Recaptcha: colaboración masiva en línea
Seguramente, aunque sea una vez, en nuestro recorrido por la web nos hemos encontrado con algún captcha. Ya sea en Facebook, Twitter o miles de otros sitios, este sistema asegura que quienes ingresen en ellos sean personas comunes y corrientes, y no alguna máquina o programa nocivo. Su creador se llama Luis Von Ahn, es guatemalteco y profesor en la Universidad de Carnegie Mellon en Pittsburgh, Estados Unidos.
Recaptcha y el trabajo colaborativo
Junto a su equipo, muy pronto se dieron cuenta de que millones de usuarios perdían buena cantidad de tiempo ingresando estos textos en su sistema. A raíz de esto, pensaron en utilizar esta «fuerza de trabajo» en algo realmente beneficioso para todos. Así, nació Recaptcha.
Desde hace varios años, empresas como Google o Amazon vienen digitalizando libros para archivarlos. Se escanean sus hojas (como si fuera una fotografía) y un programa reconoce el texto escrito en ellas. Sin embargo, en los libros más antiguos esto es bastante difícil y la computadora no logra descifrar la totalidad de los textos. Recaptcha toma las palabras que no se identificaron correctamente, nos las muestra para que las validemos y así colaboramos para poder continuar digitalizando estos libros. Lo que hacemos es sumar valor agregado al trabajo de las computadoras.
Gracias a internet y a este proyecto, por primera vez en la historia fue posible agrupar a una enorme cantidad de personas alrededor de todo el planeta para trabajar en una sola tarea. Más del 10 % de la población ayudó en Recaptcha. En otras palabras, al menos 900 millones de personas colaboraron en digitalizar al menos una palabra de un libro desde que este proyecto arrancó.
Duolingo: internet y las palabras
Sin embargo, esto fue solo el comienzo. En el mundo de las palabras e internet, Luis Von Ahn se encontró con otro dilema: el idioma, ya que la mayor parte de la web está escrita en inglés. Y, si no tenemos acceso a este idioma, nos estamos perdiendo una buena parte de la historia. Aun así, más allá del inglés, existen secciones que se presentan solamente en un idioma. Para ello, es que estos muchachos desarrollaron Duolingo.¿Qué es esto? Un nuevo proyecto —que ya cuenta con aplicaciones para teléfonos inteligentes y tabletas— que nos brinda la posibilidad de aprender idiomas mientras ayudamos a traducir la web. Esa fue la innovadora idea de Von Ahn: tratar de traducir toda la internet a los idiomas más utilizados. Ustedes dirán: «¿por qué no se usan computadoras para esto?». Bueno, la verdad es que no funcionan muy bien para este fin. Basta con probar traductores automáticos para encontrarse con párrafos ilegibles. Se piensa que recién dentro de 20 años existirán computadoras que lo hagan tan bien como un ser humano.
De esta manera, Duolingo nos enseña español, inglés, italiano o francés dándonos oraciones y ejemplos para traducir sacados de la propia web —como desde Wikipedia o el New York Times—. Se ajusta el nivel que poseemos del idioma (ya sea básico, avanzado o nulo), el sistema nos sugiere qué traducir y nos va dando una mano, para que cuando estemos más cancheros empecemos a trabajar con nuevas porciones de la internet. Todo esto, de manera gratuita y para nuestro beneficio, acercando la posibilidad de aprender nuevos idiomas a aquellos que no pueden costearse un curso. Pagamos con el tiempo que invertimos en Duolingo.
Ficha
Publicado: 25 de julio de 2013
Última modificación: 25 de julio de 2013
Audiencia
Docentes
Estudiantes
Familias
Área / disciplina
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Categoría
Artículos
Modalidad
Todas
Formato
Texto
Etiquetas
trabajo colaborativo
aprendizaje en colaboración
idiomas
Autor/es
Daniel Franca
Licencia
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