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Ricardo Soca: «El mayor enemigo del idioma en Latinoamérica es la pobreza, que veda a los hablantes el acceso a la cultura»

Ricardo Soca fue el fundador de La Página del Idioma Español, el Foro Cervantes y Antena Hispana, sitios relevantes dedicados a nuestra lengua. De visita en Buenos Aires, se reunió con algunos de los miembros porteños del Foro Cervantes, que lo conocieron y se conocieron entre sí en ese encuentro en el Tortoni que dio pie a esta entrevista.


25082004

Ricardo Soca es el fundador de La Página del Idioma Español, un sitio dedicado a nuestra lengua que ―creado en 1996, en Brasil― ronda hoy los 11.000 visitantes diarios, y figura como link recomendado por el Instituto Cervantes y las principales páginas relacionadas con el español. Creó luego el Foro Cervantes ―un foro de discusión sobre el idioma― y hace muy poco Antena Hispana, un boletín de noticias sobre el mismo tema, que en estos días está siguiendo el desarrollo del Congreso de la Lengua.

Es el autor de La fascinante historia de las palabras, recientemente publicado, un libro que recopila la información etimológica e histórica sobre distintas palabras que venía siendo enviada a los suscriptores de La palabra del día, otro de sus emprendimientos.

—Usted creó en internet La Página del Idioma Español en 1996, un momento pionero para un emprendimiento de ese tipo. ¿Fue temprana entonces su relación con las nuevas tecnologías de la información? ¿Y cuál fue su intuición respecto de su impacto?

—Hacía muy poco tiempo que había conocido la internet cuando me di cuenta de que estaba ante una revolución de repercusiones que no podía estimar, pero sabía que era muy importante, tal vez tanto como la protagonizada por Gutenberg. Quise participar de alguna manera y decidí hacerlo con mi herramienta y mi pasión: la lengua española.

»El HTML era para mí un misterio que parecía inaccesible, pero lo fui develando de a poco, al mismo tiempo que elaboraba la web. Entré en incontables grupos de Usenet tratando de divulgarla. Me llamaron desde varios lugares para hablar sobre ella: San Pablo, Washington, Madrid.

»A los seis meses de ponerla en la red, los visitantes eran unos 500 diferentes por día; a los dos años, llegaban a los 3.000; con el Congreso de Valladolid alcanzaron los 6.000. Actualmente, llegan a los 14.000 cuando sale un conjunto nuevo de artículos, pero luego se estabilizan un poco por encima de los 11.000, de lunes a viernes, y poco más de la mitad los fines de semana.

—Hace dos años creó el Foro Cervantes, que en estos días recibió a su miembro número 1000, y del que participan interesados en la lengua española de muy distintas nacionalidades. Hoy, en Buenos Aires, nos encontramos varios «cervantinos» para conocerlo y conocernos entre nosotros, repitiendo un encuentro que ya se realizó en Uruguay. Nos gustaría que nos contara algo de su tarea de moderador de ese foro.

—Bueno, sólo ofrecí espacio para el foro y me esfuerzo por moderarlo lo menos posible, apenas lo necesario para que las discusiones se mantengan dentro del cauce temático previsto, pero lo cierto es que jamás hubiera creído que pudiera llegar a los mil miembros.

—Nos gustaría que nos contara algo más de su tarea cotidiana, del modo en que se sostienen emprendimientos que han crecido tanto (como la Página y el Foro), de lo que siente al ver que creó una comunidad de personas de distintos lugares unidas por un interés común, de sus proyectos futuros...

—Como tengo que trabajar para ganarme la vida (soy periodista), el tiempo para la web lo tengo que robar de mis ratos libres.

»Creo que el gran salto que dio La Página del Idioma Español fue el lanzamiento de La palabra del día, una lista de distribución con etimología de palabras españolas, porque se fue creando así una lista que hoy llega a los 116.000 miembros. Como la lista no se limpia desde hace un año, es muy probable que el número real sea bastante menor (lo sabremos dentro de poco tiempo) pero aun así es una herramienta muy importante para la difusión de La Página...

—Si el trabajo colaborativo y la creación compartida de contenidos son características salientes de los medios electrónicos, el Foro Cervantes planteó algo interesante hace unos meses: tanto el título de su libro como el diseño de tapa fueron sometidos a la opinión de los foristas. Lo mismo pasó con el nombre del noticiario sobre la lengua española Antena Hispana...

—Es verdad, el Foro Cervantes se ha convertido en un espacio colaborativo, no sólo para la web sino para los propios participantes, que exponen allí sus dudas o contribuyen a evacuar las dudas de otros miembros. Es una posibilidad que hubiera sido impensable hace pocos años. Creo que mi libro La fascinante historia de las palabras debe ser uno de los más corregidos de la historia, ya que contó con un equipo de más de cien mil correctores, que se sumaron a la sapiencia del corrector oficial, Fernando Sanz.

—Es recurrente la preocupación por la «colonización» del castellano por el inglés, especialmente en los temas relacionados con las nuevas tecnologías. Los expertos, sin embargo, son quienes están más lejos de las versiones catastrofistas que son casi un lugar común en los medios. «La lengua es de los pocos terrenos en que el mundo actual, como el de siempre, funciona por sufragio universal; es decir, ya puede quien sea decir que se diga de una forma o que se escriba de otra, que si los hablantes no la asumen como propia jamás la veremos», dice José Antonio Millán hablando de la invasión de términos ingleses relacionados con la tecnología. Y Pedro Luis Barcia, el presidente de la Academia Argentina de Letras, dice que la omnipresencia del inglés en la lengua española no es más que un mito muy difundido: frente a los 90 mil vocablos del idioma de Cervantes sólo hay 130 anglicismos de uso permanente. «Y eso, en la totalidad de la lengua, no es nada», sostiene.

—El ingreso a la lengua de voces procedentes de otros idiomas es un fenómeno muy antiguo. Y no me refiero apenas a las invasiones visigodas y a la conquista de la Península por los moros. La afrancesada corte española del siglo XVII contribuyó en mucho a la incorporación de palabras francesas, por ejemplo. Pero la última etapa de la revolución tecnológica ha ocasionado el ingreso masivo de voces inglesas, cuyo uso me parece perfectamente válido cuando no sustituyen a palabras ya existentes en nuestra lengua. Sin embargo, ¿quién dice hoy «octetos» por bytes? En América es raro oír ratón por mouse, por más que el aparatito tenga tamaño de ratón, cola de ratón y se mueva como un ratón.

—Los expertos se muestran más preocupados por otra cuestión: la mutua inteligibilidad de toda la comunidad hispanohablante, es decir, que el verdadero problema sería la divergencia entre los nombres de las tecnologías en el campo hispanohablante. Un problema que otros han visto también desde el punto de vista del campo editorial, y desde las dificultades de utilizar instructivos adecuados para todo el universo de los que hablan español. Otros plantean la necesidad de una institución de normalización terminológica, en lo que hace a las nuevas tecnologías, y «en defensa de la lengua». Estas cuestiones también tienen que ver con algo que a veces se olvida, y es el potencial de una lengua como recurso económico.

—No creo que haya que «defender» la lengua, que no es objeto de ningún ataque, a no ser de nosotros mismos, los hispanohablantes.

»Pero me parece que el peor enemigo de la lengua española no es la llegada de los términos extranjeros, muchos de los cuales incluso la enriquecen. El mayor enemigo de nuestro idioma es la pobreza que aflige a la mayor parte de los hablantes latinoamericanos, vedándoles el acceso a la educación y a la cultura. Si los gobiernos no hacen algo, ese abismo educativo y tecnológico no hace sino crecer con la revolución tecnológica al crear una distancia mayor, una brecha más grande que distancia a los pobres. Creo que la defensa más eficiente de la lengua española es luchar por la igualdad social, por la educación y por la inclusión digital en América Latina.

—Respecto de las modificaciones a la ortografía, que se proponen en forma recurrente, ¿tiene alguna postura?

—La gran modificación de la ortografía española ocurrió en el siglo XVIII, tras la creación de la Real Academia Española, que nació en una península en la cual la semántica, la ortografía y la prosodia variaban enormemente de una región a otra. En menos de un siglo, la RAE llevó a cabo una obra magnífica de unificación y normalización, que hizo de la lengua castellana una de las más homogéneas del mundo, a pesar de ser al mismo tiempo una de las más extendidas. Y eso me parece un verdadero milagro. No tengo posición sobre las propuestas de modificación ortográfica, pero sí creo que la situación actual del idioma como un todo unificado ha cambiado la función de las Academias. Por esa razón, me opongo a normas relativamente recientes que más parecen caprichos de los académicos, tales como la limitación de la tilde en los pronombres demostrativos o en el adverbio sólo, a los casos en que haya riesgo de anfibología. La Academia parece no ver que, para la abrumadora mayoría de los hablantes esta norma es de tan difícil aplicación que se torna una moda elitista que sirve como una especie de título de nobleza para distinguir a los pocos que la conocen. Por esa razón, me niego a aplicarla.

—Usted es corresponsal de dpa, la agencia alemana de noticias. ¿Escribe para ellos en español o en portugués? Y a propósito: se habla mucho del «español neutro», incluso como una premisa a cumplir justamente por las agencias que generan noticias para todo el mundo hispanohablante. Otro ámbito donde hay quienes pretenden ese español «neutro» es el de las telenovelas, que se han constituido en una industria de exportación para varios países de América Latina, y que según Gregorio Salvador, vicedirector de la Real Academia Española, es un vehículo de cohesión lingüística para los hispanohablantes. ¿Cuál es su opinión, o su experiencia de trabajo si es que utiliza el español para su trabajo en la agencia?

—En las agencias de noticias (trabajo en español) se debe buscar un lenguaje accesible a todas las regiones hispanohablantes, es decir, evitar en lo posible las voces regionales o los significados que sólo se pueden entender en algunos países o zonas. En esta era de mundialización, esto es válido también para las telenovelas, los textos de la internet y hasta manuales de uso de «neutro», que debe coexistir con la riqueza de nuestro idioma con su unidad en la diversidad.

»Es importante tener esto en cuenta cuando consideramos el español como recurso económico, algo que los hispanohablantes estamos empezando a aprender pero que para los ingleses, por citar un ejemplo, es uno de los rubros principales de su balanza de pagos.

—El lenguaje del chat y de los programas de mensajería instantánea se está convirtiendo casi en un código para iniciados, especialmente entre los adolescentes. En Buenos Aires recientemente una compañía de teléfonos celulares que brinda el servicio de mensajes de texto ofrecía en su publicidad una suerte de «glosario» de ese lenguaje simplificado. Muchos padres y maestros se muestran preocupados por el empobrecimiento del lenguaje que generarían esos dispositivos.

—Los códigos de grupos humanos siempre han existido y no afectaron el idioma. No serán los mensajes instantáneos y de las tertulias electrónicas los que cambien este hecho, pero al mismo tiempo no podemos olvidar que el lenguaje es algo vivo que los hablantes crean y usan sin guiarse por reglas. Estas son posteriores y sirven apenas para hacer posible la comunicación. Los foros de internet nos muestran cómo, a pesar de la enorme diversidad regional de nuestra lengua, la comunicación es fácil y fluida y eso no está cambiando.

Fecha: noviembre de 2004

Ficha

Publicado: 25 de agosto de 2004

Última modificación: 09 de septiembre de 2022

Audiencia

Docentes

Familias

Área / disciplina

Lengua

Nivel

Secundario

Ciclo Básico

Ciclo Orientado

Categoría

Entrevistas, ponencia y exposición

Modalidad

Todas

Formato

Texto

Etiquetas

pobreza

idioma

Ricardo Soca

idioma español

variedades lingüisticas

Autor/es

Virginia Avendaño

Licencia

Creative Commons: Atribución – No Comercial – Compartir Igual (by-nc-sa)


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