La organización: alianza estratégica Aymaras sin Fronteras

En función de demarcación la territorial, la frontera es un elemento básico de formación de los Estados. Definida muy a menudo en consecuencia de un conflicto, está directamente relacionada con la fuerza militar, al contrario de la noción de límite, que tiene más bien que ver con relaciones diplomáticas pacificadas. En el caso de los Estados nación, la línea fronteriza es el marco simbólico que permite a la comunidad nacional ser definida, en una dinámica clásica de identificación en oposición al otro. En Chile, Perú, Bolivia, la construcción histórica de las fronteras estatales como expresión material de la soberanía nacional y símbolo para la movilización de los patriotismos hizo de la Guerra del Pacífico (1879-1884) un verdadero evento fundador para estas tres naciones. Esta guerra se puede considerar sin duda como una guerra de recursos entre centros políticos para el control del salitre en la región. Sin embargo, la «guerra del papel» llevada durante más de un siglo y la conmemoración de los héroes de esa época, contribuyeron a la construcción de identidades nacionales diferenciadas de las de los vecinos, basadas en la memoria de este conflicto. En las antiguas «marchas», las huellas del conflicto fueron especialmente acentuadas por la «chilenización» militar y escolar de las regiones conquistadas. El espacio fronterizo ha sido el escenario de campañas regulares de movilización militar hasta la instalación de minas antipersonales alrededor del límite, prueba del potencial de conflicto que todavía sigue vigente en la región. No obstante, la aparición de esta triple frontera también permitió profundizar o generar intercambios basados en la doble especificidad, geográfica y poblacional, de la región: se trata de una zona rural de altura ocupada mayormente por poblaciones aymaras (140.000 aproximadamente, 77% en Bolivia, 13% en Perú y 10% en Chile), cuya situación socio-económica resulta de procesos similares de marginalización dentro de sus Estados respectivos. El comercio y las fiestas populares han sido los principales nexos de vida social transfronteriza desde el siglo XIX. A partir de esta constatación, varios alcaldes fronterizos se reunieron en 2001 en la alianza estratégica Aymaras sin Fronteras” (AE), que será el caso de estudio de este artículo. La AR reúne varias asociaciones de municipios: la Asociación de Municipios rurales de Tarapacá (Chile, regiones I y XV), la Asociación de Municipios rurales Andinos de Tacna (AMRAT, Perú) y las tres Mancomunidades de La Paz, Oruro y los Lípez-Potosí (Bolivia). Reúne hoy en día 56 municipios. Para frenar el éxodo rural y promover un desarrollo comunal, las autoridades ediles decidieron sobrepasar la frontera con el fin de buscar recursos financieros externos en común. La idea de los alcaldes no era posicionarse en apoyo u oposición a los respectivos Estados nacionales; se trataba más bien de definir objetivos propios. Los alcaldes de los tres países eligieron aliarse en la frontera para promover políticas locales de desarrollo. Para ello se vincularon, ya no con los gobiernos de sus respectivos países, sino con organismos internacionales de crédito, como el Banco Interamericano de Desarrollo o el Banco Mundial, para obtener financiamientos para emprendimientos productivos de tipo agropecuario o turístico.

Fuente:Rouvière, L. (2009). «¿Un territorio político transfronterizo? Formas de legitimación de una experiencia de acción política intermunicipal entre Bolivia, Chile y Perú (BCP)».
En: Si Somos Americanos. Revista de Estudios Transfronterizos, Volumen IX, N.º 2, pp 13-29 (adaptación).