Marina Vilte

Instituto Nacional de Formación Docente presenta «Educadores y Educadoras que hicieron escuela».
Episodio 2: Marina Vilte.
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Alumna destacada, reconocida coplera, maestra transformadora y sindicalista comprometida con las bases. Imparable y, por eso mismo, desaparecida por el terrorismo de estado.
Marina Leticia Vilte nació en 1938, en San Salvador de Jujuy. Su papá fue agricultor y su mamá docente.
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Fue alumna de la normal Juan Ignacio Gorriti, la escuela creada en 1884, el mismo año en el que se sancionó la Ley de Educación Común y dirigida durante casi dos décadas por Janette Stevens, una de las piezas fundamentales del proyecto sarmientino.
Su imponente inteligencia, sensibilidad, sentido crítico y espíritu justiciero confluyeron en una comprometida militancia que inició como delegada estudiante.
Marína egresó como maestra normal nacional, en 1956.
TESTIMONIO [voz femenina]: Vamos al aula que terminó el recreo.
Si algo faltaba para terminar de marcar su designio, Marina Vilte se inició en la docencia al mismo tiempo que surgieron las novedosas huelgas de los nucleamientos docentes de las provincias de Santa Fe, 1957; Buenos Aires, 1958 y Tucumán, 1959.
Afiliada a la Asociación de Educadores Provinciales de Jujuy, los paros nacionales de mediados la década del 60 la encontraron dando clases en sexto y séptimo grado, participando en asambleas y votando a favor de las medidas de fuerza.
El Cordobazo, ese frente común formado por trabajadores y estudiantes que con acciones colectivas se enfrentaron y plantearon sus demandas a la dictadura de Onganía, pronto se convirtió en el Jujeñazo.
Y así, en 1971, Marina Vilte fue elegida, por tres períodos consecutivos, secretaria general de Adep, Jujuy. Desempeñando esa función fue blanco de incontables agresiones, incluyendo un cartucho de gas lacrimógeno disparado a quemarropa en una de las tantas marchas que encabezó.
La violencia institucional comenzaba así a dejar sus marcas en el cuerpo de Vinter, aunque nunca llegó a perturbar su tenacidad.
TESTIMONIO [voz femenina]: No voy a claudicar.
Y no lo hizo.
Logró resolver demandas históricas como la equiparación de sueldos entre jurisdicciones y las condiciones de titulares y suplentes.
TESTIMONIO [voz femenina]:  Y la plena vigencia del estatuto docente para los nombramientos y ascensos como la representatividad sindicales en el gobierno escolar.
Marina también se destacó en la actividad sindical por plantear debates abiertos y horizontales sin pretensiones de esclarecimiento, convocando a representantes de diferentes líneas y defendiendo las decisiones tomadas en asamblea, incluso cuando su opinión era distinta.
TESTIMONIO [voz femenina]: Así logramos lo que parecía imposible, la unidad gremial en el Sindicato Único de Educadores Jujeños con compañeras y compañeros de todos los niveles educativos.
Hasta ese momento, las y los docentes no se autopercibían como parte del movimiento obrero y sus organizaciones se encontraban atomizadas.
TESTIMONIO [voz femenina]: También convocamos a otros sindicatos provinciales para conformar un frente estatal que nos permita pensar, discutir y aplicar estrategias comunes y finalmente fuimos capaces de construir la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina. Nuestra Cetera representa la unificación definitiva de la docencia y la decidida defensa de la educación popular.
En 1976 fue designada secretaria adjunta de la Cetera.
TESTIMONIO [sonido de radio]: Seguimos recorriendo las principales portadas, en este caso El Pregón, refiere a la huelga de docentes calificando en duros términos a la secretaria general de su sindicato y acompaña el artículo con la foto de una pintada en la que se lee: Marina Vilte comunista. 
Cuando la carga de las decisiones era mucha iba hasta su amada Purmamarca a liberarla copleando en las fiestas populares.
TESTIMONIO [sonido de radio]: Se informa a la población que a partir de la fecha, el país se encuentra bajo el control operacional de la Junta Militar. 
Ese mismo 24 de marzo, Marina fue detenida y encerrada en la cárcel durante el año.
Su forma de resistir fue coplear todas las tardes para sus compañeras y compañeros de encierro. 
Al recuperar su libertad, Marina continuó con su tenaz actividad sindical y además se comprometió a peticionar por las y los presos políticos de Jujuy.
El primero de enero de 1977, a las dos de la mañana, Marina y su hermana Laura fueron secuestradas, al igual que otros integrantes de Adep, Jujuy.
Durante la última reunión de la diezmada comisión directiva del sindicato se habían tratado dos temas fundamentales: la persecución de docentes y la erradicación de las escuelas rancho en una zona rural.
Marina había obtenido el ansiado traslado a la escuela Juanita Stevens, la primera directora del establecimiento en el que ella se había formado. Pero no llegó a concretarlo.
Marina Vilte fue una convencida promotora de la educación pública y popular y una férrea defensora de los derechos de las y los docentes.
Para lograrlo fue una de las principales impulsoras de la unidad sindical a nivel provincial y nacional, así como su articulación con el resto del movimiento obrero.
Y a estas causas, como a todas las responsabilidades que asumió en su vida, se entregó en cuerpo y alma. 
Hoy su nombre identifica el colegio del Barrio Popular Alto Comedero, en jujuy, a otro en Moreno, provincia de Buenos Aires, al Instituto de Investigaciones Pedagógicas de la Cetera y al Centro de Salud de Suteba.
En cada educador y educadora hay un poco de Marina Vilte.
Sigamos haciendo una escuela pública más justa e igualitaria.
Sigamos educando. 
«Educadores y educadoras que hicieron escuela», episodio 2: Marina Vilte.
Instituto Nacional de Formación Docente.
Ministerio de Educación.
Presidencia de la Nación.
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