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Mariela Yeregui: Las artes electrónicas, un universo transdisciplinario

Mariela Yeregui es egresada de la Escuela del Instituto Nacional de Cinematografía, y Licenciada en Artes (FyL-UBA). Realizó una Maestría en Literatura en la Université Nacionale de Côte d'Ivoire. Desarrolló residencias artísticas en Europa, y América del Norte, entre ellas en: el Lab for New Media (University of California); el Banff Centre for the Arts (Canadá); Stiftung Künstlerdorf Schöppingen (Alemania).
Como artista ha desarrollado infinidad de trabajos: instalaciones interactivas, videoinstalaciones, net art, intervenciones en espacios públicos, videoescultura e instalaciones robóticas. Su obra ha recibido diversos y prestigiosos premios nacionales e internacionales.
Tiene una larga trayectoria académica como docente en diversas instituciones: Carrera de Imagen & Sonido, (FADU- UBA); Master en Comunicación Audiovisual para Medios Interactivos, MECAD/Media Centre d’Art i Disseny (Barcelona, España), Carrera de Comunicación Multimedial (Universidad Maimónides). Actualmente es Docente titular de la Carrera de Artes Electrónicas y coordinadora de la recientemente creada Maestría en Tecnología y Estética de las Artes Electrónicas, de Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF).
En esta entrevista nos cuenta acerca de la naturaleza de las artes electrónicas, desde una perspectiva transdisciplinaria, que contempla el cruce del arte y la tecnología, y sobre cómo ella ha afrontado el desafío de crear y dirigir un posgrado en torno a esta nueva disciplina artística.

15102008—Usted tiene una formación multifacética ¿Cómo fue su recorrido hasta llegar a las artes electrónicas? ¿Qué es lo que la sedujo de este campo artístico?

—Tuve contacto con las artes plásticas desde muy chica. Hice talleres de escultura, dibujo y pintura. Asistí a la Escuela de Educación por el Arte de la Municipalidad de Avellaneda. A la hora de encarar mi formación superior me volqué al campo teórico y egresé de la carrera de Artes de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Paralelamente sentí la necesidad de retomar mis actividades en el campo de la creación y, en ese momento, muy seducida por las artes en movimiento, hice el ingreso en la Escuela del Instituto Nacional de Cinematografía, de donde egresé en 1992. Algunos años más tarde, mi interés era buscar algún camino que me permitiera hacer converger mi pasado en las artes visuales con mi presente en los medios audiovisuales. Muy intuitivamente me postulé a una beca de la Fundación Antorchas para realizar una experiencia de un año en el Lab for New Media, en la Universidad de California- Los Angeles (UCLA). Este impulso intuitivo fue un giro fundamental en mi carrera. Descubrí que a partir de las tecnologías digitales podía hacer que una multiplicidad de lenguajes confluyeran en mis creaciones y, de esta forma, retomar muchos hilos que habían quedado sueltos en mis trayectos de búsqueda y exploración.

—Actualmente la multi, inter y transdisciplinariedad es algo frecuente en muchas manifestaciones artísticas tradicionales (cine, teatro, plástica, video, etc.), ¿cuáles serían las características que distinguen a las artes electrónicas?

—Las artes electrónicas suponen un enfoque que pone en relación diversas áreas del conocimiento –fundamentalmente, el arte, la ciencia y la tecnología–, proponiendo una labor que fomenta la dinámica transdisciplinaria. En la medida en que el arte electrónico configura un objeto que articula una pluralidad de lenguajes –encaramándose incluso en el terreno de la hibridez discursiva y estética–, su carácter es eminentemente dialógico y se ubica dentro del universo transdisciplinario. Pero a su vez, el dialogismo se manifiesta en el hecho de que las obras proponen una experiencia multidireccional: el concepto de autor se diluye para dar paso a una multiautoría que emana de esta posibilidad de que la obra sea actualizada permanentemente por cada espectador.

—Según se cree, arte, ciencia y tecnología son territorios incompatibles o en cierta tensión. ¿Es así? ¿Cómo entiende Ud. que esa interrelación?

—Durante largo tiempo, el peso de las disciplinas ha impedido reales intersecciones. Las sociedades hiperespecializadas del siglo XX han supuesto que los diálogos entre disciplinas no tuvieran lugar. Es indudable que en el campo de las artes electrónicas, cuya condición de posibilidad es la existencia de un diálogo transversal entre saberes, los diques de exclusión deben abrirse. Y es este el gran desafío, ya que no solo implicaría estructuras, instituciones o canales preparados para ello, sino también sujetos dispuestos a correrse hacia los bordes de sus disciplinas.

—¿Qué diferencias existen entre las obras que utilizan los "nuevos medios" como meras herramientas de creación y aquellas obras en las que se usan como un lenguaje de expresión?

—En las obras en que se utilizan los nuevos medios como herramientas, el artista es usuario tecnológico. Hay un “uso” de la tecnología sin que esta afirmación presuponga una valoración. Sin embargo, en las obras en que el artista se vincula con la tecnología en tanto productor, se pone a la tecnología en el centro de su reflexión, no ya como una mera herramienta de creación, sino como un lenguaje que despliega mecanismos singulares desde el punto de vista estético, cognitivo y conceptual en lo que atañe al diálogo hombre-máquina. Este último punto de vista es el que articula una obra electrónica.

—¿Por dónde circulan las producciones de arte electrónico? ¿Por el circuito de las galerías y museos, como sucede con el arte convencional?

—En el último tiempo, las artes electrónicas han empezado a recibir cierta legitimación desde la institución “arte”. Hoy no es raro ver obras tecnológicas en espacios de galerías o museos. Sin embargo, el impulso más fuerte está dado por festivales consagrados específicamente a este campo o espacios especializados en arte y tecnología.

—¿Qué lugar ocupan en este momento las artes electrónicas en los ámbitos destinados a la profesionalización, la investigación y la producción? ¿Hay diferencias entre lo que sucede en Latinoamérica y lo que pasa en otros continentes?

— Poco a poco se ve una mayor presencia en el ámbito local de cursos y actividades orientadas a la creación con medios digitales. En algunas universidades se están implementando programas de especialización. La Universidad Nacional de Tres de Febrero, por ejemplo, desde el año 2000 ya cuenta con una licenciatura en Artes Electrónicas.

Es claro que cada vez más surge una necesidad de profesionalización en este ámbito y que las instituciones fueron dando cabida a esto que en otros países latinoamericanos ya había surgido un tiempo antes, particularmente en el caso de Brasil y México, donde desde fines de los 90 existían centros de formación y de creación (por ejemplo el caso del Centro Multimedia de México), y festivales y eventos consagrados a las artes electrónicas.

—Ud. dirige la maestría en Tecnología y Estética de las Artes Electrónicas que se abrió recientemente en la UNTREF. Contemplando entre otras cosas que se trata de carreras nuevas, donde se trabaja con tecnologías que cambian constantemente y a gran velocidad, y que el abordaje que pretende la carrera es transdisciplinar, ¿qué dificultades tuvieron que afrontar para diseñar el programa curricular y armar el equipo docente?

—Trascendiendo la visión usual –en el campo de las artes y el diseño– de la tecnología como “herramienta de creación”, la carrera parte de la base de que hay un diálogo transversal entre el arte, la ciencia y la tecnología que no hace sino intermodificar cada uno de dichos campos. Es así que las artes electrónicas emergen como un espacio de intercambio y de interconexión de conocimientos, lo que permitiría articular miradas y actitudes, reflexiones y cuestionamientos en relación con el individuo, la obra y su entorno.

En el caso de esta interconectividad entre áreas tan diversas como el arte, la ciencia y la tecnología –que entrañan prácticas y teorías, acción y reflexión–, el reto de emprender una dinámica de entrecruzamiento es por demás complejo. Sin embargo, para aquellos que venimos actuando hace algún tiempo en el campo de las arte electrónicas, el desafío no deja de ser estimulante, por un lado, y necesario, por otro. Repensar el campo no es solamente un quehacer especulativo sino que también reconfiguraría el espacio desde donde desarrollar la práctica artística, intelectual y educativa.

En este sentido, partimos de la base de que para la maestría era necesario un diseño curricular modular y relacional, derribando las parcelas de las materias para hacer emerger módulos que se movieran horizontalmente, rompiendo con las cadenas lógico-formales de aprendizaje gradual y creciente. El programa se fue configurando a partir del diálogo con los docentes de las diferentes áreas, pensando cómo diversificar y abrir el campo hacia territorios que potencialmente pudieran nutrir el campo, como la física, la biología, etcétera.

—El programa está focalizado fuertemente hacia la praxis, la producción artística, pero también incluye instancias de reflexión sobre la producción de los alumnos. ¿Cómo resulta ese proceso de reflexión y distanciamiento frente a la propia obra? ¿A través de qué herramientas y procesos se puede ayudar a los artistas a pensar sobre su obra?

— En el contexto de la maestría, es importante que no solo se pongan en juego dinámicas de acción, o que el proceso esté restringido exclusivamente al campo del quehacer, de la tekné, sino que también es necesario reflexionar y tener una mirada crítica sobre el horizonte conceptual que abre caminos para diálogos que involucran a la obra como a los sujetos –sujetos-hacedores y sujetos-espectadores, que devienen a su vez hacedores–. Por ello, un enfoque que abreve en la mirada transdisciplinaria es fundamental para abordar y desplegar mecanismos que apunten a aspectos tales como la complejidad, la multidimensionalidad y la no-linealidad.

— ¿Cuál es el perfil y cuáles son las expectativas de los alumnos que se inscriben en carreras como la licenciatura en Artes Electrónicas o en la maestría en Tecnología y Estética de las Artes Electrónicas, de dónde vienen, qué formación tienen, a qué actividades se dedican? ¿Y cuál es el perfil y las expectativas de los que egresan?

— La maestría en Tecnología y Estética de las Artes Electrónicas busca reflexionar en torno al fenómeno del cruce arte-tecnología, así como impulsar producciones artísticas, integrando abordajes filosóficos, tecnológicos, científicos y metodológicos. Y tiene por finalidad la articulación de múltiples saberes y herramientas de disciplinas diversas a fin de crear interfaces, dispositivos y entornos creativos que reformulen y re-contextualicen el estatuto del arte en el marco de los lenguajes tecnológicos.

La propuesta de trascender la visión de la relación arte-tecnología como una simple transferencia de herramientas tiene por objetivo, en definitiva, generar un campo que atienda a la especificidad de esta convergencia, movilizando experiencias innovadoras dentro del ámbito de la producción artística y/o corporativa.

Los objetivos generales de la maestría son que los alumnos desarrollen capacidades vinculadas con el conocimiento y las prácticas propias de las artes electrónicas, tendiendo a la integración multidisciplinar; reconozcan el poder transformador e innovador de las artes electrónicas en la cultura actual; apliquen las capacidades y los criterios inherentes a la creación, la producción y el diseño de sistemas que integren lenguajes digitales e interactivos en las áreas profesionales de las que provengan; y comprendan los fundamentos artísticos y científicos que sustentan a las artes electrónicas.

La maestría está dirigida a graduados superiores, licenciados universitarios y profesionales de las áreas de comunicación, diseño, publicidad, realización de cine, TV, video y multimedia, artes visuales y sonoras, arquitectura y otras disciplinas afines, interesados en adquirir una sólida formación en el campo de la investigación, creación y reflexión de las artes electrónicas y/o que deseen adquirir o ampliar conocimientos en relación con los instrumentos tecnológicos, creativos y metodológicos y de contenidos en el ámbito de la creación artística electrónica, con el objeto de una mayor inserción en el campo profesional o una ampliación del espectro de creación, en el caso de los artistas visuales.

—¿Son los más jóvenes o los chicos los más permeables a una percepción más rica de las artes electrónicas? ¿Conoce proyectos, experiencias, talleres de acercamiento y creación en artes electrónicas para adolescentes y niños?

—Precisamente, con Mariano Sardón hemos constatado que hay un vacío en este sentido, pese al interés creciente en los más jóvenes por estos fenómenos. La actual situación indicaría que generaciones de maestros y profesores están naturalizados con la TV y el cine como medios, mientras que la nueva generación de estudiantes se encuentra ampliamente en contacto con lo digital, la red y la interactividad. Diez años atrás era inusual encontrar algún estudiante cuyos intereses se balanceen entre el arte y la ingeniería. Ahora es más habitual. Por ello estamos trabajando en el diseño de una plataforma educativa que actúe como nodo de encuentro, estudio, análisis y desarrollo de estrategias en torno a proyectos específicos, vinculando áreas y utilizando los recursos humanos y técnicos ya existentes en sus respectivos espacios. Además, una plataforma de este tipo debería contemplar la formación de formadores, ya que pensamos que no solo es necesario contar con un nuevo entorno para la práctica educativa, sino también con directores, educadores, políticos, gestores, etc., competentes para tomar decisiones que demandan tanto un profundo conocimiento tecnológico como una total comprensión de los procesos de la historia cultural. Esta plataforma, que busca formar un grupo transdisciplinario de investigación, reflexión y diseño de actividades, herramientas metodológicas y estrategias de acción, tendrá como objetivo realizar una experiencia piloto en el nivel secundario. Esta futura implementación contempla el desarrollo de abordajes para la construcción de un “objeto”, a través de distintas “estrategias” de exploración provenientes de diversas áreas. Así, el entorno transdisciplinario será aquel que permitirá que la plataforma surja, que las estrategias allí concebidas se dispersen y se implementen en el ámbito educativo y que las diferentes ideas cristalicen en material teórico concreto.


Más info :
Maestría en Tecnología y Estética de las Artes Electrónicas (Universidad Nacional Tres de Febrero)
E-mail: maestriaenarteselectronicas@untref.edu.ar


LINKS RELACIONADOS:

Otras escuelas o centros de formación universitaria:

Carrera de Imagen y Sonido (Universidad de Buenos Aires. Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo)

Licenciatura en Artes Multimediales
(IUNA- Instituto Universitario Nacional del Arte)

Escuela de Comunicación y diseño multimedial (Universidad Maimónides)

Espacios con muestras, talleres, seminarios frecuentes sobre artes electrónicas y multimedia

Fundación Espacio Telefónica

CCEBA - Centro Cultural de España en Buenos Aires

Muestras recientes y próximas:

3° Cultura y media
Fecha: 18 al 21 de Septiembre de 2008
Lugar: Centro Cultural General San Martín

Artmedia: 9º Festival de Arte Digital, Comunicación Audiovisual y Medios Interactivos
Fecha: 14 de octubre de 2008
Lugar: Centro Cultural Recoleta

MEACVAD 08 - Muestra Euroamericana de Cine, Video y Arte Digital
Fecha: 27 al 31 de Octubre de 2008
Lugar: Alianza Francesa - Espacio Fundación Telefónica - Goethe-Institut

Ficha

Publicado: 15 de octubre de 2008

Última modificación: 12 de noviembre de 2012

Audiencia

Área / disciplina

Nivel

Secundario

Categoría

Entrevistas, ponencia y exposición

Modalidad

Todas

Formato

Texto

Etiquetas

multimedia

formación universitaria

Autor/es

Mónica Klibanski

Licencia

Creative Commons: Atribución – No Comercial – Compartir Igual (by-nc-sa)


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