“Florencio Sánchez”, de Antonio Monteavaro

“[Florencio Sánchez] jamás premiaba o castigaba deliberadamente a sus personajes, ni tampoco los clasificaba en su fuero personal como dignos o indignos. A todos [tenía] igual simpatía, igual cariño de padre, igual justificación de yerros, o proezas, siempre que se acordaran a la lógica real. Su teatro no fue el esfuerzo de un historiador o de un juez de costumbres. Fue el de un creador. Ahí su gloria. […] Pero Florencio jamás impuso la crítica a los fenómenos psicológicos. Los veía, los reproducía sin ambages y con su genialidad extraordinaria elegía el detalle sugerente, que se convertía en síntesis, sin juzgar de las causas ni concordar los efectos. Algo del fatalismo supersticioso de las almas, muy sencillas o muy complicadas, le daba la indulgencia maternal hacia lo inevitable de la vida: ‘es así porque así es’.

Monteavaro, Antonio. “Florencio Sánchez”, en Textos y protagonistas de la bohemia porteña.