Martín Fierro, de José Hernández (fragmento)

Estaba el gaucho en su pago con toda siguridá; pero aura… ¡barbaridá!, la cosa anda tan fruncida, que gasta el pobre la vida en juir de la autoridá. Pues si usté pisa en su rancho y si el alcalde lo sabe, lo caza lo mesmo que ave, aunque su mujer aborte… No hay tiempo que no se acabe Ni tiento que no se corte. Y al punto dese por muerto si el alcalde lo bolea, pues ay nomás se le apea con una felpa de palos. Y después dicen que es malo El gaucho si los pelea. Y el lomo le hinchan a golpes y le rompen la cabeza, y luego, con ligereza, ansí lastimado y todo, lo amarran codo con codo y pa el cepo lo enderiezan. Ay comienzan sus desgracias, ay principia el pericón porque ya no hay salvación y que usté quiera o no quiera, lo mandan a la frontera o lo echan a un batallón.