y a vos te gustaría volver?

SABRINA: Sí, me encantaría porque...

CONDUCTOR [interrumpiendo]: Ahora como docente, ¿no?

CONDUCTORA: Claro, por eso.

SABRINA: Sí, la verdad que sería interesante. A mí la Antártida me gustó muchísimo. De hecho, el año pasado con mi mamá, que también trabaja en la universidad, hicimos un programa de radio que se llama Sentir la Antártida...

CONDUCTORA [interrumpiendo]: Sí.

SABRINA: ...en donde tratábamos de poder dar a conocer un montón de cuestiones de la Antártida que por ahí se desconocen, ¿no?

CONDUCTORA: Claro.

CONDUCTOR [asintiendo]: Mm.

SABRINA: Uno piensa en la Antártida y piensa en focas...

CONDUCTORA [ríe]: Todo blanco, todo blanco.

SABRINA: Claro, todo blanco, en icebergs, en hielo...

CONDUCTOR [asintiendo]: Mm.

SABRINA: ...pero también hay otras cosas, como, por ejemplo, una escuela.

CONDUCTOR [asintiendo]: Mm.

SABRINA: Entonces la verdad que sí, me encantaría volver no solamente para ser docente, si es que en algún momento se puede hacer, sino también para visitar, porque es hermoso.

CONDUCTOR: ¿Y ahora estás dando clases en Ushuaia?

SABRINA: En realidad...

CONDUCTOR [interrumpe para corregirse]: Sí, en Río Grande es, ¿no?

SABRINA: Sí, claro, yo vivo en Río Grande, pero lo que tiene la Universidad de Tierra del Fuego es que damos clase tanto para Ushuaia como para Río Grande. Bueno, en este contexto  [N. de E.: contexto de pandemia por COVID-19], estamos dando clases de manera virtual, pero en un contexto más normal, por así decirlo, yo doy clases tanto para Río Grande como para Ushuaia, para las dos ciudades porque la universidad está en las dos ciudades.

CONDUCTOR: Decilo despacito porque el solo hecho de escuchar la respuesta nos va a hacer tiritar acá.

CONDUCTORA ríe.

CONDUCTOR: Sé que han tenido temperaturas en los últimos días bajísimas allí. Decime el número.

CONDUCTORA: ¿Qué temperatura? ¿Qué temperatura ahora?

SABRINA: Sí, mirá, en este momento está haciendo -15°C de sensación términa.

CONDUCTORA: ¡Ay, ay!

CONDUCTOR [asintiendo]: Mm.

SABRINA: Frío frío. Hoy estaba leyendo una noticia que dice que la Patagonia tuvo su peor invierno en los últimos veinte años y hacía mucho que..., al menos yo no recordaba un invierno tan frío, pero todo el tiempo estamos teniendo temperaturas bajo cero y el otro día tuvimos -20°C de sensación térmica.

CONDUCTOR [asintiendo]: Mm.

CONDUCTORA: Muchísimo frío.

SABRINA: Es la temperatura que generalmente hace en la Antártida, así que imagínense.

CONDUCTOR: Claro, bueno, vos ya estabas curtida.

SABRINA: ¡Sí!

CONDUCTORA: Ya estabas acostumbrada.

SABRINA: Acostumbrada.

CONDUCTOR: Para vos era un chiste. Te agradecemos mucho, Sabrina, por este contacto. La verdad que nos pareció superinteresante conocer tu historia.

Esta entrevista es un fragmento del programa Seguimos educando en Radio Nacional del 28 de julio de 2020, en el marco de la pandemia por COVID-19. El programa completo está disponible en Seguimos educando en Radio Nacional: segundo y tercer grado de Educación Primaria JULIO.

Ficha

Publicado: 27 de febrero de 2023

Última modificación: 27 de febrero de 2023

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Área / disciplina

Ciencias de la Educación

Geografía

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Secundario

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Material audiovisual

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Antártida

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Radio Nacional

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