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Irene Blei: En el rompecabezas de la construcción cinematográfica

"La animación es algo muy parecido a la magia, con la gran diferencia de que lo que se produce es algo real y tangible, no desaparece sino que queda plasmado en una cinta"

24012007¿Quién es Irene Blei?

Inició su carrera en los 80, como cineasta independiente y sus cortometrajes animados han sido galardonados en festivales locales e internacionales. En sus comienzos recibió también dos becas nacionales, que le permitieron capacitarse en investigación y en el estudio de la animación.
Por muchos años fue docente de la Universidad de Buenos Aires y ha trabajado entrenando a jóvenes profesionales y a educadores en animación, técnicas de video y en cómo enseñar estas habilidades a los niños. Cuenta, además con una importante trayectoria en la realización y dirección de programas de televisión, como Tenemos Derechos, una serie de cortos realizados por niños, difundidos a través de TV Quality – Educable, entre otros.

Es la fundadora y directora de la Primera Escuela de Cine Infantil y Juvenil, Taller de Cine “El Mate”, de la Municipalidad de Vicente López, que enseña cine, video y animación a niños y jóvenes de entre 9 y 17 años. El taller se remonta a 1987, con experiencias pioneras en el área, en las que la creación ocupa el lugar central.

Podrán apreciar la solidez y la claridad de sus ideas acerca de cómo enseñar animación en las maravillosas producciones de los chicos, que acompañan a esta entrevista.

—Antes que docente de cine para chicos Ud. es realizadora ¿cómo fueron su formación y su recorrido artístico y cuáles son sus influencias en el campo del cine y la animación?

—En realidad, antes que realizadora soy profesora bilingüe, si bien siempre tuve una fuerte vocación artística que pude canalizar a través del cine. Me formé en el profesorado del Lenguas Vivas y tuve varios años de experiencia en la educación formal. Paralelamente comencé a estudiar cine, después fotografía, títeres, máscaras y cuanto curso pudiera tomar. Me enamoré del cine de animación en una proyección de películas del National Film Board of Canada en la cual se proyectaron, entre otros cortos, obras de Norman Mc Laren. Luego de este primer encuentro no podía pensar más que en expresarme a través de la animación. En aquellos años no habían resurgido aún las escuelas de cine que desaparecieron en tiempos de la dictadura, así que el camino fue bastante particular. Incursionamos como autodidactas en el campo del cine de animación con Lucía Cano e hicimos unas cuantas películas que fueron muy bien recibidas y premiadas en festivales. Mientras tanto, como me interesaba aprender y enseñar, me sumé a las cátedras de los profesores Simón Feldman y Víctor Iturralde, ambas en la carrera de Diseño Gráfico de la UBA, porque Diseño de Imagen y Sonido aún no había sido creada. En medio de la filmación de nuestra segunda película animada, El sapo, apareció Rodolfo Sáenz Valiente, quien por aquel entonces estaba dando un curso de la especialidad en la Escuela de Cine de Avellaneda. “Rufo” no dudó en prestar su asistencia, y asesoramiento también. Trabajé luego más de quince años junto a él en la universidad, en su estudio y realizando los apuntes de cátedra que se transformaron luego en su libro. El estudio y la investigación siguieron año tras año con planes a medida, ya que tuve la suerte de ganar dos becas nacionales, una otorgada por el Fondo Nacional de las Artes y la otra por la Fundación Antorchas. En estas becas de estudio tuve nuevamente el acompañamiento cercano de Simón, Víctor y Rodolfo. Los autores del National Film Board siguieron siendo una fuerte influencia para mí en el curso de los años. También aprendo mucho de personas que han sido en algún momento mis estudiantes y crecen en este arte con un vuelo increíble.

—¿Cómo es la dinámica del taller de cine El Mate? ¿Qué lugar ocupan el juego y la creación?

—La dinámica del taller es el hacer, y nunca la clase de pizarrón. Lo que cada quien se “lleva puesto” a través de la experiencia es muchísimo más valioso y conduce a los chicos al cambio interno, al aprendizaje. La creación ocupa un lugar central y para eso desarrollamos toda clase de estrategias y estímulos que favorecen los procesos que permiten a una persona expresarse a su medida. El juego no tiene un lugar como tal, ya que en el taller se trabaja muy seriamente y las jornadas son laboriosas, a veces extenuantes. Lo que sí es importante es lo que los chicos descubren: que el trabajo puede ser disfrutable, maravilloso, satisfactorio. Entonces no la pasan mal por no jugar: aprenden a pasarla bien haciendo una actividad creadora, esmerándose en el procedimiento, tomando un compromiso a mediano plazo a la vez que dejan de lado el individualismo y la respuesta única.

—¿En qué momento del proceso creativo cree que hay que introducir la computadora?

—La computadora debe estar disponible cuando se vuelve necesaria como herramienta y cuando uno sabe perfectamente qué fase del trabajo resolver con ella. Muchas veces, si estoy trabajando con un par de compañeros estar frente a una pantalla sería disruptivo, y por lo tanto perjudica más de lo que ayuda. La computadora es un aliado en el trabajo a través de las aplicaciones puestas al servicio del proyecto que uno lleva adelante, y no a la inversa.

—En tiempos tecnofílicos Ud. plantea una interesante postura acerca del lugar de la tecnología en todo el proceso de creación…

—Es que si me acerco con la mente en blanco a un programa que promete hacer animación 3D y encuentro una colección de primitivas como esferas y prismas me quedo cohibido. ¿Qué puedo hacer con esa parafernalia de cuerpos geométricos cuando yo en realidad, ahora que lo pienso, quería hacer las aventuras de un marcianito que cae del sistema planetario instalado dentro de una juguetería? Sentarse frente a la pantalla sin tener un objetivo ni un camino a seguir puede ser de lo más frustrante. Incluso convertirse en una carga más que en un alivio.

—El taller tiene ya tiene más de 20 años de existencia ¿cómo describiría el cambio que produjo la introducción de las nuevas tecnologías?


—La tecnología es necesaria para llevar a cabo los objetivos pero jamás ha sido ni será el centro del interés porque hacerlo sería subestimar la capacidad de las personas con las cuales trabajamos. El manejo técnico se vuelve poco importante una vez que uno lo puede utilizar, cuando domina sus “trucos” y puede ponerlos a disposición. Siendo así el procedimiento es sencillo y lineal: cada vez que hay que vérselas con un cambio tecnológico se lo enfrenta y se aprende a convivir con él, a sentirse cómodo con el recurso. Una vez que esto se adquiere pasa a segundo plano y la importancia vuelve a estar en el eje que corresponde: el de la creación.

—¿Logran mantener la actualización tecnológica?


—Sí, lo logramos; es absolutamente necesario hacerlo.

—¿Cómo?


—La respuesta es: estudiando, entrenándonos individualmente o en equipo. Casi siempre encaramos el aprendizaje autoasistido, un camino que conlleva bastante esfuerzo, realmente. Liderando el equipo insisto sobre este principio: resulta fundamental entender cómo hacer las cosas pero más importante es saber para qué hacerlas. De lo contrario tanto los coordinadores como los chicos nos convertiríamos en individuos que saben apretar botones.

—¿Qué tipo de tecnologías y programas utilizan para producir?

—En este momento nos valemos del video digital, formato mini DV normas PAL y NTSC, porque es el equipo que fuimos consiguiendo. La transferencia e intercambio de datos se hace a través de una interfaz llamada Firewire, que ya es popular y accesible en todos los sistemas y aligera muchísimo los procedimientos entre las camaritas y las computadoras. Para la edición de video usamos mayormente programas de plataforma Macintosh, pero hay unos cuantos procedimientos que también se resuelven en las PC muy sencillamente. Los programas que usamos son a grandes rasgos: capturadores de imagen a través de cámara (image grabbers), programas de retoque de imágenes, programas de gráfica vectorial, programas de edición de video y sonido, programas de grabación de DVD. Tenemos y usamos aún una PC con una plaquita de video muy antigua, que todavía es muy útil para la captura cuadro a cuadro. Entre 1987 y 1991 produjimos en cine súper 8. A partir de ahí y hasta 2001 utilizamos cine 16 mm y esperamos poder retomar este formato cuando económicamente sea posible, ya que trabajar en material fílmico es una experiencia riquísima para los chicos.
—¿Cómo cree que influye en el aprendizaje de los contenidos curriculares y en la educación integral del niño el hecho de que comiencen desde muy pequeños con la animación?

—No sé si puedo ligarlo a los contenidos curriculares, pero indudablemente tiene un papel fundamental en la formación de cada persona. La animación es algo muy parecido a la magia, en un aspecto, con la gran diferencia de que lo que se produce es algo real y tangible, no desaparece sino que queda plasmado en una cinta. Quien se involucre con la animación llega a tener dominio sobre la fracción más pequeña en el rompecabezas de la construcción cinematográfica: el fotograma. Eso da mucho poder, mucha seguridad. A la vez, debe desarrollar cualidades como la observación y la sensibilidad, ya que ANIMAR no es mover sino dar vida, otorgar cualidades de carácter y comportamiento a un sujeto que antes no las tenía, que surgió por invención propia. Los chicos se emocionan mucho una y otra vez cuando ven sus personajes “vivos”; esto es algo que muchas veces no pueden compartir hacia afuera pero que les genera un cambio en cuanto a su autoestima y la vivencia de lo que pueden hacer una vez que se lo proponen.

—¿Qué tipo de actitudes intentan que los chicos desarrollen, qué prioriza Ud.?

—La prioridad es que son personas en formación: a partir de allí los acompañamos a experimentar con el arte y la comunicación. En el taller trazamos un recorrido tan amplio como es posible a fin de que los chicos prueben distintas alternativas dentro de los distintos géneros y técnicas, y por lo tanto este trayecto experimental es sensibilizador.

Muchos de estos chicos no se dedicarán a los medios audiovisuales en el futuro, pero que hayan estado en contacto con los medios debiera constituirse un punto de inflexión, un aporte que cambie y enriquezca a cada uno de los participantes. Entre los objetivos que no son exclusivos del cine (de comportamiento, por ejemplo), que aprendan a trabajar en equipo y a deponer el individualismo. Que sean capaces de discutir sosteniendo las convicciones con fundamentos. Que se vuelvan observadores y detallistas, que puedan tener una mirada crítica y no acepten los enunciados si encuentran cómo objetarlos. Que aprendan a trabajar consecuentemente, diferenciando un poco la cultura de lo inmediato que está tan de moda, ya que una película no se hace en un día ¡pero comprenden y comprueban que vale la pena trabajar hasta finalizarla!

—¿Con qué temáticas, directores, géneros y formatos se enganchan más los chicos? ¿Y por qué cree que sucede?

—La elección de las temáticas es muy variable: los chicos son finalmente personas (sonríe) y por lo tanto sus intereses se disparan hacia distintos temas. Hay por épocas influencias fuertes de algunos modelos, digamos que Steven Spielberg o Tim Burton, también Miyazaki, en ocasiones se conectan con el expresionismo alemán o con las series y novelas centroamericanas... de todo un poco.
En cuanto a género, una gran mayoría de los chicos eligen el cine de animación, pero tal vez esto está condicionado por dos factores: hay una tradición histórica de realización de animación muy presente en nuestra escuela (sumado a que quienes coordinamos somos especialistas en este género), -nuestra sede es muy pequeña y a veces es más cómodo o más práctico trabajar en animación que demanda poco lugar y no precisa de un set de filmación. De todas formas, se han realizado documentales, ficción, animaciones para internet y varias propuestas más, es difícil generalizar. Tal vez puedo decir que, al igual que los estudiantes adultos, los mueve enfrentar aquello que les produce temor a la hora de crear.

—Me da mucha curiosidad, ¿dónde podemos ver alguno de los materiales realizados por los chicos?

—Hay una cantidad importante de obras publicadas y visibles en la red; no sé si llego a nombrarlas todas, pero aquí van los directorios más importantes, donde hay videos, fotos y notas, y el vínculo a algunos trabajos al azar:

http://www.tallerelmate.com.ar/
http://tallerelmate.com.ar/conlosdedos
http://www.youtube.com/user/tallerelmate
http://tallerelmate.multiply.com
ABSTRACTO (2005)
LA ESCUELA (1988)
EL SÓTANO (1992)
UNA PESADILLA (2001-2002)
CRECIMIENTO (1995)
PUM (2001)
A PUERTAS CERRADAS (1999)
FOTOS de los chicos trabajando en el proyecto “Con los dedos”
Registro en video de los chicos trabajando en el proyecto “Con los dedos”

—Con el taller han participado de muchos festivales y proyectos en los que le fue muy bien ¿cómo se sienten los chicos con esto?

—Que el trabajo sea proyectado es parte de lo que el realizador necesita como devolución. Por este motivo insistimos en enviar los materiales ampliamente a todo aquel evento, festival o muestra en el que tenga cabida. A veces es complicado o no es dable participar cuando no existe la sección “niños y jóvenes”, pero tal como decís: en la mayoría de los casos el reconocimiento y la respuesta son enormes.

—Además de en la sede del taller de cine El Mate, ¿en qué otras escuelas se está dando el taller? ¿Mantienen relación con la comunidad?

—Además de las actividades en la sede de la escuela, desde hace años procuramos desarrollar programas especiales abiertos a la comunidad y democratizar el intercambio de los niños con los medios audiovisuales, llevando como propuesta actividades itinerantes, con preferencia en las escuelas públicas, y abriendo las posibilidades de participación y difusión. Esta apertura fue gradual y creció a la par de nuestro afianzamiento en la estructura institucional.
A raíz de la demanda, en 1999 organizamos una videoteca de préstamo gratuito; instrumentándola, los colegas podían utilizar películas realizadas por niños y adolescentes en sus clases, ya sea como motivación o complemento de su trabajo en el aula. Un año más tarde encaramos un plan llamado “Taller de Cine en la escuela”, por medio del cual realizábamos un recorrido personalizado aula por aula, a la manera de las ferias trashumantes casi, mostrando películas y revelando los cómo-se-hace del cine. En estos encuentros cargábamos con cámara, trípode, proyector de cine y otros elementos con los cuales los chicos habitualmente no tenían contacto. En 2003 nos abocamos a capacitar a un grupo de jóvenes, tras de lo cual realizamos un proyecto de pasantías asistidas. Así filmamos una película de dibujos animados llamada Mi casa, mi barrio, mi escuela. Para hacerla nos ocupamos 410 personas, 350 de las cuales eran niños de entre 10 y 12 años. En 2004 y 2005 encaramos el plan "Descubrir el Cine", experimentando con juguetes ópticos. El alcance que tuvo la actividad fue el trabajo de 3400 chicos de las escuelas públicas de la zona y la producción de una película documental después.

Este año como actividad paralela a las clases en nuestra escuela estamos dedicados a la realización de un blog llamado “Con los dedos". Es un proyecto que hace pie en la comunicación, no en el cine ni en el video. La propuesta es rescatar lo que cada uno piensa y desea expresar acerca de un tema: "tener amigos", "los padres", "pasarla bien", "la libertad" y otros que surgieron espontáneamente. Hay una cámara a disposición, y sólo las propias manos y dedos para representar las ideas visualmente, con lo cual lo que resulta realmente importante es tener algo para decir. “Con los dedos" plantea una propuesta minimalista: llevamos una cámara, sí, pero nada más que eso. Lo más importante se resuelve en cada cabecita; deseamos acotar el espacio a la reflexión, la tecnología está al servicio de los chicos para eso. Esta es la primera vez que abordamos un trabajo colectivo en las escuelas llevando una cámara y un trípode, ya que en las experiencias anteriores trabajamos con dibujo animado y juguetes ópticos, básicamente con papelitos y cartones, sin portar otros elementos o materiales.


Fecha: Noviembre de 2006

Ficha

Publicado: 24 de enero de 2007

Última modificación: 18 de diciembre de 2012

Audiencia

Área / disciplina

Nivel

Secundario

Categoría

Entrevistas, ponencia y exposición

Modalidad

Todas

Formato

Texto

Etiquetas

animación

blog

cinematografía

taller de cine

técnica de video

Autor/es

Verónica Castro

Licencia

Creative Commons: Atribución – No Comercial – Compartir Igual (by-nc-sa)


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