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Historietas Reales

Una entrevista a los creadores de Historietas reales, un blog en forma de historieta donde en entregas diarias y rigurosas distintos historietistas relatan sus vivencias durante la semana.


Todos, más allá de que trabajen en otras cosas y tengan sus propias páginas web, han dado el salto de lo personal a lo colectivo en este proyecto autogestionado on line, que les da la posibilidad de ser conocidos a nivel internacional, la oportunidad de publicar el libro de HR, muchos fans y una muestra que se puede ver en el Centro Cultural Recoleta hasta el 18 de noviembre. 

Nos entrevistamos con cuatro de ellos: Clara Lagos, por la historieta Clarísimos días; Ernánn, De cómo me hice rico y famoso; Max Aguirre, Los resortes simbólicos y Fran López, de Autobiógrafo.



—¿Cómo fue la génesis del proyecto Historietas reales? ¿Se conocían de antes, o Dios los cría y la Web los junta?


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Max: —No, nos conocíamos. Cada uno de nosotros fue llegando al proyecto de diferentes maneras. Creo que, en general, el nexo entre todos nosotros es la movida de la historieta independiente que se fue dando en los 90. A mí, por ejemplo, me convocó otro de los chicos de HR, Ángel Mosquito (El granjero de Jesú), al que conocí en un evento de historietas independientes en el 2000. Se fue sumando la gente, cada uno fue invitando a gente que conocía. La idea original del blog HR era publicar sólo una historieta por día, y que cada uno tuviera asignado un día para su tira. Pero como es algo que todos hacemos además de otras ocupaciones laborales, a veces pasa que no podemos publicar, y para no tener ningún día el blog sin actualizar decidimos publicar más de una tira por día. Por eso también se sigue sumando gente, y así podemos cumplir siempre con los lectores.

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Clara: —A mí me convocaron Fran y Fede (Autobiógrafo), que fueron los que empezaron con el proyecto. Con ellos nos conocemos desde hace diez años, cuando hacíamos el fanzine Océano y Charquito con Caro Chinaski (Indecentemente cursi), que también participa en el blog. Somos muchos y a veces no sabemos cómo organizar la forma de trabajo, pero al final funciona.

—Funciona y muy bien: del blog de historietas llegaron a exponer en el Recoleta, y algunos de los historietistas han editado sus libros a partir de esta visibilidad en la web. ¿El blog se convirtió para ustedes en lo que antes pasaba por ponerse un estudio con socios, hacer tarjetas del estudio, etcétera?

Max: —Algo así, sí. Las cosas a partir del proyecto del blog fueron pasando no sabemos bien cómo, pero es cómo todo en la Web: surge. No fuimos los primeros que subimos historietas a la Web, ya existían blogs de historietistas, pero sin que nosotros mismos hiciéramos ninguna movida de prensa, porque somos bastante anárquicos (más de los que algunos quisiéramos), de pronto un día pasamos de tener 20 visitas por día a tener 700. ¿Qué pasó? Podeti, un colega que tiene el blog Yo contra el mundo en los weblogs de Clarín, nos recomendó y de allí partieron muchas de las visitas. Y así otros periodistas, también por su cuenta, descubrieron el proyecto y nos publicaron. Es como todo en internet, la gente va descubriendo cosas, las comenta en su propio blog o en el medio donde trabaja, pasa de boca en boca. Hasta nos publicaron en un diario de México como el mejor webcómic, y también en un medio de España.

Clara: Nosotros venimos del mundo de los fanzines, donde nos autoeditábamos. Teníamos que gastar plata en papel, en que nos conocieran, etc. Y ahora internet es la fórmula genial para nuestras inquietudes, no sólo porque no implica más gastos que tiempo y bastantes ganas, sino porque a partir del blog podemos juntarnos sin problemas con mucha gente que tiene las mismas inquietudes.

—¿Y cómo es la relación con los lectores a través del blog? Seguramente el vínculo con el público que permite el blog los diferencia de aquel viejo historietista que no tenía ese feedback inmediato, ya que su medio era la edición impresa. ¿Cómo es ser un historietista de la era digital?

Clara: —Son muy interesantes los lectores que tenemos y es muy interesante lo que pasa con ellos, porque no se quedan sólo comentando en el blog: después van a los eventos que organizamos y se nos presentan con su nick.

Max: —Tener un proyecto de historietas on line tiene eso que no tiene ningún medio gráfico, donde las devoluciones del público son en parábolas y en diferido. En una editorial uno publicaba algo y por ahí después de dos meses el editor te avisaba que había llegado una carta para felicitarte.

Clara: —Además, y no por despreciar a otros medios, el blog es un proyecto propio, no hay dinero de por medio (nadie nos paga por publicar las historietas) y eso lo hace más fresco, la gente se ve más reflejada.

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Ernánn: —De todas formas, el ser autogestionados y sin dueños ni plata no nos quita la presión y la exigencia de los lectores. Si un día no publicás te reclaman.

Max: —Pero reclaman con todo el derecho del mundo, porque fuimos nosotros los que decidimos hacer este blog, nadie nos obligó. Cuando no publicamos por algún motivo o se hace eventualmente algún copy paste de alguna otra publicación propia (se ríen) enseguida te escriben ¡Laburá! o cosas por el estilo.

Más allá de esto, lo que sucede es que publicás una página y al instante se convierte –para los lectores– o en una bisagra estilística mundial o en la estupidez mayúscula. Porque son así de categóricos, para bien o para mal. En el blog todo sucede con la dinámica de un show stand up: ahí, en el mismo instante en que publicaste algo, el tipo te habla y te dice no me causó gracia la historieta, por ejemplo.

También lo divertido es que a veces a partir de alguna historieta hacen comentarios que se van para cualquier otra parte, y se arman discusiones entre ellos mismos. Por ejemplo, Clara había hecho una historieta que contaba que le gustaba mirar la copa de los árboles cuando viajaba en colectivo (algo muy romántico) y todo terminó en una discusión sobre la deforestación en Buenos Aires.

—La mayoría de ustedes son artistas integrales, y algunos trabajan en equipo (guionista e ilustrador). ¿Cómo es el proceso de creación que sigue cada uno, cómo manejan el equilibrio entre el texto y las ilustraciones?

Clara: —A mí me pasa que una vez que ya sé lo que quiero contar y adónde quiero llegar empiezo a dibujar, y sale más o menos solo. A veces me sorprendo de mí misma, porque sin pensar mucho de repente lo resuelvo bien. Creo que eso también fue gracias al ejercicio de publicar todos los jueves en el blog durante estos años.

Max: —Sí, a todos se nos nota el camino recorrido por esta maquinita de producción llamada blog. Lo cierto es que casi todos nosotros empezamos en el mundo de la historieta en los 90, un momento muy desierto de la industria, cuando difícilmente se podía encontrar uno llegando a fin de año con 100 o 150 páginas, y hoy en el blog las hacemos. El blog nos dio mucha dinámica de ejercicio del oficio, evolucionamos híper rápido en comparación con lo que veníamos haciendo. Por ejemplo, Clara fue evolucionando también en su relación con los lectores, descubrió cómo potenciarla (bah al menos es lo que yo veo, es la primera vez que lo hablo con ella en vivo), hace un tiempo que inventó “La pregunta de la semana” (¡Amo la pregunta de la semana!).

Clara: —Es que básicamente quiero divertirme, y para aprovechar el recurso del blog donde la gente comenta, tomo alguno de los comentarios que más me divierten y hago una respuesta que en verdad es un delirio.

Fran: —Yo trabajo con Fede –guionista–, y como vive en La Plata hablamos mucho por computadora: él me manda un guión que generalmente tiene mucho que ver con lo que estuvimos hablando en la semana… Al principio era de bocetar y plantar la página, y ahora hago más un lápiz desprolijo y apurado de lo que va a ser la página y entinto de una sin fijarme. Generalmente los guiones de Fede tienen bastante pocas indicaciones que no tengan que ver directamente con el relato, entonces invento, le doy vuelta a lo que él me dice.

Max: —Yo suelo cavilar mucho más lo que escribo que lo que dibujo; trabajo con tablero de mano y muy one shot. Busco algún anclaje de algo que me pasa en la semana para hacer la historieta; pero me resulta algo menor y bochornoso contar mi vida, por eso doy varias vueltas con el texto.

Todos: —Pero la verdad, nos morimos por saber cómo trabaja Ernánn…

Ernánn: —Mis dibujos son muy básicos, lo más interesante pueden ser los diálogos. En general, a partir de un disparador cualquiera voy a mi cuarto, grabo un diálogo imaginario, y a partir de ese diálogo hago la historieta. Por ejemplo, me acabo de pelear con mi mujer: entonces voy, me encierro y me grabo diciendo todo lo que le hubiera querido decir, que no se lo digo porque “se pudre todo”, y también lo que me imagino ella podría contestarme.

También, al principio del blog fui contando anécdotas de la vida, pero ahora creo que ya se me acabaron y tuve que recurrir a cuando ceno con mi mujer, por ejemplo. Y ahí hago una grabación como si fuera una obra de teatro, hablo yo y me contesto como si fuera otro.

—Se pueden subir audios en el blog… ¡queremos escuchar esas grabaciones!
¿Por qué la idea de hacer sólo historias autobiográficas, más realismo, y no hay historietas de las tradicionales, con superhéroes?

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Fran: —Decidimos eso porque en realidad no nos gusta que la autobiografía se haya puesto tan de moda, hasta convertirse en un cliché en la literatura en general y en la historieta pretenciosa europea y estadounidense, como por ejemplo Robert Crumb, en los 60, y de allí en adelante.

Max: —Hay distintas escuelas de historieta autobiográfica. A partir de los 60 empieza a hacerse pertinente el contar la vida de entrecasa, pero muchas tienen el estilo de narrar exactamente las cosas como suceden y así por ejemplo, ganó el Eisner la historieta El año que viví con cáncer: el autor padeció la enfermedad y te cuenta todo el proceso de su quimioterapia en una novela gráfica. Y ese estilo es quizás lo que menos nos gusta.

Fran: —Hoy por hoy si no querés caer en la historieta de acción o aventura, caés en la autobiografía, entonces la autobiografía pasó de ser algo novedoso a convertirse en un manierismo. Entonces pensamos en hacer otro tipo de autobiografía, una especie de ficción pero que se alimentaba con cosas que nos pasan diariamente en nuestras vidas, los personajes somos nosotros y nuestras familias y amigos, pero lo que contamos queda a juicio del lector si sucedió o no. Empezamos contando cuando le secuestraron el perro a Fede y se lo devolvían con la cabeza dada vuelta, y la vecina de él era un pintor del siglo XVII híper vanguardista que había jugado en Deportivo Morón en los 60. Después de varias semanas de tira, se develaba que no se trataba realmente de autobiografías.

—¿Todos saben usar bien la computadora ? ¿Qué herramientas utilizan para hacer las historietas¬ y luego subirlas al blog?

Ernánn: —Dibujo, pero escaneo mal, lo borro mal. Yo soy un desastre con la computadora, pero queda bien, es mi estilo.

Max: —Yo dibujo directamente en máquina con el lápiz óptico.

Clara: —Yo dibujo en papel, paso a tinta y luego pinto en la computadora. Y tengo un programa de imágenes donde ya tengo preseteados los colores, y lo uso siempre como referencia, tengo un duo tono. Hernán Cañellas (Martini Seco) también pinta con la computadora.

Max: —Sí, además hace referencias fotográficas y luego las ilustra en Painter o Photoshop y tiene enmaquetado en 3D, es más loco lo que hace. Él es ilustrador publicitario y se agenció como guionista para esta historieta a su vecino, que es andinista, pero no es que apoya a Augusto César Sandino sino que escala montañas y tiene una palestra en la casa. Hernán le dijo: yo voy a escalar con vos un día, pero vos tenés que hacer conmigo la historieta, y ahora el vecino –Andrés Biscaisaque– está reentusiasmado, se convirtió en un crítico feroz del blog, y son muy valiosas sus críticas porque es alguien que nunca ha leído historietas antes, ni mucho menos escrito. Está lo que se dice “limpio”, tiene una mirada distinta.

—¿Y qué les aconsejarían a los que quieren iniciarse en el mundo de las historietas? Estudiar ¿qué y dónde?

Clara: —Yo creo que los chicos a los que les gusta en general son chicos curiosos, y la familia y ellos mismos tienen que darse la posibilidad de experimentar distintas cosas y estímulos, como pintar, la música, etc., y no sólo dedicarse a estudiar una carrera tradicional. Y para estudiar historieta específicamente hay varios lugares. La Escuela Argentina de Historieta, la Escuela de Dibujo de Garaycochea, o el Instituto Horacio Lalia, o BANDA DIBUJADA, un movimiento cultural para la difusión de la historieta para niños y jóvenes.

Max: —Hay muchas escuelas buenas para estudiar. Horacio Lalia fue el que ilustró el último guión de Oesterheld: Necrodamus. Argentina tiene una tradición de dibujantes muy importante, como pocos países del mundo: la escuela argentina de historieta ha formado a grandes como Hugo Pratt y ha reformulado el estilo europeo (no francés) a través de la historieta argentina de los 50. Después de jugadores de fútbol, lo que más se exporta son dibujantes. Maitena, Juan Giménez, José Muñoz, Eduardo Risso (ganó dos premios Eisner, el mayor premio de la industria, que entregan los norteamericanos), Grillo, Horacio Altuna (que es el presidente de la Asociación de Dibujantes de Cataluña). Alberto Breccia es citado en todo el mundo a la hora de hablar de historietas y se formó en Argentina, como también lo hizo uno de los autores de Asterix, René Goscignny.

Fecha: Noviembre de 2007

Ficha

Publicado: 07 de noviembre de 2007

Última modificación: 23 de julio de 2013

Audiencia

Docentes

Estudiantes

Área / disciplina

Nivel

Secundario

Categoría

Entrevistas, ponencia y exposición

Modalidad

Todas

Formato

Texto

Etiquetas

historieta

autobiografía

blog

dibujo

Autor/es

Verónica Castro

Licencia

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