Iniciativa «América Latina y Caribe SIN HAMBRE. Una meta posible»
¿Qué es el hambre? Para
los más afortunados solo se trata de una sensación en el estómago que
indica que ya es hora de comer. Para los menos afortunados que no
consumen suficientes alimentos todos los días, el hambre produce
debilidad, cansancio, dificultad para concentrarse, incluso enfermedad.
No se piensa en otra cosa que en el próximo alimento. Para cientos de
millones de personas en todo el mundo, esta sensación dura todo el día,
todos los días, salvo que nunca saben cuándo desaparecerá esa
sensación. El hambre puede enfermarlos y causarles daños irreparables a
la salud. No tienen suficientes alimentos para estar activos y sanos, y
no reciben todas las vitaminas y los minerales necesarios para que el
organismo funcione bien. Esto es el hambre crónica. Cuando el hambre es
extrema y después de pasar días sin suficientes alimentos o sin comer,
el cuerpo comienza a alimentarse de lo único que tiene: de sí mismo.
Descompone su propia grasa y sus tejidos, lo que conduce a la inanición
y a la muerte.
¿Por qué hay hambre? La
falta de alimentos no es el problema, hoy en día se producen
suficientes en el mundo para que todos estemos bien alimentados y
llevemos una vida sana y productiva. Hay hambre
debido a la pobreza, a catástrofes naturales como los terremotos, las
inundaciones y la sequía, y a veces se produce allí donde las personas
pobres no tienen medios o tienen pocos para reconstruir una vez
producido el daño. Hay hambre porque en muchos países
las mujeres, aunque se ocupan mucho de la agricultura, no tienen tanto
acceso como los hombres a la capacitación, el crédito o las tierras.
Existe
hambre por los conflictos, que despojan a la gente de la oportunidad de
ganarse la vida dignamente y de alimentar a sus familias; porque las
personas pobres no tienen acceso a tierras ni una infraestructura
agrícola suficiente para producir cultivos viables o criar ganado;
carecen de trabajo constante que les permita tener acceso de otra
manera a los alimentos. Hay hambre porque las
personas a veces usan los recursos naturales en forma insostenible,
porque no hay suficiente inversión en el sector rural en muchos países
para apoyar el desarrollo agrícola, porque las crisis financieras y
económicas afectan principalmente a los más pobres al reducir o
eliminar las fuentes de ingresos que les permiten subsistir.
¿Quiénes son los que sufren hambre? La
mayoría es población rural de los países en desarrollo de Asia, África,
América Latina y el Caribe que vive principalmente de la cría de
animales y la agricultura en pequeñas parcelas, con lo que satisface
sus necesidades elementales de nutrición. Los que no tienen tierras
pueden pasar todavía más hambre: viudas, huérfanos, ancianos,
jornaleros, refugiados. Estas personas pobres del medio rural no
reciben ingresos constantes y no pueden complementar su nutrición
comprando alimentos. Muchas veces se van a las ciudades a buscar
trabajo, que puede ser escaso y estar mal pagado. Pocos ingresos
significan pocos medios para comprar alimentos en los mercados locales.
Muchas veces las que más sufren son las mujeres, que están subnutridas
durante los embarazos y pueden tener niños subnutridos. Cuando
catástrofes como las inundaciones, los terremotos y la sequía se abaten
sobre los países vulnerables, las personas pobres tienen que abandonar
sus hogares y sus medios de subsistencia, y así se crean más víctimas
del hambre.
Fuente:
Iniciativa América Latina y Caribe sin hambre.