¿Por qué se han asignado unos roles a los varones y otros a las mujeres? ¿Cuáles son las consecuencias de repetir esas representaciones en la construcción de la identidad de las y los jóvenes?

¿Cómo pueden influir la información y la reflexión en la toma de decisiones sobre nuestra vida sexual y reproductiva? Para que las cosas no “nos pasen” porque sí, sino que seamos nosotros quienes, consciente y responsablemente, decidamos sobre nuestras propias vidas.

Esta propuesta, elaborada por el Programa de Educación Sexual Integral, invita a trabajar sobre la construcción de vínculos saludables entre pares, durante la etapa de la adolescencia.

La salud sexual y reproductiva es la capacidad de las personas de disfrutar una vida sexual responsable, satisfactoria y segura. Para lograrla es necesario poder tomar decisiones y conocer nuestros derechos. 

La sexualidad abarca múltiples dimensiones de la vida de mujeres y varones, como el sexo, las identidades y los roles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción. Una propuesta para reflexionar juntos sobre estas dimensiones.

La educación sexual integral propone trabajar en la escuela desde la perspectiva de los derechos humanos, en dos dimensiones. La primera, vinculada al derecho de las y los adolescentes a recibir información adecuada y científicamente validada, y la segunda, referida al derecho a la participación de los alumnos y las alumnas en un clima de respeto y de diálogo permanente.

¿Cómo es la sexualidad humana? ¿Cuáles son sus dimensiones y posibilidades? Reflexionar sobre estos temas nos abre la posibilidad de tener una vida más saludable y plena.

Entre los 10 y los 15 años, las mujeres y los varones experimentan muchas transformaciones en sus cuerpos. Pero ¿qué pasa con los sentimientos y las emociones? ¿Y con los intereses y los gustos?