Ángel Della Valle: la vuelta del malón

Sobre la obra

La vuelta del malón fue exhibida por primera vez en 1892 en una ferretería de Buenos Aires. Cuentan los diarios de la época que las señoras que en esos días pasaban por la vidriera del local volvían a sus casas aterradas. La pintura de Ángel Della Valle era enorme, y la escena, espeluznante. En ella los indios son el demonio que galopa a los gritos por la pampa en un amanecer lluvioso. Han saqueado una iglesia y llevan consigo cruces, cálices, maletines y hasta ¡cabezas!; el cielo tormentoso, que apenas deja asomar un poco de luz, es señal del carácter oscuro del malón. El mundo civilizado, en cambio, está representado por la cautiva, una mujer indefensa de piel blanca como el mármol que, del susto, se ha desmayado sobre su musculoso captor. El cuadro fue pintado para celebrar los cuatrocientos años de la llegada de Colón a América, y en él aparece un problema que divide a nuestro país desde entonces: la idea de la civilización y la barbarie como enemigos acérrimos.

* Esta mirada sobre la obra fue escrita por María Gainza.

Ángel Della Valle(Buenos Aires, 1852 - 1903)
La vuelta del malón, 1892
Óleo sobre tela, 186,5 x 292 cm
Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires

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Biografía del autor

Nació en Buenos Aires en 1852 y murió en la misma ciudad en 1903. Siendo muy joven estudió en Italia con Antonio Ciseri, y regresó a Buenos Aires formado en un lenguaje artístico académico y naturalista. Se dedicó a la docencia en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes y comenzó a pintar temas relacionados con la temática rural y escenas costumbristas. Su monumental óleo La vuelta del malón (1892) resultó premiado en la Exposición Universal de Chicago de 1893 y fue exhibido un año después en el Salón del Ateneo. Allí revisitó la figura de la cautiva, estableciendo un vínculo con la literatura romántica de Esteban Echeverría y elaborando un discurso afirmativo del proyecto de progreso cultural de los artistas denominados “Generación del 80”.

* Esta biografía fue escrita por Carla García Olivieri.

Otra mirada

Sobre la obra

Una de las primeras grandes pinturas argentinas consagradas por la crítica ha sido La vuelta del malón, causante de revuelo en su exhibición en Buenos Aires en 1892, que catapultó a Ángel Della Valle a la fama. La obra consolidó su renombre en 1894, cuando fue llevada a Chicago a la Exposición Colombina, donde fue exhibida en el pabellón de manufacturas del envío argentino. La temática del malón estuvo muy presente en el imaginario literario y cultural del siglo XIX, que en el momento de realización de la pintura ya era concebido como un reciente pasado erradicado gracias a la Conquista del Desierto (1878-1885). No obstante, los ecos de la barbarie se hallan muy vivos en esta dinámica composición que, silenciosamente, glorifica la figura de Julio A. Roca. Hay un énfasis en la violencia, exaltada por elementos de alto impacto como la cautiva o las cabezas trofeos que asimilan a los indígenas a un estado de naturaleza salvaje. Casi como demonios, los indios huyen del amanecer, de la luz de la civilización. * Esta mirada sobre la obra fue escrita por Milena Gallípoli.

Bibliografía

Malosetti Costa, Laura, «Buenos Aires-Chicago: La vuelta del malón», en Los primeros modernos. Arte y sociedad en Buenos Aires a fines del siglo XIX, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2007.

—, comentario sobre La vuelta del malón, Museo Nacional de Bellas Artes.