Martín Fierro, de José Hernández (fragmento)
Estaba el gaucho en su pago
con toda siguridá;
pero aura… ¡barbaridá!,
la cosa anda tan fruncida,
que gasta el pobre la vida
en juir de la autoridá.
Pues si usté pisa en su rancho
y si el alcalde lo sabe,
lo caza lo mesmo que ave,
aunque su mujer aborte…
No hay tiempo que no se acabe
Ni tiento que no se corte.
Y al punto dese por muerto
si el alcalde lo bolea,
pues ay nomás se le apea
con una felpa de palos.
Y después dicen que es malo
El gaucho si los pelea.
Y el lomo le hinchan a golpes
y le rompen la cabeza,
y luego, con ligereza,
ansí lastimado y todo,
lo amarran codo con codo
y pa el cepo lo enderiezan.
Ay comienzan sus desgracias,
ay principia el pericón
porque ya no hay salvación
y que usté quiera o no quiera,
lo mandan a la frontera
o lo echan a un batallón.