Las metrópolis latinoamericanas y la industrialización

Entre las décadas de 1930 y 1980, se produjo en la mayoría de los países de América Latina un proceso de industrialización. Diferentes empresas comenzaron a producir bienes de consumo que antes se importaban desde Europa o los Estados Unidos, tales como telas, calzado, utensilios de cocina, electrodomésticos y alimentos. Las industrias se localizaron en lugares que previamente concentraban poblaciones numerosas (como México, San Pablo, Lima, Santiago de Chile y Buenos Aires), porque esas ciudades disponían ya de algunos de los elementos necesarios para el desarrollo industrial, tales como disponibilidad de fuentes de energía, infraestructura vial y de comunicaciones y población numerosa para trabajar en las empresas. Paralelamente, en esas ciudades crecieron las actividades económicas terciarias, como servicios comerciales, bancarios y financieros, que requerían la creciente industrialización y la dinámica propia de las poblaciones. El crecimiento de la población aportó mano de obra para las industrias y, a su vez, consolidó un mercado de consumo para los productos elaborados por la industria. Las empresas industriales y las dedicadas a la construcción, ocupadas en la expansión de las ciudades, comenzaron a demandar más mano de obra, y este fue un importante estímulo para las migraciones desde el campo y las ciudades menores hacia las ciudades donde se localizaban las industrias. De esta forma, la industrialización fue un proceso que dio impulso a la urbanización de la región, por la creciente generación de puestos de trabajo que atrajeron a migrantes del interior de los países. La urbanización ocurrió de manera totalmente desigual: las ciudades más importantes (en general, las ciudades capitales, como Buenos Aires, Santiago de Chile, San Pablo o México) fueron las que tuvieron un acelerado crecimiento. Así, en pocos años, reunieron a millones de habitantes en espacios relativamente reducidos. Este notorio crecimiento fue el resultado de la mayor importancia que fueron adquiriendo esas ciudades en el plano económico, dado, sobre todo, por las industrias que se establecieron en ellas. Las ciudades capitales, en general, se convirtieron en el principal núcleo económico de sus respectivos países y en el mayor centro de crecimiento demográfico. Se trata de las grandes ciudades latinoamericanas, ciudades que a menudo reciben el nombre de “metrópolis”.

Fuente: C. Parnreiter. Tendencias de desarrollo en las metrópolis latinoamericanas en la era de la globalización:los casos de Ciudad de México y Santiago de Chile, EURE (Santiago), 31, N.º 92, 2005. En: Ciencias Sociales 2, UNIDAD 12, Latinoamérica, región urbanizada. “Cuadernos serie Horizonte Ciencias Sociales”. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología (adaptación).