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Pierre Lévy (II): memoria y ciberespacio 

¿Qué consecuencias tiene todo lo que hacemos en internet? Para Pierre Lévy, cada intervención modifica las relaciones entre los datos y transforma la memoria colectiva: cada persona «programa» la memoria común. Compartimos la segunda parte de la charla abierta que mantuvo el filósofo y escritor en educ.ar el 16 de abril de 2015, entrevistado por Cecilia Sagol.

Todo lo que hacemos en internet modifica la estructura de las relaciones entre los datos y transforma la memoria colectiva. Pierre Lévy, filósofo investigador de la inteligencia colectiva, las redes y la cultura, explica que cada intervención en línea actúa como disparadora de algoritmos. Según el filósofo, cada uno de nosotros «programa» la memoria común. Por eso, las consecuencias de nuestros movimientos en la red nos comprometen a ser responsables.

Cuando uno crea un enlace entre su sitio web y otro, lo que hace es transformar la estructura de los hipervínculos y aumentar la chance de que tal o cual sitio web aparezca en el tope de los resultados de búsquedas de Google. Algo parecido ocurre cuando uno compra un libro en Amazon, esto es, aumenta la probabilidad de incrementar las sugerencias o recomendaciones de ese texto a otros usuarios que tienen un historial de lecturas similar. Una lógica parecida se repite cuando usamos una etiqueta (hashtag) particular en Twitter y comienza a replicarse hasta convertirse en tema del momento (trending topic).

Entre los modos de «programar» la memoria colectiva, uno de los más importantes es la clasificación u organización de la información. Tradicionalmente los bibliotecarios eran los que se ocupaban, cuando llegaba un libro a la biblioteca, de categorizar ese texto y ubicarlo según determinadas descripciones y conceptos clave, asignándole códigos. Ahora, esa tarea la hacemos todos, sin ser bibliotecarios y casi sin advertirlo. Cualquiera que use una etiqueta en Twitter está realizando un acto de categorización: los hashtags representan una forma de democratización de las categorizaciones. El valor de la información está en los datos y en los metadatos, que permiten filtrar de manera cada vez más eficiente.

Hay varios factores que cambian la dinámica del ciberespacio y producen transformaciones importantes: el tipo y velocidad de la conexión, la ubicuidad de la información, los flujos de datos y el empoderamiento social.

Conexión y velocidad

En 1984, solo el 1 % de las personas estaban conectadas a internet; en 2014, cerca del 35 %, lo que permite proyectar que en algunos años aproximadamente el 50 % de la población tendrá conexión a internet. ¿Por qué es importante medir la velocidad de la evolución? Pierre Lévy responde que lo que ha sucedido hasta ahora puede servirnos para extrapolar las velocidades de la evolución en el futuro.

La gente conectada es capaz de recibir, enviar, buscar, producir y compartir información en tiempo real, y eso genera un fabuloso poder. Virtualmente, todos podemos comunicarnos con gente alrededor del mundo. El nacimiento de los llamados medios sociales (social media) es bastante reciente: Wordpress se creó en 2003; YouTube, en 2005; Facebook y Twitter, en 2006. No ha pasado tanto tiempo, ni siquiera lo que consideramos una generación. Por eso podemos decir que este es un panorama de las comunicaciones joven, pero al mismo tiempo hiperveloz.

Ubicuidad de la información y empoderamiento social

Lévy explica que, si bien los grandes servidores están distribuidos en diferentes partes del mundo, la mayor parte de la información está en la «nube» y nuestros dispositivos —computadoras personales, notebooks, netbooks, teléfonos inteligentes, tabletas, etc.— actúan como interfaces cada vez más sofisticadas para acceder a toda la información disponible en la «nube». Esta disponibilidad de los contenidos en todas partes y en todo momento borra de un plumazo cualquier distancia real. Todos los documentos de la web están conectados por hipervínculos o virtualmente relacionados a través de las listas que arrojan los motores de búsqueda cuando buscamos algo. Pero lo más importante con respecto a los datos y a los documentos es que todos los contenidos están íntimamente relacionados con la gente.

Pensemos, por ejemplo, en la colaboración masiva o crowdsourcing: un contenido particular es creado por una gran cantidad de personas dispersas alrededor del mundo. Tal es el caso de Wikipedia —producto de millones de autores/editores—. O el sistema Open Science, por el cual los datos que se obtienen investigando en ciencias como biología, física, astronomía, etc. se colocan abiertos y disponibles en línea para que otros científicos puedan analizarlos, estudiarlos y aportar a esas investigaciones. En esos casos, no solo se comparten abiertamente los datos, sino además las herramientas o algoritmos que se usaron para realizar las investigaciones. De esta forma, se dan conversaciones y discusiones sobre lo compartido y pueden contrastarse, mejorarse y obtenerse otros resultados. Es una nueva forma de hacer ciencia. En Humanidades y Ciencias sociales también se producen datos y algoritmos que se comparten del mismo modo, son las llamadas investigaciones colaborativas.

Algo semejante sucede con el social journalism: los periodistas hacen investigaciones, realizan visualizaciones de datos y los comparten en línea para que otros colegas amplíen y repliquen las investigaciones en las redes sociales creando comunidades en torno a temas o intereses particulares.

En el campo de la educación también ocurren transformaciones de este tipo. Cada día más jóvenes tienen acceso a teléfonos inteligentes, netbooks y tabletas, por lo cual los docentes están intentando «migrar» contenidos de la escuela a estos dispositivos para capturar la atención de los chicos que pasan mucho tiempo en las redes sociales. Los docentes usan Facebook, Twitter y blogs para crear contenidos de manera colaborativa y entretenida, así como también cursos en línea masivos abiertos en línea (CEMA, conocidos en inglés como MOOC).

Finalmente, Lévy explica que hoy es posible perfeccionarse académicamente manejando el propio aprendizaje personal en línea a través de redes, blogs, creación de contenidos, búsquedas de acuerdo con intereses particulares, feedback, etc. Y si hay un grupo de personas que hacen esto juntas, se convierte en aprendizaje colaborativo, entre pares y en comunidad (social knowledge management). 

Pierre Lévy en educ.ar: charla abierta con Cecilia Sagol (parte 2)

(Ver Pierre Lévy en educ.ar: charla abierta con Cecilia Sagol, parte 1)

Ficha

Publicado: 27 de mayo de 2015

Última modificación: 05 de febrero de 2020

Audiencia

Docentes

Área / disciplina

Nivel

Secundario

Superior

Categoría

Artículos

Modalidad

Todas

Formato

Texto

Etiquetas

construcción del conocimiento

procesamiento de la información

memoria colectiva

algoritmo

ciberespacio

big data

Pierre Lévy

Autor/es

Carina Maguregui

Licencia

Creative Commons: Atribución – No Comercial – Compartir Igual (by-nc-sa)


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