Experiencias de docentes en escuelas rurales
Enseñar
a alumnos de dos, tres o más grados asociados, en una misma aula, es un
desafío para 580 docentes de Tucumán. En lugares inhóspitos, a menudo
inaccesibles y alejados de centros urbanos, estas maestras se
convierten en «mujeres orquesta». La clave está en atender la
diversidad y lograr que cada alumno aprenda, de acuerdo con su edad, su
nivel de escolaridad y sus capacidades individuales.
«No es
fácil, pero se puede», admite Claudia, maestra de 4º y 5º grado
(asociados) de la escuela de El Cortaderal, Leales. «En estas escuelas,
con muy baja matrícula, el docente debe atender varios grados al mismo
tiempo. Lo más difícil es la simultaneidad de situaciones que se le
presentan», explicó durante el megacurso sobre «Fortalecimiento de las
prácticas educativas en aulas plurigrado», que se desarrolló ayer, en
la Residencia de Horco Molle. Allí se realizó el II Encuentro de
Maestros Rurales, con el que cerró la capacitación iniciada en 2005 por
el Ministerio de Educación de la Nación y la Secretaría de Educación de
la Provincia.
Se capacitaron 580 docentes, en Matemática, Ciencias Sociales y
Ciencias Naturales. Los participantes pertenecen a 232 escuelas del
interior donde se trabaja en plurigrado. Esta realidad afecta al 50% de
las escuelas rurales.
Situaciones cotidianas «Cada
día es muy intenso para el docente. Yo enseño 5º y 6º grado juntos, y
en la medida en que puedo, doy temas compartidos. Pero es inevitable
que se hagan preguntas a un grupo y conteste el otro. Todo lo hago con
un acompañamiento de lectura, porque hay serias dificultades en la
comprensión de textos, sumado a que los padres no pueden comprar
libros», cuenta María Fabiana, de la escuela de Romera Pozo, Leales.
La
situación de la escuela de Los Pereyra, Cruz Alta, es más que
particular. Allí, en una sola aula, trabajan dos maestras, que
enseñan materias diferentes, a chicos de diversos grupos: 2º y 3º, por
un lado, y 4°, 5º y 6º, por el otro. «Además de que
trabajamos con grados asociados, nos falta espacio. Las docentes
debemos turnarnos para hablar, y aclarar, por grupos, las consignas,
para que no haya confusiones», relata, con humor, su realidad
tragicómica, Melina.
«Lo más frecuente es que los chicos de un grupo quieran participar en
otra clase porque les interesa más», añade.
Fuente:«Las
escuelas rurales están llenas de ‘maestras orquesta». «La
Gaceta de Tucumán», 2010.