La vitivinicultura cuyana
Si bien las condiciones naturales de Cuyo no resultaban favorables
para el cultivo, a fines del siglo XIX la instalación de vías férreas,
la construcción de sistemas que ayudaron a superar la escasez de agua y,
luego, la sanción de normas legales que organizaron su uso para el
riego, posibilitaron el desarrollo agrícola. Ante estas condiciones,
muchos inmigrantes que llegaban al país se dirigieron hacia Mendoza y
San Juan, donde había comenzado a desarrollarse el cultivo de la vid.
Actualmente, a Mendoza le corresponde alrededor del 70% de la
producción vitivinícola argentina y a San Juan, alrededor del 25%.
La demanda interna ha caído considerablemente, tanto por la
competencia de otro tipo de bebidas como por la apertura de la economía
que supuso el ingreso de vinos importados. Ante esta situación crítica,
los productores más grandes se han orientado hacia la exportación.
Sin embargo, esta estrategia no resulta viable para los pequeños
productores, que no disponen de la capacidad necesaria para convertirse
en exportadores (ello implicaría, por ejemplo, realizar nuevas
plantaciones acordes con los estándares internacionales y esperar a que
den fruto). En estas condiciones, se observa una tendencia
general hacia la consolidación de una menor cantidad de unidades
productivas, pero de tamaño mayor. La vitivinicultura
en la actualidad La reducción del mercado interno,
debido a la disminución del consumo, ha generado un sostenido incremento
de las exportaciones de vinos que ha sido acompañado con una mejora en
la tecnología utilizada. Esto ha hecho que en los últimos 10 años, la
República Argentina se haya incorporado a los países exportadores de
vinos (lugar decimoprimero) con productos de excelente calidad. Todos
estos cambios en la composición, calidad y oferta de vinos han
multiplicado las oportunidades de negocios, favorecidas por el
reconocimiento de las características cualitativas de los vinos
argentinos en el exterior, que se encuentran comprendidos en franjas de
precios que les permiten competir en los mercados tradicionalmente
consumidores de vinos de otras regiones productoras. La Argentina ocupa
un importante lugar en el contexto vitivinícola mundial y comienza a
posicionarse como un exportador altamente competitivo de los
tradicionales países vitivinícolas como Francia, España e Italia. La
inserción en los mercados internacionales generó una notable innovación
en la vitivinicultura argentina, motivada principalmente por la
necesidad de adecuarse a las nuevas exigencias de los nuevos mercados a
los que está dirigida la producción. Los principales mercados para los
vinos argentinos son Rusia, Estados Unidos, Paraguay, Reino Unido,
Canadá y Brasil. Los vinos espumosos son comercializados primordialmente
en Brasil, Chile, Uruguay, Venezuela y Estados Unidos.
Fuente: C. Barros y otros. “Geografía
de la Argentina. La organización territorial”, Buenos Aires,
Estrada, 2001 (adaptación). INV, Instituto Nacional de Vitivinicultura (adaptación). En: “Ciencias
Sociales 3”, unidad 16. Ministerio de Educación.