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Carlos Vergara

Carlos Vergara fue un docente y pedagogo que creía en la educación como el punto de apoyo de una revolución que transformara la sociedad en un sentido democrático y republicano, inclusivo y respetuoso de la diversidad. Esta biografía forma parte de la colección de pódcast «Educadores y educadoras que hicieron escuela», elaborada por el Instituto Nacional de Formación Docente (INFoD).


Instituto Nacional de Formación Docente presenta «Educadores y Educadoras que hicieron escuela». Episodio 10: Carlos Vergara.
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De alumno pródigo del normalismo a revolucionario pedagógico. Del catedrático más joven del Colegio de Paraná a que lo jubilaran anticipadamente. De despertar las expectativas de Sarmiento a enfrentar a las autoridades educativas denunciando su dogmatismo y burocratización.
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Carlos Norberto Vergara nació en la ciudad de Mendoza, el 6 de junio de 1859, en el seno de una familia dedicada a la agricultura.
Alternó los estudios primarios con el trabajo en la quinta junto a su padre, experiencia que marcaría su enfoque pedagógico.

TESTIMONIO [voz masculina]: Fue allí donde aprendí el mejor sistema de educación conocido desde hace siglos pero poco practicado: desarrollar simultánea y armónicamente las facultades físicas, intelectuales y morales. Creo que sin esa experiencia mis estudios en la escuela habrían valido poco o nada para mi porvenir.

Gracias a su buen desempeño escolar, a los 15 años le otorgaron una beca para estudiar en la Normal de Paraná donde recibió la determinante influencia de Pedro Scalabrini, uno de los principales referentes de la filosofía «krausista» en Argentina.

TESTIMONIO [voz masculina]: Esas clases inolvidables dieron frutos porque se dejaba manifestar la inspiración personal del profesor y de los alumnos.

A los 19 años se graduó con honores y fue designado como el catedrático más joven de la institución.
Dos años más tarde, en 1880, volvió a su tierra natal para asumir un cargo en la Escuela Normal de Mendoza.
En 1881, Vergara fue convocado por el Superintendente General de Escuelas, Domingo Faustino Sarmiento, para desempeñarse en diversos cargos en la Ciudad de Buenos Aires.
A los 22 años ya era preceptor en un establecimiento, director de una nocturna y máxima autoridad de la escuela del asilo de huérfanos.
A los 24 el presidente del Consejo Nacional de Educación lo propuso como inspector en la provincia de Mendoza.
Allí comenzó a editar la revista El instructor popular, dando inicio una prolífica tarea periodística con la que difundió sus ideas y construyó la base de sus libros.
En reconocimiento a su trabajo, las autoridades le propusieron continuar con el cargo de inspector en las escuelas de Capital Federal, donde se hizo amigo de Jose Zubiaur, con quien publicó otra revista bautizada La educación. En uno de sus artículos, Vergara criticó el rumbo que estaba tomando el Consejo Nacional de Educación al considerar que concentraba demasiado poder y limitaba la autonomía de las escuelas.

TESTIMONIO [voz masculina]: La primera gran medida sería suprimir el Ministerio de Instrucción Pública dedicando todo el presupuesto a fomentar la autonomía, descentralización y autogobierno de las escuelas apoyadas en la acción popular y con el seguimiento de la comisión de su distrito.

La respuesta no tardó en llegar, bajo la forma de un traslado a la provincia de Santiago del Estero que Carlos rechazó presentando la renuncia y volviendo a Mendoza.  
Pero no tuvo mucho tiempo para acomodarse ya que su amigo Zubiaur, devenido inspector de Enseñanza Secundaria, le propuso hacerse cargo de la flamante Escuela Normal mixta de Mercedes, en la provincia de Buenos Aires.
Entre 1887 y 1890, Carlos Vergara fue director de la Normal de Mercedes, el campo de experimentación de sus concepciones sobre enseñanza y formación docente.

TESTIMONIO [voz masculina]: Las mejores clases son aquellas en las que niñas niños y jóvenes aprenden con la menor intervención docente, presentando problemas y temáticas vinculadas a las distintas materias, llevando lecturas, ilustraciones y hasta fabricando útiles. En la misma línea la mejor opción es la autodisciplina en la que los alumnos actúan con conciencia propia, o sea, con mayor dignidad y libertad.

Las modificaciones que introdujo en el régimen disciplinario y en el sistema de enseñanza derivaron en su exhoneración.
De regreso en Mendoza, fue nuevamente nombrado Inspector de Escuelas y posteriormente suspendido por sus críticas al sistema educativo. Entonces, Carlos decidió instalarse en Santa Fe, donde formó una familia, trabajo en la Escuela Normal, integró el Consejo Provincial y editó Educación republicana, un libro en el que sistematizó su experiencia en Mercedes.
En 1900, Zubiaur lo convocó nuevamente a Buenos Aires para desempeñarse como Inspector Técnico y asumir una cátedra en la Normal Mariano Acosta.
Su inquietud periodística los llevó a fundar la revista La revolución, cuyos artículos principales luego fueron compilados en el libro Revolución pacífica. También se recibió como abogado en la Universidad Nacional de La Plata, aunque nunca ejerció.
Tras varios años de trabajo, las autoridades anticiparon su jubilación y Vergara, de casi 60, se radicó en Córdoba donde asumió como Director de Escuelas Municipales.
Cumpliendo esa función, murió en febrero de 1929.
¿En que líneas de pensamiento abrevó Carlos Vergara? ¿Cuáles fueron las ideas y acciones que impulsó? ¿Por qué resultaron tan disruptivas que merecieron semejante tendal de sanciones? ¿Cuál fue su legado?
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Vergara desarrolló su obra en una etapa histórica en la que el sistema educativo se constituyó en la estrategia y herramienta para incluir y asimilar las enormes olas inmigratorias con las que se apuntaba a poblar el país.
Fomentar una conciencia patriótica y una nación culturalmente homogénea requirió centralizar tanto la creación y gestión de las escuelas como los programas de estudio.

TESTIMONIO [voz masculina]: La educación sólo tendrá verdadero carácter nacional cuando el espíritu del pueblo aliente y vivifique la obra escolar y cuando cada localidad tenga colegios que reflejen sus tendencias particulares, para que la enseñanza vea una gran variedad de caracteres dentro de un mismo espíritu nacional.

Por eso, Vergara reaccionó frente a la creciente intervención del estado nacional contraponiéndola a la gestión local, a la inclusión de la diversidad sin anularla, fomentando el desarrollo del individuo pero no del individualismo.
Llamaba a formar personas comprometidas con el trabajo la acción y el bien común.
Este docente, directivo, pedagogo, periodista y abogado se fue nutriendo de elementos cristianos, krausistas, positivistas, evolucionistas no racistas y naturalistas.
En lo político tuvo posiciones anti oligárquicas, simpatizó con el primer gobierno radical y, al mismo tiempo, adhirió al liberalismo solidario. Frente a un sistema educativo al que caracterizaba como teoricista, dogmático, verbalista y burocratizado -que se apoyaba en métodos y programas creados sin contemplar las particularidades del alumnado y del ambiente-, desarrolló la llamada «pedagogía de la libertad».

TESTIMONIO [voz masculina]: El régimen de opresión que gobierna el país desde hace 30 años quiere quietud y sumisión y por eso, aunque conoce bien sus defectos, mantiene y alienta este sistema y no convoca a los más capaces a dirigir la educación.

La propuesta de Vergara hacía foco en la acción espontánea de estudiantes y docentes, en el aprendizaje basado en la práctica que siempre debía estar orientada al trabajo útil, como una forma de hacer el bien. Así, propuso que uno de los aspectos claves de la educación es promover que los alumnos tengan iniciativas y lleven adelante propuestas relacionadas con los problemas de su entorno.

TESTIMONIO [voz masculina]: Uno de los más funestos errores de muchos siglos consiste en tener a la juventud -que debe formar la legión más valiente del progreso-, alejada hoy de la acción fecunda por crearse que puede adquirir educación estudiando libros y teorías en la esterilidad, sin producir nada.
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Finalmente las críticas del pedagogo mendocino también se dirigieron a los recursos humanos del sistema educativo.
Por un lado, señaló que la selección del personal directivo respondía más a prebendas y recomendaciones que a la capacidad y méritos de quienes ocupaban esos cargos. Por el otro, denunció que las mujeres egresadas del normal no sólo no eran evaluadas por sus virtudes docentes sino que eran expuestas a situaciones -según sus propias palabras-, poco honorables.
Carlos Norberto Vergara desarrolló un conjunto de ideas y prácticas pedagógicas democrático-radicalizadas, libertarias, anti dogmáticas y espontáneas.
Creía en la educación como el punto de apoyo de una revolución que transformara la sociedad en un sentido democrático y republicano, inclusivo y respetuoso de la diversidad.
Si bien sus esfuerzos no derivaron en una escuela o pedagogía que fuera replicada en forma significativa, logró amalgamar registros políticos, filosóficos, morales y didácticos para repensar la misión del sistema educativo.
Y aunque fue marginado por quienes dominaban el normalismo argentino, aportó argumentos para enfrentar al modelo educativo imperante y redefinir los aspectos de esa discusión.
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En cada educador y educadora hay un poco de Carlos Vergara.
Sigamos haciendo una escuela pública más justa e igualitaria.
Sigamos educando.
«Educadores y educadoras que hicieron escuela», episodio 10: Carlos Vergara.
Instituto Nacional de Formación Docente.
Ministerio de Educación.
Presidencia de la Nación.
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Ilustración de Carlos Vergara.

Ficha

Publicado: 06 de enero de 2021

Última modificación: 25 de junio de 2021

Audiencia

Directivos

Docentes

Área / disciplina

Ciencias de la Educación

Nivel

Superior

Categoría

Entrevistas, ponencia y exposición

Modalidad

Todas

Formato

Audio

Etiquetas

Educadores argentinos

Instituto Nacional de Formación Docente (INFoD)

participación del alumno

biografía

Autor/es

INFoD

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