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Carlos Scolari: "¿Tiene sentido que un móvil, que ya no es solo un teléfono sino una pequeña computadora, se apague en la escuela?"

Carlos Scolari es licenciado en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Rosario, y doctor en Lingüística Aplicada y Lenguajes de la Comunicación. Dirige el Departamento de Comunicación Digital y es profesor titular de Teorías de la Comunicación y Fundamentos de Comunicación Digital en la Universitat de Vic. Produce además digitalismo.com, y es autor de Hacer clic. Hacia una sociosemiótica de las interacciones digitales y No pasarán: Las invasiones alienígenas desde H. G. Wells hasta S. Spielberg. Coordina el Grup de Recerca d'Interaccions Digitals (GRID).
Como parte del equipo organizador de la e-week –un evento que se realiza desde hace 4 años en Barcelona— aquí nos cuenta sobre las ideas e investigaciones sobre los posibles usos de las TIC que atravesaron la edición de la e-week 2007.

05122007—¿Cuál es el balance de la e-week de este año y los nuevos temas que se presentaron?

—La e-week nace en el 2004, por iniciativa de la Universitat de Vic, con el objetivo de debatir las tendencias y el estado de la investigación y la difusión de las aplicaciones y los usos de las TIC. Es una semana digital que contempla cuatros ejes de actividades: el académico, el económico, el social y el cultural. La finalidad es fomentar un uso crítico de las tecnologías digitales. Esta fue la cuarta edición de e- week. En la primera tuvimos como súper conferenciante a Howard Reynolds, en la segunda a Ted Nelson y Gonzalo Frasca ( especialista en videojuegos), entre otros; y en la tercera estuvo Pierre Levy. Hicimos un video a modo de memoria de la e-week que puede ser interesante para saber más sobre este evento.

Esta última edición fue muy interesante, contamos con la visita de Kevin Kelly y vino mucha gente del mundo de la empresa y la innovación de Cataluña, como Antonio González Barros, presidente del grupo Intercom. También dentro de este ámbito hizo su ponencia Dídac Lee, un chico que con 33 años ya maneja cinco empresas desde su casa en Figueras, aunque una de ellas esté en Tandil (Argentina) y otra en México.

Desde el plano más académico estuvo presente una chica italiana, Sara Monaci, profesora de la Universitat de Torí, que fue la que diseñó el sistema wifi del Museo de Cine de Torino, una modalidad que hoy está muy en uso. Se trata de combinar el wifi con toda la información que existe dentro de los museos, es una de las nuevas fronteras de la museística.

También hubo varias mesas redondas sobre temas referidos a los distintos usos de móviles, como el móvil-marketing y otros usos, que se han convertido en un tema de investigación muy relevante. El móvil hoy es un canal que ya ha entrado como estrategia en todas las empresas.

—Sí, hay muchas experiencias que relacionan también móvil y televisión. Hay una enorme penetración del móvil en todos los aspectos de la sociedad. Sin embargo, en España todavía no se está usando para ver televisión, por ejemplo. ¿Por qué cree que aún no se ha instalado?

—La mayoría de los alumnos tienen móviles, la mayoria con wifi, Bluetooth, cámara de fotos, etc. Pero la televisión por móvil todavía no ha entrado como uso en la gente, aunque hay muchas promociones de las empresas para ver televisión gratis por móvil.

A nivel académico, en Europa, hay algunas líneas de investigación al respecto que se basan en entrevistas a usuarios expertos y a empresarios sobre cómo usarían ellos la televisión en el móvil y sobre qué características deberían tener las produciones audiovisuales para móviles. Estas investigaciones coinciden en que tienen que ser producciones cortas, formatos breves, con un consumo ubicuo (como en los 80 era el uso de walkman, o ahora el i pod: esperando el tren, en el colectivo, etc.), y con una estética particular. Una película, una imagen panorámica, no se pueden ver en un móvil; el móvil es un formato audiovisual de primeros planos, sin grandes movimientos de cámara, un formato parecido a los videos hechos para la Web.
Hoy día en los móviles se puede acceder a series televisivas que no tienen ningún tipo de transformación: la misma serie que se emite en la pantalla grande se emite en la pantalla pequeñita del móvil. Sin embargo, ya existen softwares que hacen planos más cercanos recortando automáticamente la imagen, una especie de zoom fijo. También hay producciones hechas específicamente para móviles, hay varias empresas que hacen cortos informativos sobre tecnologías, por ejemplo.

Y a diferencia de las investigaciones que mencioné antes, algunos resultados de investigaciones de usos reales están rompiendo los mitos y las hipótesis pensadas por los expertos. Por ejemplo: hay gente que está utilizando la televisión en los móviles no fuera de su casa, con un consumo ubicuo, sino que la usan dentro de la casa. Incluso en el living de la casa puede estar la familia mirando la tele y el hijo utilizando el móvil para ver otro canal o para ver si ya está empezando la película por el otro canal. Sería como un comando a distancia pero con otra pantalla, el móvil es una pantalla más dentro de la casa.
También hay algunos resultados con usuarios reales que demuestran que mucha gente consume productos largos en los móviles, por ejemplo en un viaje largo en avión.

—¿Por qué hablaba usted de la hipótesis de que la televisión por móvil no competiría tanto con la televisión tradicional sino con la radio?

—Porque recientemente se hizo una investigación en Bélgica que manejaba esa hipótesis. Básicamente se maneja esta posibilidad por un tema de horarios, porque se han hecho investigaciones sobre en qué momentos del día la gente usaría más la televisión en el móvil y los resultados dicen que entonces se superpondría con los horarios en que la gente escucha la radio.

—Hay iniciativas, como las de Hugo Pardo y otros colegas, que intentan ver cómo puede integrarse mejor el móvil en la vida universitaria. ¿Qué opina de eso?

—Hace poco tiempo se dio a conocer públicamente un informe que habla de la situación de la educación en Cataluña y la deja por la tierra. Habla de la caída del nivel educativo, del abandono escolar en la primaria y la secundaria. Luego, y a propósito de ese informe, Manuel Castells publicó en el diario La Vanguardia un artículo muy interesante donde decía que una de las causas podría atribuirse a que no hubo en el sistema educativo de Cataluña una inversión en infraestructura educativa; y la segunda causa la remite al desnivel total entre lo que es la escuela como institución y lo que es la vida de los adolescentes. Los chicos crean sus redes a partir de teléfonos móviles y hacen un consumo diferente de las cosas, dice Castells. Para un chico ir cuatro horas a la escuela a que le cuenten una historia que está basada en un libro es una tortura. Y por más que haya conexión a internet en las escuelas hay un defasaje muy grande entre la formación de los profesores y la realidad cotidiana de estos chicos.

En ese contexto yo me pregunto ¿tiene sentido que un móvil, que ya no es sólo un teléfono sino una pequeña computadora, se apague en la escuela? Se podría utilizar para cuando, por ejemplo, se van de excursión a la montaña, para sacar fotos, armar un blog y mandar cosas a chicos de otras escuelas, utilizar de distintas formas este instrumento. Pero reconozco que esto requeriría una reforma estructural del sistema educativo. Las aplicaciones educativas para móviles aún no están explotadas y en esa línea está trabajando Hugo Pardo.

En la universidad el móvil podría servir, por ejemplo, para descongestionar las matrículas y todo el proceso de matriculación de las asignaturas, cambio de horarios, etc. Sería muy útil que el alumno pudiera tener acceso a todos estos servicios a través del móvil.

—Recientemente tuvo lugar “La Semana Monográfica de la Educación”, realizada por la Fundación Santillana. Allí se presentó un informe cuantitativo del CNICE, del Ministerio de Educación de España, que develó un bajo aprovechamiento de la tecnología en el aula: independientemente del aumento de la cantidad de computadoras y de la conectividad, en las escuelas existe un uso básico de la tecnología. También mostraba que los procesos creativos no ocupan más que un 10% del tiempo en la escuela, y que muchos docentes que usan las TIC en su casa no las usan en el aula. Estos son datos duros, pero si pensamos en el aporte que hizo allí también César Coll , el análisis se hace interesante. Él dice que las gramáticas conservadoras de la escuela no están enquistadas en la aceptación o no de las TIC sino en la fosilización del currículo: el lugar intocable es el currículo. ¿Hasta cuándo cree que la escuela va a resistir con este currículo monolítico, de largo plazo, que exige que los chicos estén en un mismo lugar por muchas horas durante doce años para luego dar exámenes con bajísimos resultados?

—A nivel estructural no sé cuánto es el nivel de fosilización del currículo, pero lo que sí puedo decir es que en España hay un gran problema del que se quejan tanto los sindicatos como los maestros: que no se llega nunca a asentar el sistema educativo. El gobierno de Aznar hizo una reforma educativa, luego el gobierno socialista hizo otra reforma, pero ninguna tuvo el consenso de todos los sectores. En este contexto y con la transformación que vivimos respecto de las formas de apropiarse del conocimiento, la escuela queda mal parada.

—Claro el problema es una cuestión ecología del conocimiento, dónde se lo produce, quién lo produce, cómo se genera. El paradigma de apropiación y de difusión del conocimiento en la escuela es reproductivo, pasa por el libro de texto. Y no es lo que se ve hoy en los chicos, ellos usan y producen la Wikipedia, por ejemplo, una producción colaborativa de conocimiento ¿ A nivel universitario también se da esta antinomia?

—Sí. Aunque el objeto libro en la universidad española es totalmente extraño al alumno, genera rechazo.

—Sin embargo hay muchísimo material editorial nuevo, para las disciplinas sociales…

—Sí, pero la consigna es publicar manuales, materiales introductorios, cada vez menos ensayística, menos texto profundo.

—Recientemente, la noticia de tapa de la revista Newsweek fue Jeff Bezos y el nuevo lector de libros electrónicos Amazon Kindle, y en la tapa decía “no es el fin del libro, pero es el fin del libro en papel”. ¿Qué piensa de eso?

—Habrá que verlo. Hace poco fui al Salón del Libro de Barcelona, una feria muy pequeña, y veía muchos stands de las administraciones públicas, de las comunidades autónomas cuyas publicaciones están relacionadas con compromisos políticos, y pensaba ¡cuántos árboles destruidos sin sentido, cuánto papel! Que el libro siga existiendo, pero entonces hagamos un desarrollo más sostenible del planeta.

Fecha: Diciembre de 2007

Ficha

Publicado: 05 de diciembre de 2007

Última modificación: 12 de noviembre de 2012

Audiencia

Área / disciplina

Nivel

Secundario

Categoría

Entrevistas, ponencia y exposición

Modalidad

Todas

Formato

Texto

Etiquetas

dispositivo móvil

Carlos Scolari

Autor/es

Alejandro Piscitelli

Licencia

Creative Commons: Atribución – No Comercial – Compartir Igual (by-nc-sa)


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