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Tecnologías que resisten el agua

El avance tecnológico cambió las formas de trabajar, informarnos y estudiar. Los nuevos adelantos y programas permiten descubrir otras posibilidades para la ciencia tanto dentro del laboratorio como dentro de la escuela. Te invitamos a leer la entrevista al biólogo marino Luis Cappozzo y a compartir tu experiencia sobre experimentos científicos y tecnológicos.

Luis Capozzo, biólogo marino
Luis Cappozzo
es biólogo marino, dirige el Laboratorio de Ecología, Comportamiento y Mamíferos Marinos del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” y ha escrito tanto artículos para revistas especializadas como textos de divulgación. Tuvo la suerte de encontrar muy rápido su vocación: cuando era chico, su papá lo llevó a un museo de ciencias y desde ese momento supo que quería ser biólogo y trabajar en un museo. Pocos años después, le regalaron un libro sobre el mar y desde entonces se inclinó hacia la que sería su especialidad.





–¿En qué consiste el trabajo de un biólogo marino?
–Para contestar en qué consiste el trabajo de un biólogo marino, me gustaría primero explicar de qué trabaja un científico. El científico genera nuevo conocimiento a partir del entorno; el biólogo marino genera nuevo conocimiento acerca de los océanos y los seres vivos que los habitan, a partir de herramientas que brinda la ciencia. Estos son métodos específicos para conocer aspectos nuevos de la naturaleza e integrarlos a un esquema o a un rompecabezas de mayor tamaño. Hay biólogos marinos especializados en describir nuevas especies; otros, en conocer ambientes o ecosistemas marinos particulares; otros estudian las características de los perfiles genéticos de distintas especies; etcétera.
Luis Capozzo
¿Cómo se combina esta definición con el trabajo día a día?
–En mi caso, dirijo una pequeña unidad de investigación en el marco del Museo Argentino de Ciencias Naturales. Dentro de la biología marina, es un área específica que utiliza a los mamíferos marinos como modelos para comprender aspectos vinculados a los océanos. Entonces, el día a día está dividido en dos etapas: la etapa del trabajo de campo, en la que recorremos la costa, subimos a embarcaciones, buques o gomones con motores fuera de borda para recolectar muestras de material biológico o datos relacionados con las preguntas o hipótesis que planteamos antes de ir al campo a buscar la información. Luego, hay una etapa de procesamiento, análisis e interpretación de datos, que se hace en el laboratorio.

En la actualidad, es posible observar lo que sucede en el fondo del mar sin movernos del laboratorio.


–¿Cuál es la parte que más te gusta de tu trabajo?

–Sin ninguna duda, la parte que más me gusta de mi trabajo es estar en el océano. En mi caso particular, siempre la motivación fue estar en el océano tratando de obtener datos para contestar distintas preguntas. Cuando uno comienza esta carrera como estudiante o como asistente de campo de otro científico, observa e incorpora ciertas preguntas muy puntuales de esa realidad que es la naturaleza en acción. A medida que pasan los años, uno puede ver el panorama un poquito más completo. Pero lo que más me gusta de mi profesión es poder estar en contacto con el agua salada, en la superficie, en la costa o debajo.

Luis Capozzo
–¿Cómo afectó a tu trabajo el avance tecnológico de las últimas décadas?
–El desarrollo de las tecnologías afectó mucho a mi trabajo y al trabajo de cualquier científico, en todas las áreas del conocimiento. Hay preguntas que hace veinte, quince e incluso diez años eran difíciles de responder. Uno podía aproximarse a una respuesta parcial, pero no a la respuesta completa. En el ámbito de la biología marina, por ejemplo, podemos hacer el seguimiento remoto de individuos en el océano con instrumentos comparables al GPS de los vehículos terrestres. El desarrollo de la tecnología nos brinda la posibilidad de colocar en ciertos individuos –un delfín, una ballena, una foca– instrumentos que permiten conocer a qué profundidad pueden sumergirse, cuánto tiempo pueden estar debajo del agua y qué recorridos realizan, entre muchas otras cosas. Toda esa información llega a nuestra computadora vía satélite y se puede compilar y guardar en una única unidad de memoria. Y este mismo procedimiento se puede llevar a cabo con cualquier otro organismo que se quiera investigar: saber el área que habita, cuáles son las variables ecológicas, sus costumbres. Esto responde cuestiones que antes eran impensables y que permiten conocer un recurso, no solo para obtener conocimientos de biología y ecología, sino también para establecer pautas de conservación de esos recursos con criterio científico.

Hasta hace poco tiempo, a ciertos lugares solo llegaban exploradores muy aventureros que, muchas veces, se jugaban la vida.


¿En qué otros aspectos se observan avances significativos?
–En la genética, por ejemplo, desde que se conocieron las leyes de la herencia, a comienzos del siglo xx, hasta ahora, con la capacidad instrumental que permite procesar información genética y conocer cuáles son las características de esos genes, que no son otra cosa que unidades de información que pasan de una generación a la siguiente.
Luis Capozzo
–¿Qué tipo de información nos brinda la genética?
–Un perfil genético, por ejemplo, aporta datos sobre la evolución de las especies que estudiamos, acerca de sus características como individuos, las relaciones de parentesco. Estudiar la información genética permite, incluso, responder cuestiones vinculadas a los sistemas de apareamiento o al comportamiento. Con esas herramientas moleculares se pueden contestar preguntas que, desde el ámbito de la evolución o la ecología, antes no podíamos intuir. Un ejemplo concreto: cuando estudiábamos al elefante marino, veíamos que el macho alfa tenía un número importante de hembras en lo que se denominaba su harén, y se medía el éxito de ese macho en función de la cantidad de hembras. Luego, con el estudio de los genes, se pudo determinar que no todas las crías del año siguiente eran hijos de este macho alfa poderoso.

–¿Qué otros cambios se ven en la relación entre tecnología y desarrollo científico?
–Otro avance muy importante está vinculado al desarrollo de programas que permiten procesar una enorme cantidad de datos en muy poco tiempo e, incluso, brindan la posibilidad de hacer modelos a partir de resultados obtenidos en el campo. También las microcámaras, que se colocan en el lomo de un león marino y registran cómo es un viaje de caza de ese animal, o cámaras especiales, que se pueden colocar en el lomo de un insecto. Son ejemplos sencillos. Hay desarrollos tecnológicos mucho más complejos. En líneas generales, la tecnología potenció la capacidad de obtener, procesar y analizar la información que los científicos obtenemos de la naturaleza. Los dispositivos tecnológicos pueden llegar a sitios adonde los científicos no pueden acceder, y allí tomar muestras o ver cómo es un entorno hostil, como las profundidades del océano o la cima de montañas de difícil acceso. Hasta hace poco tiempo, a esos lugares solo llegaban exploradores muy aventureros que, muchas veces, se jugaban la vida.

Si querés leer esta y otras notas de interés, podés acceder y descargarlas gratuitamente (en formato digital) del volumen "TEC & TIC. Accedé a los avances de la ciencia y la tecnología", de Conectad@s, la revista, en la Biblioteca de Libros Digitales de educ.ar.

Fotos: Lucas Dima

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Publicado: 07 de diciembre de 2012

Última modificación: 10 de marzo de 2020

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