Todos los argentinos conocemos y amamos, por supuesto, a nuestra bandera, pero ¿cómo habrá sido aquel primer estandarte que Manuel Belgrano enarboló en 1812? ¿Qué telas y recursos habrá conseguido en esas circunstancias para hacer ese símbolo que nos marcó para siempre en nuestra identidad? No podemos viajar al pasado para verlo, pero los historiadores, como detectives, han intentado reconstruirla con pistas como cartas, pinturas y objetos encontrados en los lugares menos esperados en una apasionante historia.

Fuentes orales y tradiciones de la zona de Rosario indicarían que la bandera que se izó el 27 de febrero de 1812 en las Barrancas de las Ceibas (Rosario), a orillas del río Paraná, fue confeccionada a mano por María Catalina de Echeverría de Vidal, hermana del doctor José Vicente Anastasio de Echeverría, quien había sido compañero del general Manuel Belgrano en la misión al Paraguay. Algunos sostienen que la primera versión de la bandera se compuso de dos franjas: una blanca por el lado del asta y una celeste por fuera.

Estas banderas han generado largas discusiones entre los historiadores. Se trata de dos banderas encontradas en una capilla de Titiri (Macha, actual territorio boliviano), entre 1883 y 1885 (no hay certeza sobre la fecha exacta; esta varía según la fuente). Estaban enrolladas detrás de unos cuadros de santa Teresa al lado del altar mayor. Por ello, se las conoce a ambas con el nombre de esa localidad boliviana, pero tienen sus diferencias.
Una está compuesta por tres franjas horizontales: una blanca, una celeste y una blanca, y hoy está en el Museo Casa de la Libertad de Sucre, Bolivia.

La otra bandera encontrada en Macha es similar a la oficial argentina (celeste, blanca y celeste) y está en Buenos Aires en el Museo Histórico Nacional. Es muy emocionante observarla.
En su carta al Triunvirato, Belgrano se refiere a una insignia «blanca y celeste, conforme a los colores de la escarapela», que era celeste por dentro y blanca por fuera. ¿Fue así la bandera enarbolada por Belgrano? Nada está comprobado definitivamente. El Instituto Belgraniano señala: «La falta de documentos fehacientes hasta el día de hoy de ninguna manera autoriza a declarar o rechazar la autenticidad de las llamadas banderas de Macha».

En otros casos, aparece un diseño a dos franjas horizontales reconocido por aparecer detrás de la figura del general Manuel Belgrano en el retrato del prócer realizado por el artista Francois Casimir Carbonnier, en la ciudad de Londres durante el año 1815. Era común retratar a los personajes con el fondo representando sus acciones y, en esa pintura, la escena que aparece en la ventana tiene, si miramos con cuidado, estas banderas a dos franjas.

Esta bandera fue confeccionada a pedido del general José de San Martín. La Asamblea General consagró su uso el 3 de marzo de 1813. San Martín la llevó consigo a Chile y Perú y, por esto, quedó en la historia como la bandera de los Andes. Notamos que la base es una insignia de dos colores.

El 20 de julio de 1816, los diputados Juan José Paso y Esteban Agustín Gazcón solicitaron que se aprobara por decreto el uso de la enseña celeste y blanca, con tres franjas horizontales. El 25 de febrero de 1818, el director supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata decretó la aprobación del sol como distintivo de reminiscencia incaica. Esta es nuestra bandera oficial.
Durante la presidencia de Raúl Ricardo Alfonsín, se dictó la Ley 23.208 que estableció que solo existe una bandera para todos los argentinos y las argentinas: el diseño actual instituido por tres franjas horizontales e iguales, celestes las de los extremos y blanca la del centro, con un sol amarillo oro en el centro de la franja blanca.