Lograr el diálogo
Se podría desplegar un sistema entero de enseñanza de la filosofía en base a este objetivo simple: lograr un diálogo pensante en la clase. Hasta podemos ampararnos en la idea de que estamos reproduciendo el virus platónico fundamental de la filosofía, personas que charlan e investigan en común los temas que surgen de sus preguntas fundamentales. Al respecto me parece importante tener conciencia de que lograr este objetivo no es fácil, que es algo que no está dado sino algo que requiere de un trabajo muchas veces arduo.
En la experiencia que hice hace ya unos cuantos años en Filosofía para chicos (publicada en mi primer libro, 1992), viví en principio una decepción. Yo quería hablar con los chicos con los que trabajaba, pre adolescentes, de manera libre y al mismo tiempo organizada, y creía que desde ese punto de partida íbamos a poder abordar todo tipo de temáticas interesantes. Pero el diálogo no existía, era casi imposible lograr la concentración del grupo, que prestaran atención al que tenía la palabra en un momento dado, que las réplicas tuvieran la paciencia de esperar que el que hablaba terminara de formular su idea antes de abalanzarse sobre las palabras del otro. También era difícil que formularan sus ideas, ¿no las tenían o no sabían que las tenían o qué era lo que pasaba? Todo el trabajo del año tuvo como eje el de proponer ejercicios de escritura capaces de hacer surgir en ellos la materia de su pensamiento, antes de provocar el intercambio. Mi error era creer que iba a encontrar como posibilidad básica el diálogo que en realidad yo era el encargado de formar.
Con los adolescentes secundarios puede darse el mismo planteo. Sus personalidades están más desarrolladas y tienen ya puntos de vista un poco más organizados. Sin embargo creo que vale el planteo general: formar el diálogo, no decepcionarse por no encontrarlo ya hecho. Bien pensado, incluso en los adultos es difícil lograr un diálogo fructífero, ¿por qué creer que los impulsivos y enérgicos adolescentes deberían dominarlo?
Otra cosa que es importante tener en cuenta es lo que la psicoanalista francesa Francoise Dolto explica, que el tipo de atención adolescente tiene sus reglas extrañas y precisas y que pese a que uno cree que si no lo están mirando no lo están escuchando es exactamente lo contrario: el adolescente escucha al adulto que le habla precisamente cuando no lo está mirando directamente. ¿Será cierto? Por lo menos vale la pena hacer la observación, y buscar la mayor tolerancia que nos sea posible para poder acompañar a esa edad difícil en la además difícil tarea de lograr desplegar un pensamiento personal.
¿Qué les parece? ¿Sirve esta idea para estructurar el trabajo en el aula?
Ficha
Publicado: 29 de julio de 2009
Última modificación: 27 de marzo de 2025
Audiencia
Docentes
Área / disciplina
Filosofía
Nivel
Secundario
Categoría
Entrevistas, ponencia y exposición
Modalidad
Todas
Formato
Texto
Etiquetas
diálogo
diálogo como procedimiento
Autor/es
Alejandro Rozitchner
Licencia
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