![]() La vida depende del agua: la nuestra, la de las plantas, la de cualquier "bichito". Es como el aire, no nos puede faltar. Todos sabemos que es indispensable. En la zona de la Quebrada algunas veces escasea y en otras llega de golpe, con tanta fuerza que nos hace temblar. En ambas ocasiones, el agua se vuelve un problema. El hombre quebradeño desde siempre ha tenido estos inconvenientes y ha buscado distintos modos de enfrentarlos. En el ambiente donde vivimos no será fácil encontrar soluciones definitivas. El agua escasea
Llamamos recursos naturales a los elementos que la sociedad obtiene de la naturaleza: el Sol que nos brinda calor y luz, el aire que respiramos, el agua que bebemos, los suelos, las rocas, los animales y los vegetales. En las zonas áridas y semiáridas, el agua se convierte en uno de los recursos naturales más importantes para la vida de toda la sociedad, por eso es necesario cuidarla para que no se agoten sus reservas. Así las generaciones que nos sigan podrán disponer también de este vital elemento para el consumo humano y para el riego. En la Quebrada de Humahuaca el agua proviene de las lluvias de verano, los deshielos y las vertientes. Desde hace más de 2.000 años, se utilizan acequias para regar los cultivos. El Juez de Agua, cargo reglamentado en el siglo pasado, es el que regula su distribución equitativa, los turnos de limpieza de acequias y el mantenimiento de tomas y compuertas. A través de estas y otras acciones se realiza el control social del agua.
El problema del agua no es nuevo y a lo largo del tiempo se buscaron distintas respuestas, algunas sirvieron en su momento y otras ni siquiera llegaron a realizarse. Lo cierto es que en este momento el problema sigue vigente. De toda esta historia de búsquedas podemos aprender. No es cuestión de empezar de cero cada vez que se quiere realizar un proyecto, por eso nos parece muy importante la memoria de don Flores y queremos que escuchen lo que él nos contó.
Los ojos de agua tienen un gran poderDe ellos nace el agua que riega y que da vida. Pero en los ojos de agua o en los manantiales también se ocultan las "hucas" y los "chulpis", que son los espíritus de los antepasados. Siempre que uno se encuentra cerca de la vertiente debe solicitar permiso a esos espíritus y a la Pachamama para tomar o sacar agua. Una enfermedad que se llama "maradura"es producida por estos manantiales cuando alguien se acerca sin ese permiso. La única forma de curar el mal es honrando y chayando estos lugares que son considerados sagrados. ¿Existe alguna solución?"La solución es Abra Colorada, pero cuesta, es mucha plata. Hay que dinamitar una peña, pero no es tan dura y hay que hacer un canal abierto. Esa vertiente tira mucha agua y es permanente. Ahí no merma, es continua. Trayendo el agua desde allí hasta el canal que viene de Campo Laguna -17 km- estaríamos cubiertos por lo menos por 40, 50 años. Dirección de Hidráulica, en 1982, realizó un informe que se llevó a Jujuy y es muy completo. Hasta creo que está el presupuesto de aquellos años. Era mucha plata. Pero si no se hace ni un depósito grande, qué van a buscar agua lejos..." No sólo en la Quebrada hay problemas sin resolver. La pampa húmeda tiene el problema de las inundaciones y sequías alternadas. Siempre se han hecho canales para drenar al Río Salado y se sigue inundando todo. Florentino Ameghino decía que había que hacer una serie de represas pequeñas en las nacientes de todos los torrentes de la Sierra La Ventana y de la Sierra de Tandil. De ese modo se solucionaba el problema de las inundaciones y en el año de sequía había reserva de agua. Ameghino fue una de las personas más respetadas por sus aportes ecológicos, pero nunca se hizo lo que él propuso. ¿Quién le pone el cascabel al gato?
Moraleja: muchas asambleas y reuniones terminaron como la de Rathuasi: se
proponen brillantes ideas pero después... ¿quién le pone el cascabel al
gato?
El agua también genera riesgosCuando las fuerzas naturales se desatan con violencia y afectan a las personas que habitan un lugar y a las actividades que estas realizan, decimos que ocurrió un "desastre" o una "catástrofe natural". Las zonas donde se producen este tipo de catástrofes son consideradas de "riesgo natural". En el mundo se producen muchos desastres naturales;podemos citar entre otros, los volcanes de barro, las erupciones volcánicas, los terremotos, las inundaciones y sequías, los huracanes y tornados, los aluviones, los aludes y avalanchas de nieve, las heladas y las granizadas. Los "volcanes" o torrentes de barro, tan comunes en la Quebrada de Humahuaca son masas de piedra y barro, que con gran fuerza se desplazan corriente abajo. El clima de esta zona -árido a semiárido- y la presencia de grandes paredones verticales favorecen el desprendimiento de rocas. Las lluvias torrenciales del verano arrastran violentamente este material.
Las comunidades han construido un conocimiento muy valioso que les permite "leer el ambiente" y darse cuenta de las amenazas naturales: el ruido de los ríos, el comportamiento de los animales son advertencias de peligro. Las construcciones que realizan quienes conocen profundamente su medio se adecuan a los riesgos naturales.
Cuando llega el verano, en la zona de la Quebrada se vive la amenaza de las bajadas de los ríos, de los derrumbes, de los cortes de ruta, etc. Toda la comunidad tiene datos interesantes, recuerdos y anécdotas que pueden ayudar a ver cómo afectan estos riesgos. Relacionen con lo que aprendieron -o investiguen- acerca de erosión, sobrepastoreo, cortinas forestales, etc. Los ingenieros desde hace unos años hablan de esta idea. Es lo que llaman: sistematización de cauce fluvial. Tenemos que pensar bien antes de decidir dónde ponemos nuestra casa o nuestros corrales. Muy cerca del río nos puede llevar la creciente, cerca del volcán nos puede tapar el barro. Buscar juntos las solucionesComo hemos visto, a lo largo del tiempo esta comunidad se ha planteado tanto el problema de la escasez del agua como el de enfrentar las crecientes. Sin embargo, en los últimos años las búsquedas y soluciones individuales a través de las diferentes reparticiones no han dado los mejores resultados. Las decisiones deberán ser tomadas por la comunidad y con un criterio regional que abarque toda la Quebrada. Esto sólo será posible cuando nos demos cuenta de la dimensión del problema y sus consecuencias para el futuro. Tal vez en esto nos puedan ayudar los chicos.
Recomendaciones didácticasEl capítulo "El agua que da la vida" se centra en un recurso natural muy valorizado socialmente: el agua. Los espacios rurales construidos en ambientes semiáridos dependen fuertemente del control, distribución y uso compartido del agua. Un manejo sustentable del recurso permite evitar su sobreexplotación y potencial agotamiento. Este capítulo se nutre de aportes de idóneos de la comunidad, es decir personas que tienen un conocimiento experto sobre el tema, como el caso de José Santos Flores que trabajó mucho tiempo en la empresa Agua y Energía y en la Dirección de Hidraúlica provincial. Al entrevistar a Don José Flores se tuvo acceso a información no registrada en ninguna bibliografía. La misma se nutría en la rica experiencia de trabajo de Don José, que había recorrido durante tantos años los cerros altos que rodean Tilcara. Su testimonio se centró en cuestiones ambientales relacionadas con el problema del agua en la comunidad. Don José explicó cómo los pueblos originarios de la Quebrada controlaron, desde hace más de quinientos años, los torrentes de barro que devastan la Quebrada en el verano. Los aborígenes construían muros de piedra en las cabeceras de los arroyos de alta montaña para frenar las crecidas ocasionadas por las irregulares y torrenciales lluvias del verano. La experiencia de los antiguos (como se conoce a los pueblos originarios del lugar) muestra una vez más el ajustado equilibrio que establecieron las sociedad originarias del área andina con la naturaleza. Sin embargo con el tiempo esta experiencia se había perdido. No había registro de ella y no se la conocía en el presente. Recuperarla a partir del testimonio de los idóneos de la comunidad permitirá en el futuro repensar las tecnologías que se utilizan actualmente para disminuir los riesgos naturales de los torrentes de barro. En efecto, las obras recientes, todas centradas en defensas al pie de los cerros, han mostrado su particular ineficiencia. Incorporar los saberes acumulados a lo largo del tiempo por distintos integrantes de la comunidad puede contribuir a mejorar nuestra relación con el ambiente. Acercar al aula a los vecinos e idóneos constituirá una importante ocasión para que los alumnos valoricen los propios saberes de las comunidades, construidos socialmente a partir de la experiencia. Con respecto al enfoque didáctico, el texto presenta un problema y se propone a los alumnos analizarlo y sacar sus propias conclusiones. Así como se presenta a la oferta de la naturaleza como recurso, también se incluye
otra dimensión: la naturaleza genera riesgos. Se presenta el caso de los "torrentes de
barro" que impactan fuertemente sobre la quebrada de Humahuaca. Así se abordan los
conceptos de riego natural, catástrofe o desastre y vulnerabilidad. A la hora de pensar un problema concreto como el del agua debemos integrar distintas disciplinas y saberes. El tema tiene que ver con:
¿Cuáles son los problemas geográficos que afectan a la comunidad donde vivimos? Pensemos en clase e integremos las distintas miradas. ¡No hay que olvidarse de incorporar los saberes de la ciencia y los de la experiencia! Son válidos tanto los saberes populares como los científicos. Es importante ser abiertos a los aportes de especialistas, pero a la vez críticos desde nuestro conocimiento de la realidad local. |