¿Cuándo se debe escribir con c y cuándo con s? ¿Y el uso de la z? ¿La g y la j tienen sus reglas? ¿Cuál es el uso de v y cuál el de b? Estas son algunas de las preguntas que se hacen a menudo los alumnos, o al menos las que los docentes pretenden que se hagan.

Los intentos de Sarmiento por simplificar la ortografía fueron infructuosos: pese a su declaración de 1843 y a sus luchas incansables por lograr su objetivo lingüístico, el español tiene actualmente sus «opacidades», es decir, rasgos formales de ortografía que dificultan su escritura porque no hay correspondencia entre los sonidos y sus representaciones gráficas.

Las actividades que te presentamos a continuación te servirán para que los alumnos descubran algunas reglas de uso de la j.


Actividad 1: palabras terminadas en -aje

Para empezar con esta actividad, te sugerimos que mires junto a tus alumnos el micro de ortografía en el que, mediante una animación, se explica la regla de escritura de las palabras terminadas en -aje. Podés acceder a él haciendo click aquí.

A continuación, podés realizar la siguiente tarea, organizada en pasos:

  1. Pediles a tus alumnos que se organicen en grupos pequeños –entre tres y cuatro estudiantes cada uno– y piensen una palabra terminada en -aje que no aparezca en el video como nombre para el equipo.
  2. Luego, el grupo deberá buscar otros ejemplos de palabras que correspondan al mismo grupo, una por cada miembro. Cada uno elegirá una de las palabras y armará una presentación ilustrada del término. Esta tarea podés precisarla con ellos: puede ser una ilustración del referente del término, la transformación de la misma palabra en un personaje o cualquier otra propuesta.
  3. Finalmente, cada grupo armará un afiche en el que se podrá destacar el nombre del equipo y se incluirán las producciones de cada alumno.
  4. Como cierre, podés pedirles que, entre todos los alumnos, armen un gran afiche en el que se presente la regla «Las palabras que terminan con el grupo -aje deben escribirse con . Será interesante que –usando distintos materiales– todos participen de la decoración.

Actividad 2: palabras terminadas en -jero, -jera, -jería

Otra de las reglas del uso de la j establece que se escriben con esta letra las palabras terminadas en -jero, -jera, -jería, a excepción de ligero y flamígero.

Para que tus alumnos puedan conocer esta regularidad, te proponemos realizar el siguiente juego, organizado nuevamente en pasos:

  1. Escribí o imprimí las siguientes palabras y hacé con cada una de ellas un bollito de papel: calabaza, relojero, marioneta, mensajería, rastrojero, sueño, agujero, caño, sonajero, mamotreto, alhajero, tijera, viajero.
  2. Volvé a separar en grupos a los alumnos y dale a cada grupo un juego de bollitos de papel.
  3. La consigna es que cada grupo abra los papelitos, lea las palabras e intente formular la regla. Como habrás visto, hay palabras que funcionan como distractores dentro del conjunto sugerido. Es importante, entonces, que avises a los alumnos que encontrarán palabras que tienen «algo en común», mientras otras escapan a cualquier regularidad. Así, los alumnos deberán encontrar las palabras que forman un grupo por poseer un rasgo que las distingue, interpretar ese rasgo como una regularidad y formular finalmente la regla.
  4. El primer grupo que formula la regla correctamente es el ganador. Cada vez que alguno de los grupos quiera arriesgar una respuesta, los demás equipos deberán detener su trabajo y escuchar a los compañeros. Si el equipo que arriesga se equivoca, todos siguen jugando, hasta que finalmente alguno de los grupos descubra la respuesta.

Actividad 3: otras reglas

Como actividad final, podrás proponer a tus alumnos que «salgan a cazar palabras con j».

La consigna de trabajo es que, durante una semana, anoten todas las palabras con j que escuchen, lean o escriban en la escuela. Todas deberán estar juntas, en una hoja aparte o cualquier otro espacio que destinen para esta finalidad; puede ser, por ejemplo, un afiche colocado en algún sector del aula. Así, cada vez que la j haga su aparición, alguno de tus alumnos podrá anotar la palabra en el afiche, y contribuir, de ese modo, al armado de un «banco de palabras».

Finalmente, concluida la semana de caza, los alumnos trabajarán colaborativamente, coordinados por el docente, para agrupar las palabras según sus regularidades y deducir de manera conjunta las reglas que faltan.

A modo de cierre, podés pedirles que armen otros afiches similares al que hicieron en la primera actividad, en los que enuncien las nuevas reglas descubiertas, además de la trabajada en la actividad anterior.


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