Fuenteovejuna, de Félix Lope de Vega (fragmento)
Salen el COMENDADOR, ORTUÑO y FLORES
COMENDADOR. Dios guarde la buena gente.
REGIDOR.¡Oh, señor!
COMENDADOR. Por vida mía,
que se estén.
ESTEBAN.Vuseñoría,
adonde suele se siente,
que en pie estaremos muy bien.
COMENDADOR.Digo que se han de sentar.
ESTEBAN. De los buenos es honrar,
que no es posible que den
honra los que no la tienen.
COMENDADOR. Siéntense; hablaremos algo.
ESTEBAN. ¿Vio vuseñoría el galgo?
COMENDADOR. Alcalde, espantados vienen
esos críados de ver
tan notable ligereza.
ESTEBAN. Es una extremada pieza.
Pardiez, que puede correr
al lado de un delincuente
o de un cobarde en qüistión.
COMENDADOR.Quisiera en esta ocasión
que le hiciérades pariente
a una liebre que por pies
por momentos se me va.
ESTEBAN. Sí haré, por Dios. ¿Dónde está?
COMENDADOR. Allá vuestra hija es.
ESTEBAN. ¡Mi hija!
COMENDADOR. Sí.
ESTEBAN. Pues, ¿es buena
para alcanzada de vos?
COMENDADOR. Reñidla, alcalde, por Dios.
ESTEBAN.¿Cómo?
COMENDADOR. Ha dado en darme pena.
mujer hay, y principal,
de alguno que está en la plaza,
que dio, a la primera traza,
traza de verme.
ESTEBAN.Hizo mal;
y vos, señor, no andáis bien
en hablar tan libremente.
COMENDADOR.¡Oh, qué villano elocuente!
¡Ah, Flores!, haz que le den
la Política, en que lea
de Aristóteles.
ESTEBAN. Señor,
debajo de vuestro honor
vivir el pueblo desea.
Mirad que en Fuenteovejuna
hay gente muy principal.
LEONELO.¿Viose desvergüenza igual?
COMENDADOR.Pues, ¿he dicho cosa alguna
de que os pese, regidor?
REGIDOR. Lo que decís es injusto;
no lo digáis, que no es justo
que nos quitéis el honor.
COMENDADOR. ¿Vosotros honor tenéis?
¡Qué frailes de Calatrava!
REGIDOR.Alguno acaso se alaba
de la cruz que le ponéis,
que no es de sangre tan limpia.
COMENDADOR.Y, ¿ensúciola yo juntando
la mía a la vuestra?
REGIDOR. Cuando
que el mal más tiñe que alimpia.
COMENDADOR. De cualquier suerte que sea,
vuestras mujeres se honran.
ESTEBAN.Esas palabras deshonran;
las obras no hay quien las crea.
COMENDADOR. ¡Qué cansado villanaje!
¡Ah! Bien hayan las ciudades,
que a hombres de calidades
no hay quien sus gustos ataje;
allá se precian casados
que visiten sus mujeres.
ESTEBAN.No harán; que con esto quieres
que vivamos descuidados.
En las ciudades hay Dios
y más presto quien castiga.
COMENDADOR. Levantaos de aquí.
ESTEBAN. ¿Qué diga
lo que escucháis por los dos?
COMENDADOR.Salid de la plaza luego;
no quede ninguno aquí.
ESTEBAN.Ya nos vamos.
COMENDADOR.Pues no así.
FLORES.Que te reportes te ruego.
COMENDADOR. Querrían hacer corrillo
los villanos en mi ausencia.
ORTUÑO.Ten un poco de paciencia.
COMENDADOR.De tanta me maravillo.
Cada uno de por sí
se vayan hasta sus casas.
LEONELO. ¡Cielo! ¿Qué por esto pasas?
ESTEBAN. Ya yo me voy por aquí.
Vanse los LABRADORES
COMENDADOR. ¿Qué os parece de esta gente?
ORTUÑO. No sabes disimular,
que no quieres escuchar
el disgusto que se siente.
COMENDADOR.Estos ¿se igualan conmigo?
FLORES. Que no es aqueso igualarse.
COMENDADOR. Y el villano, ¿ha de quedarse
con ballesta y sin castigo?
FLORES. Anoche pensé que estaba
a la puerta de Laurencia,
y a otro, que su presencia
y su capilla imitaba,
de oreja a oreja le di
un beneficio famoso.
COMENDADOR.¿Dónde estará aquel Frondoso?
FLORES. Dicen que anda por ahí.
COMENDADOR. ¡Por ahí se atreve a andar
hombre que matarme quiso!
FLORES. Como el ave sin aviso,
o como el pez, viene a dar
al reclamo o al anzuelo.
COMENDADOR.¡Que a un capitán cuya espada
tiemblan Córdoba y Granada,
un labrador, un mozuelo
ponga una ballesta al pecho!
El mundo se acaba, Flores.
FLORES. Como eso pueden amores.
ORTUÑO. Y pues que vive, sospecho
que grande amistad le debes.
COMENDADOR. Yo he disimulado, Ortuño;
que si no, de punta a puño,
antes de dos horas breves,
pasara todo el lugar;
que hasta que llegue ocasión
al freno de la razón
hago la venganza estar.
¿Qué hay de Pascuala?
FLORES. Responde
que anda agora por casarse.
COMENDADOR.¿Hasta allí quiere fïarse?
FLORES. En fin, te remite donde
te pagarán de contado.
COMENDADOR. ¿Qué hay de Olalla?
ORTUÑO. Una graciosa
respuesta.
COMENDADOR. Es moza bríosa.
¿Cómo?
ORTUÑO.Que su desposado
anda tras ella estos días
celoso de mis recados
y de que con tus criados
a visitarla venías;
pero que si se descuida
entrarás como primero.
COMENDADOR. Bueno, a fe de caballero!
Pero el villanejo cuida...
ORTUÑO.Cuida, y anda por los aires.
COMENDADOR. ¿Qué hay de Inés?
FLORES.¿Cuál?
COMENDADOR. La de Antón.
FLORES. Para cualquier ocasión
ya ha ofrecido sus donaires.
áblela por el corral,
por donde has de entrar si quieres.
COMENDADOR.A las fáciles mujeres
quiero bien y pago mal.
Si estas supiesen, ¡oh, Flores!,
estimarse en lo que valen...
FLORES.No hay disgustos que se igualen
a contrastar sus favores.
Rendirse presto desdice
de la esperanza del bien;
mas hay mujeres también,
porque el filósofo dice,
que apetecen a los hombres
como la forma desea
la materia; y que esto sea
así, no hay de qué te asombres.
COMENDADOR.Un hombre de amores loco
huélgase que a su accidente
se le rindan fácilmente,
mas después las tiene en poco,
y el camino de olvidar,
al hombre más obligado
es haber poco costado
lo que pudo desear.