Las aventuras de Huckleberry Finn, de Mark Twain (fragmento)

Si ustedes no han leído un libro que se titula Las aventuras de Tom Sawyer, no sabrán quién soy; pero esto no importa. El libro del que hablo fue escrito por el señor Mark Twain, y este señor contó, en términos generales, la verdad […] Pues bien: el libro en cuestión acaba así: Tom y yo encontramos el dinero que habían escondido los ladrones en la cueva, y nos vimos convertidos en ricos. Nos tocaron seis mil dólares por barba, todo en oro. Era un espectáculo imponente el de todas aquellas monedas apiladas. Total, que el juez Thatcher se hizo cargo de él, lo colocó a interés, y nos produjo a cada uno de los dos un dólar diario durante todo el año…, es decir, una cantidad tan grande, que no había modo de gastarla. La viuda de Douglas me adoptó por hijo suyo, y declaró que pensaba civilizarme; pero la vida en aquella casa era siempre muy dura, porque la viuda era en todas sus cosas mujer metódica y respetable hasta dar melancolía, y cuando ya no pude aguantar más, tomé el portante. Me vestí otra vez con mis antiguos harapos y recurrí otra vez a mi barrica de azúcar, viéndome así libre y satisfecho.