charla

Más allá de lo que se dice, una conversación se comprende por el tono, el contexto, los sobreentendidos y los gestos.

Muchas veces escuchamos que entre amigos sobran las palabras. Esto es más cierto de lo que parece a simple vista. Imaginemos una situación: cuatro chicas están reunidas en el parque. De pronto, una de ellas les pregunta a las demás: "¿y...?". Para alguien que observa la escena desde afuera, nada queda claro. Es posible que se imagine algo si tiene en cuenta el tono en que fue hecho el comentario, o el gesto con que fue recibido. Pero para quienes participan del acto de comunicación, no queda ninguna duda sobre el significado de esa palabra. ¿Qué es lo que hace que las chicas entiendan más que el observador que las escucha?

A buen entendedor, pocas palabras

Dos amigas caminan por la calle y se cruzan con un chico. Una mira a la otra y le dice: "¿viste?". ¿Por qué las chicas entienden perfectamente el sentido de esa expresión, y un observador ocasional no, a pesar de haber escuchado el comentario?

En primer término, las chicas comparten un mismo espacio y tiempo. Para alguien que estuviera caminando con ellas, es probable que la expresión "¿viste?" resultara más clara. Supongamos que el observador es un señor que está sentado en un bar cercano cuando ve la escena. Ve a las amigas, ve al chico, y piensa que el comentario se debe a que pasó el muchacho, pero en realidad puede ser el final de una conversación anterior. Imaginemos ahora que realmente el comentario se debe al chico que se cruzó con ellas: falta saber si era un conocido, si era la primera vez que se lo cruzaban o si ya lo habían visto en otras ocasiones y, por supuesto, si el chico les gusta o no. En resumen: el habla en la vida cotidiana, la conversación, no se agota en las palabras que la componen. El enunciado, lo que se dice, no puede separarse del contexto de enunciación.

Los que participan en la conversación comparten algunas cosas que son necesarias para comprender lo que se dice. Estos elementos no verbales son los siguientes:

Con el horizonte espacial común, el saber común y la evaluación común, se conforma el sobreentendido que es la parte no verbal de toda comunicación. Pero si analizamos cada uno de esos elementos vemos que pueden cambiar, y cada cambio significa un pasaje del sobreentendido (lo que no se dice porque no es necesario) al enunciado. El sobreentendido no siempre es estable, puede modificarse y de ese modo modificar el contenido de lo dicho. Veamos algunos ejemplos de dichos cambios.

En conclusión, no se trata de ser un "buen entendedor", como sugiere el refrán que elegimos como título, sino que se trata de estar en la situación adecuada y saber de qué se trata.

conversación

Una madre llama por teléfono a la hija, que está enferma en casa, y le pregunta: "¿qué estás haciendo?". Si la hija le responde: "estoy jugando", la madre puede pensar que está en el patio, que está tomando frío, etc. Para evitar un malentendido, la hija responde: "estoy jugando en mi cuarto con la computadora". Si madre e hija estuvieran compartiendo el mismo horizonte espacial, la primera respuesta sería suficiente. Esto demuestra que un mínimo cambio en el sobreentendido puede modificar el contenido de la conversación.

La evaluación

Cuando hablamos estamos dando al mismo tiempo una información y una valoración del hecho al que nos referimos. Nuestras palabras no se limitan a decir que algo sucedió. Dicen, al mismo tiempo, lo que pasó y qué es lo que pensamos de ello, aunque no tengamos intención de decirlo, o incluso si queremos ocultarlo. En la conversación, y en otras formas de comunicación oral, la evaluación se puede transmitir en el tono. Muchas veces, en una discusión, nos damos cuenta de que no es "qué cosa" se dijo, sino "con qué tono" se la dijo. El tono es el más abarcador de los elementos paralingüísticos. Por el tono nos podemos dar cuenta de que el otro está enojado, incluso de si es o no sincero. Es también la entonación la que puede decidir si estamos hablando "en serio" o "en broma".

El tono es un elemento que se encuentra en la frontera entre lo verbal y lo no verbal: se lo dice (porque se escucha) y no se lo dice (no agrega ni quita palabras al enunciado ); pero también está en la frontera entre lo individual y lo social. Para que se entienda que estamos haciendo una broma es necesario compartir un sobreentendido sociocultural. Hay temas sobre los que no se puede hablar en broma en algunos lugares (por ejemplo, temas que pueden atacar alguna creencia religiosa o que pueden ofender a alguien por su situación personal); y esos mismos temas pueden ser tratados en broma en otros ambientes.

En una comunicación oral, el tono está principalmente en la voz ("no me grites", "no susurres", "dígalo en voz alta así nos reímos todos"), pero no es el único lugar en que se encuentra. También se puede detectar el tono de un enunciado en el uso de palabras cargadas de subjetividad, por ejemplo los diminutivos y los aumentativos (no es lo mismo ser grande que "grandote", y no es igual decirle a alguien "querido" que "queridito"). Además, dentro de una frase hay construcciones que agregan un matiz a la oración. En estas dos oraciones: "Entró cuando estaba hablando con Laura", y "Entró justo en el momento en que estaba hablando con Laura", hay aparentemente la misma cantidad de información, pero cambia el tono. En la segunda oración nos enteramos de que la coincidencia es significativa.

También hay palabras que funcionan de manera particular para un grupo social, y esto es independiente de la intención del hablante. Un ejemplo puede ser la palabra "vieja". Mientras en Argentina se utiliza "vieja" para nombrar a la madre: "Nadie se atreva/ a tocar a mi vieja", canta Pappo y todos sabemos que es su mamá; en México esa frase se entiende como "Nadie se atreva a tocar a la muchacha que está conmigo". Si un amigo en Buenos Aires le dice a otro: "¿qué hacés vieja?" resulta una clara muestra de compañerismo y simpatía, pero sabe que no se lo puede decir a alguien que no comparta ese código porque el tono podría resultar agresivo, aun cuando el hablante no haya querido molestar a su interlocutor. El tono está entre lo que se dice y lo que no se dice y le pertenece a cada hablante, pero también le pertenece al grupo social. Entonces, ¿quién determina el tono?

Cuidar el tono

Imaginemos que nos invitan a una fiesta de disfraces. Nos entusiasmamos y nos hacemos un hermoso disfraz de cebra, rayado en negro y blanco, con una máscara y una cola preciosa que llega casi hasta el piso; incluso conseguimos unos botines negros de charol que parecen cascos. Llegamos a la fiesta, muy emocionados... y nos encontramos con que todos están vestidos de riguroso traje de noche, los chicos con corbata y muchas chicas con traje largo, como parece que corresponde a este cumpleaños, donde además está invitada la familia de la agasajada. Lo más probable es que quedemos muy agradecidos de tener la máscara puesta y salgamos corriendo más rápido que una cebra verdadera. El problema allí no es el disfraz, que en otro baile podría resultarnos fabuloso; lo que sucedió es que el traje estaba completamente fuera de tono. Lo que sirve en una situación, resulta desastroso en otra.

Lo mismo sucede con el lenguaje. Cuando un chico se pregunta "¿qué tiene de malo decir eso en el colegio si todo el tiempo se lo digo a mis amigos?", está preguntando quién determina el tono. Está aprendiendo (esa pregunta generalmente sigue a un llamado de atención) que para cada contexto de enunciación corresponde un tono determinado. Incluso en el discurso más informativo es importante la evaluación que transmite el tono. No es lo mismo informar "San Martín logró expulsar definitivamente a las fuerzas realistas del territorio de Chile", que "San Martín rajó a los españoles para todo el campeonato". En el primer caso el lenguaje tiene un tono formal y se adapta al contexto escolar, en el segundo el tono es informal y deliberadamente queda fuera de la institución educativa. Entre estos dos ejemplos extremos hay infinitas posibilidades intermedias, pero es importante valorar que en cada caso se están diciendo cosas diferentes. El tono de la calle se aprende en la calle, y es muy útil en la vida, pero es la escuela la que debe dar la posibilidad a los alumnos de aprender a adecuarse a situaciones formales como las que tendrán que atravesar durante su existencia. Reflexionar sobre la estructura de la lengua oral y las consecuencias de su uso en distintos contextos de enunciación es de gran utilidad para lograr esa adecuación.

Algunas características de la lengua oral sobre las que hemos reflexionado son:

La mayoría de esas características (sobreentendido, tono, adecuación) están presentes en la lengua escrita, pero es en la lengua oral en la que primero aprendemos a manejarlas.

Bibliografía comentada

Glosario

Acto de comunicación (verbal): intercambio lingüístico entre un sujeto (emisor) que produce un enunciado y otro sujeto (receptor) que lo escucha y comprende. Si alguien al entrar a un lugar saluda a otro, espera, lógicamente, como respuesta a la comprensión del mensaje, que le respondan. Una respuesta es índice de que la comunicación ha tenido lugar.

Contexto de enunciación: situación en que se profiere un enunciado. Forman parte del contexto de enunciación, por ejemplo, las condiciones en que se produce y emite el mensaje. Así por ejemplo, puede ocurrir que un emisor modifique su enunciado porque se encuentra bajo una situación de presión.

Enunciación: acto individual de un emisor que profiere un mensaje. Es en la enunciación donde se pone de manifiesto el emisor. Algunas marcas de la enunciación en el enunciado son los pronombres personales (de primera y segunda persona) y los deícticos (palabras que señalan la relación del emisor con lo espacial y lo temporal: "aquí", "ahora", "allí", "entonces", etc.).

Enunciado: serie cerrada de palabras producidas por uno o varios emisores. Un enunciado nunca puede separarse de su contexto de enunciación, que siempre modifica lo que ese enunciado quiere decir.

Elementos paralingüísticos: elementos no lingüísticos que forman parte de la comunicación y acompañan el mensaje verbal presencial (la risa, el llanto, los gestos de todo tipo, las actitudes corporales, etc.). Muchas veces, los textos escritos tratan de dar cuenta de estos elementos paralingüísticos y lo hacen, por ejemplo, a través de la descripción de la forma en que un emisor pronuncia, señalando el tono de voz empleado, etc. Este recurso se ve en las entrevistas periodísticas, en las transcripciones escritas de diálogos, y también en los guiones cinematográficos y piezas teatrales. Los signos de puntuación y de expresión (, ; ... ¿? ¡!, etc.) son herramientas con las que el lenguaje escrito trata de recuperar los elementos paralingüísticos de la comunicación oral.

Función informativa: función del lenguaje que pone el acento en aquello de lo que se habla, esto es, en el referente. Cuando la función informativa es la que domina en un texto o discurso, este texto o discurso se considera informativo. Se caracteriza por el uso de procedimientos tales como la descripción, la explicación, la organización en párrafos, la ejemplificación. Generalmente los discursos o textos informativos se escriben en tercera persona.

Refrán: forma de expresión popular, anónima, que generalmente está formada por frases de estructura similar. Los refranes son cortos y expresan una perspectiva sobre las cosas. Utilizan el lenguaje de manera figurada. Ejemplos: "Menos averigua Dios y perdona"; "No por mucho madrugar se amanece más temprano"; "En casa de herrero, cuchillo de palo"; "Al mal tiempo buena cara".

conversación

A veces, entre los amigos sobran las palabras. Y pueden entenderse sólo con un gesto. Otras veces, es necesario agregar datos y explicaciones para evitar los malentendidos. Anímense a jugar, a charlar y a divertirse en grupo, con estas actividades.

Actividad 1. Sobran las palabras

  1. Dos amigas van caminando por la calle. Ven pasar a un chico, y una le dice a la otra: "¿viste?". Un observador ocasional se pregunta qué habrán querido decir con ese "¿viste?". ¿Se animan a representar la escena?
    1. Recuerden que necesitan dos chicas (las amigas) y dos chicos (el paseante y el observador).
    2. Representen la escena varias veces. Antes, se deberán poner de acuerdo para cambiar el tono y la intención del comentario, sin agregar ninguna palabra. Se pueden referir al paseante, al observador o a otra cosa.
    3. Después de cada dramatización, uno de los chicos que no actuaron deberá interpretar el sentido de "¿viste?" a partir del tono, de los gestos, de las actitudes, etc.

  2. En el caso anterior, la comunicación es entre dos interlocutores (emisor y receptor) que comparten el mismo espacio y tiempo, pero no siempre es así. Unan con flechas los elementos de las columnas que les presentamos aquí. Luego deberán imaginar un caso de conversación donde intervengan los elementos que unieron.

    Emisor

    Receptor
    uno
    uno
    dos
    dos
    varios
    varios
    Horizonte espacial
    Horizonte temporal
    el mismo
    simultáneo
    diferente
    diferido

    Ejemplo: Emisor, uno; Receptor, dos; Horizonte espacial, diferente; Horizonte temporal, simultáneo.
    Se trata de una llamada telefónica en teleconferencia.

  3. Discutan acerca de las transformaciones que provocan los nuevos medios de comunicación. A partir de la pregunta: "los medios de comunicación a distancia (teléfono, televisión, internet) ¿acercan a la gente o la alejan?", cuenten una anécdota, real o inventada, que se relacione con el problema planteado.

  4. Imaginen un diálogo en que no se comparta un saber común. Algunas posibilidades:
    1. Un chico le cuenta a otro un programa de televisión, pero este último nunca vio el programa.
    2. Una chica le cuenta a su amiga lo que pasó en una fiesta, pero la amiga no conoce a ninguno de los que fueron.
    3. Un chico cuenta que se suspendió el partido de fútbol con sus amigos, y el que lo escucha sabe que el partido se jugó, pero no lo invitaron a jugar.
    4. Una chica dice que va a pasar sola su cumpleaños y su amiga le está preparando una fiesta sorpresa.

Actividad 2. La evaluación

Cuando hablamos, no sólo informamos sino que además evaluamos. O sea, decimos qué pasó y de alguna manera transmitimos qué es lo que pensamos de ello (a través del tono, de los gestos, etc.). Les proponemos utilizar la historieta "Yo Matías", de Sendra, aparecida el martes 1 de agosto de 2000, en el diario Clarín, para reflexionar sobre esto.

historieta
  1. Cuenten esta historieta como un relato:
    1. de la maestra a otra maestra;
    2. de Matías a un amigo;
    3. dentro de un informe periodístico sobre los incendios accidentales.

  2. Observen la historieta y señalen algunos elementos no verbales que aparecen en el dibujo (expresión en los dibujos, gestos, distintos globos que indican si están hablando o pensando, etc.).

  3. Piensen en cómo podrían llenarse los globos de las viñetas con frases completamente distintas, que se correspondan con los elementos paralingüísticos que aparecen en la historieta. Tengan en cuenta la expresión de Matías en cada cuadro. Expongan oralmente la nueva versión.

Actividad 3. Cuidar el tono

  1. En la historieta de Matías, el personaje habla con su maestra, pero en el último cuadro no dice lo que está pensando. Para Matías estas frases quieren decir lo mismo: "Hago otro trabajo nuevo, señorita". y "Le prendo fuego al boletín, o sea...".
    1. ¿Cuáles son las palabras que nos dan la pista de que estas frases son equivalentes?
    2. ¿Cuál es la frase más adecuada a la situación?
    3. ¿Cómo nos muestra la historieta que Matías sabe adecuarse a la conversación con su maestra?

  2. ¿Cuántas formas diferentes de saludar conocen? Les proponemos que usen un saludo que se adapte a cada una de estas situaciones:
    1. Un señor mayor saluda a un viejo conocido.
    2. Un chico joven saluda a una chica que le presentaron hace poco.
    3. Un señor mayor dice un piropo amable y fino a una joven que pasa por la vereda.
    4. Un chico joven saluda al jefe de la sección donde fue a pedir trabajo.
    5. Una señora mayor saluda al novio de su nieta.

  3. Ahora les proponemos que imaginen un saludo completamente inadecuado para cada una de las situaciones anteriores. ¿Qué consecuencias puede tener para el emisor, en cada caso?

En toda charla hay cosas que se dicen... y cosas que no se dicen. Acá les proponemos algunas actividades para jugar con la conversación y sus sobreentendidos.

Actividad 4. Lo que no se dice

a) Texto

Puig, Manuel, La traición de Rita Hayworth, Buenos Aires, Jorge Álvarez, 1968, capítulo I, "En casa de los padres de Mita. La Plata, 1933.", pp.7-8.-El punto cruz hecho con hilo marrón sobre la tela de lino color crudo, por eso te quedó tan lindo el mantel.
-Me dio más trabajo este mantel que el juego de carpetas que son ocho pares... si pagaran mejor las labores me convendría tomar una sirvienta con cama y dedicar más tiempo a labores, una vez hecha la clientela ¿no te parece?
-Las labores parece que no cansaran pero después de unas horas se siente la espalda que está un poco dolorida.
-Pero Mita quiere que le haga un cubrecama para la camita del nene, con colores vivos porque tiene poca luz en los dormitorios. Son tres piezas seguidas que dan las tres a un jol con ventanales todos tapados con una tela de toldo que se puede correr.
-Si yo tuviera más tiempo, me haría un cubrecama. ¿Sabés qué es lo que más cansa? Escribir a máquina sobre una mesa alta como la que tengo en la oficina.
-Si yo viviera en esta casa, me sentaría al lado de esta ventana el rato que pudiera dedicarle al cubrecama de Mita, por la luz.
-¿Tiene lindos muebles Mita?
-Mamá tiene esa gran pena de que Mita no pueda aprovechar de esta casa ahora, con todas las comodidades ¿no es cierto?
-Yo tuve el presentimiento cuando a Mita le ofrecieron ese trabajo, me parecía que un año iba a ser interminable, que se fuera por un año, y ahora ya se quedó allá. Hay que conformarse a que se va a quedar allá para siempre.
-Tendría que venir dos veces por año a La Plata, de vacaciones, en vez de una vez.
-Los días se pasan volando, el primer día parece que no, parece que rinde muchísimo, pero después los días se pasan sin darse cuenta.

b) Consignas

  1. Entre varios compañeros, lean el diálogo en voz alta. Les proponemos que cada uno lea un solo guión.
  2. Los que no leyeron deben explicar cuál es el contexto de enunciación de esta charla.
  3. Decidan entre todos (los que leyeron y los que escucharon) cuántos son los que participan en esta conversación. ¿Cuál es el mínimo necesario de actores para representar esta escena?
  4. ¿Qué falta en el texto para que se entienda más claramente? ¿Qué características de la lengua oral hacen difícil de entender la misma charla cuando está por escrito?
  5. Representen el diálogo con la cantidad acordada de participantes. Los que no leen tienen que caracterizar a los personajes que participan (cómo se los imaginan, si son hombres o mujeres, grandes o chicos).
  6. ¿En torno de qué tema gira la conversación y cuál es la opinión de los participantes?

Glosario

Contexto de enunciación: un enunciado debe entenderse siempre en relación con la situación en que se lo emite, que es su contexto. Así por ejemplo, puede ocurrir que un emisor modifique su enunciado porque se encuentra bajo una situación de presión.

Actividad 5. Cuidar el tono

a) Textos

Diálogos adaptados de Marcovaldo, de Italo Calvino (Buenos Aires, Espasa Calpe, 1993, p. 188) y de "Casablanca", de Thomas M. Disch (en El Péndulo, segunda época, nº5, noviembre, 1981, pp. 21-33).-Oye, tú: ¿dónde te habías metido?
-En realidad, no le puedo dejar ninguna opción.
-Sí, sí de los nuestros... A toda prisa ha arrancado el papel para ver qué eran.
-Vine a casa, a buscar los regalos... Sí, los regalos para aquel pobre niño.
-¿No podría darme dirham?
-Aquel que estaba tan triste... aquel de la villa con el árbol de Navidad.
-Le cambio uno por uno. ¿Qué le parece? Un dirham por un dólar.
-¡Eh! ¿Quién?
-Pero usted pagó en dólares. Usted pagó en cheques de viajero de American Express.
-Tres regalos envueltos en papel de plata.
-El gobierno nos ha prohibido operar con dinero norteamericano, señor Richmond. Lamento sinceramente no poder ayudarlo.
-¿A él? ¿Pero qué regalo le podrías hacer, tú a él?
-Pero prefiero dirham.
-¿Y qué eran?
-No me deja muchas opciones ¿verdad?
-Imposible.
-¡Calcula! ¡tenía necesidad precisamente de nuestros regalos para estar contento!

b) Consignas

  1. Ordenen los enunciados y armen dos diálogos que respondan a distintos contextos de enunciación. Les damos dos ayudas: los primeros enunciados de cada diálogo están destacados en negrita; un diálogo está formado por nueve enunciados y el otro por ocho.
  2. Una vez armados los diálogos, conversen entre todos y expliquen cómo hicieron para reorganizarlos.
  3. Dos de ustedes lean cada diálogo, tratando de darles una entonación muy marcada.
  4. Relaten oralmente una pequeña historia para contar antes de cada diálogo. En esa historia se tiene que aclarar cuál es el horizonte espacial donde se desarrolla el diálogo y qué había sucedido antes.

Glosario

Contexto de enunciación: un enunciado debe entenderse siempre en relación con la situación en que se lo emite, que es su contexto. Así, por ejemplo, puede ocurrir que un emisor modifique su enunciado porque se encuentra bajo una situación de presión.

Dirham: unidad monetaria de Marruecos y de la Unión de Emiratos Árabes.

Enunciado: serie cerrada de palabras producidas por uno o varios emisores. Un enunciado nunca puede separarse de su contexto de enunciación, que siempre modifica lo que ese enunciado quiere decir.

Orientaciones didácticas (11-14)

Las cuestiones tratadas en este organizador se relacionan con los siguientes Contenidos Básicos Comunes del Tercer Ciclo de EGB de Lengua (Ministerio de Cultura y Educación, República Argentina):

Descripción de las actividades

Las actividades guardan relación con cada uno de los apartados de la Monografía, lo cual hace posible estructurar el dictado de los contenidos en diferentes clases.

En la Actividad 1, se dramatiza una situación de habla cotidiana en la que se lleva al máximo el sobreentendido. Para esto, se propone la construcción de distintos contextos de enunciación. La incorporación de un "observador" puede ayudar a explicitar los sobreentendidos en que descansan los diálogos.

En la Actividad 2, a partir del material gráfico, se trabaja con la adecuación a los contextos de enunciación (y los sobreentendidos propios de cada uno de ellos). Se pone énfasis en el rol determinante de tales contextos a la hora de construir sentido. La historieta sirve para generar contextos y poner de relieve los elementos paralingüísticos de la comunicación oral presencial; y, a la vez, permite imaginar otras versiones de lo dicho por los personajes que en ella hablan.

El análisis de la historieta prosigue en la Actividad 3, con el fin de profundizar el análisis del problema de la adecuación a las situaciones comunicativas, haciendo hincapié en el valor y sentido de las palabras.

Actividad 1. Sobran las palabras

Tiempo

Punto 1: 10 a 15 minutos; punto 2: 15 minutos; punto 3: 10 minutos; punto 4: 20 minutos.

Procedimiento

En el punto 1, luego de una breve introducción teórica, se presenta la consigna y se proponen distintos contextos de enunciación, que pueden ser sugeridos por el docente o bien acordados entre los alumnos que van a actuar. Al terminar cada dramatización, uno o varios de los alumnos-espectadores deberán interpretar el sentido de la conversación a partir de los elementos paralingüísticos. Para el punto 2, se sugiere darles un tiempo para que piensen dos o tres ejemplos. Luego, se realizará una puesta en común. La discusión planteada en el punto 3 puede realizarse primero en pequeños grupos para luego compartir los resultados y conclusiones con toda la clase. Los diálogos del punto 4 pueden plantearse como dramatizaciones, al igual que en el punto 1. Luego de cada representación, el resto de la clase deberá analizar de qué manera el saber común entra en crisis (o deja de compartirse) y esta crisis se refleja en la conversación.

Cada ejercitación supone una activa orientación por parte del docente, quien guiará a los alumnos en el reconocimiento de los distintos elementos que conforman el sobreentendido y las variables que intervienen en la comunicación (horizonte espacial y temporal, participantes, saberes, etc.).

Actividad 2. La evaluación

Tiempo

20 minutos.

Procedimiento

Luego de una breve exposición teórica, los alumnos deberán realizar la actividad en pequeños grupos. Después, cada grupo deberá exponer oralmente su producción. En esta instancia, el docente deberá guiar a los alumnos en el reconocimiento de la intencionalidad implícita y explícita de la comunicación y en la adecuación a los contextos de enunciación.

Actividad 3. Cuidar el tono

Tiempo

Punto 1: 10 minutos; puntos 2 y 3: 25 minutos.

Procedimiento

En esta actividad, se prosigue el análisis de la historieta para profundizar el estudio del problema de la adecuación a las situaciones comunicativas, haciendo hincapié en el valor y sentido de las palabras. Es importante que en el punto 2 el docente señale las variantes que intervienen en cada uno de los contextos sugeridos, y explique su relación, por ejemplo, con la elección del vocabulario, las formas de tratamiento a utilizar, etc.

Comentarios (sobre las actividades en conjunto)

Estas actividades se focalizan en la producción oral por parte de los alumnos, a fin de reforzar en la práctica los contenidos expuestos en la Monografía. Sirven para hacer pensar a los alumnos acerca de la propia práctica de la lengua oral y de las formas en que ésta se ve determinada por el contexto. El caso de la historieta de Matías sirve como caso autorreferencial a partir del cual introducir otros contextos institucionales.


Objetivos

-Reflexionar acerca de las características generales de la comunicación oral.

-Reconocer las distintas posibilidades de actos comunicativos en función de la variación y combinación de emisor, receptor, horizontes espacial y temporal.

-Reparar en la importancia de los signos no verbales en la comunicación oral (presencial y no presencial).

-Comprender el funcionamiento del sobreentendido en la comunicación oral.

-Reconocer contextos de enunciación diversos en función del tono.

-Observar el valor de la entonación en relación con la intencionalidad y la evaluación.

-Reconocer las formas de saludo formal e informal.

-Producir diálogos formales y coloquiales.

Orientaciones didácticas (14-18)

Las cuestiones tratadas en este Organizador se relacionan con los siguientes contenidos conceptuales de los Contenidos Básicos Comunes de Lengua para la Educación Polimodal (Ministerio de Cultura y Educación, República Argentina):

Descripción de las actividades

En la actividad 1 se trabaja desde una conversación coloquial, recreada en un texto literario. De este modo, se puede observar la importancia de los signos no verbales en la comunicación oral, a partir del desconcierto que produce su ausencia en este texto escrito.

La actividad 2 sirve para reconocer contextos de enunciación diversos en función del tono, de las formas pronominales, de los temas, etc. El correcto armado de los diálogos supone la valoración del principio de adecuación a distintas situaciones comunicativas.

Actividad 1. Lo que no se dice

Tiempo

Puntos 1 a 4: 40 minutos; puntos 5 y 6: 15 minutos.

Procedimiento

Deberán elegirse once alumnos que, en primera instancia, leerán y dramatizarán una frase del diálogo, en el orden en que aparece en el texto original. Se trabajará el texto literario como una conversación coloquial, para observar la importancia de los signos no verbales en la comunicación oral. A continuación, se discutirá en forma grupal cuántos son los personajes que participan en la conversación y se volverá a representar.

Actividad 2. Cuidar el tono

Tiempo

Puntos 1 a 3: 30 minutos; punto 4: 15 minutos.

Procedimiento

Luego de una exposición teórica sobre el tono y la adecuación a los contextos de enunciación, se puede proponer esta actividad, para realizar en pequeños grupos. El objetivo es reconocer contextos de enunciación diversos en función del tono, de las formas pronominales, de los temas tratados, etc. La clave en el armado de los diálogos está en que los alumnos atiendan al principio de adecuación a distintas situaciones comunicativas. Se sugiere realizar una puesta en común después del punto 1 y otra después del punto 4.

Objetivos

-Reflexionar acerca de las características generales de la comunicación oral.

-Considerar la importancia de los signos no verbales en la comunicación oral (presencial y no presencial).

-Comprender el concepto de sobreentendido.

-Reconocer contextos de enunciación diversos en función del tono.

-Observar el valor de la entonación en relación con la intencionalidad.

-Reconocer la intencionalidad implícita y explícita en la comunicación interpersonal.

-Identificar y producir diálogos formales y coloquiales.

-Reconocer las formas que se utilizan para la transcripción escrita del diálogo oral.

-Ejercitar la escucha significativa.

-Comparar distintos registros a partir del tono.

-Lograr la integración grupal a partir de dramatizaciones.

textos: Verónica Delgado y Graciela Goldchluk
fotografías: Uri Gordon
edición: Carina Kosel
Agradecemos a Fernando Sendra.