¿Cuándo se debe escribir con c y cuándo con s? ¿Y el uso de la z? ¿La g y la j tienen sus reglas? ¿Cuál es el uso de v y cuál el de b? Estas son algunas de las preguntas que se hacen a menudo los alumnos, o al menos las que los docentes pretenden que se hagan.
Los intentos de Sarmiento por simplificar la ortografía fueron infructuosos: pese a su declaración de 1843 y a sus luchas incansables por lograr su objetivo lingüístico, el español tiene actualmente sus «opacidades», es decir, rasgos formales de ortografía que dificultan su escritura porque no hay correspondencia entre los sonidos y sus representaciones gráficas.
Las actividades que te presentamos a continuación te servirán para que los alumnos descubran algunas reglas de uso de la j.
Para empezar con esta actividad, te sugerimos que mires junto a tus alumnos el micro de ortografía en el que, mediante una animación, se explica la regla de escritura de las palabras terminadas en -aje. Podés acceder a él haciendo click aquí.
A continuación, podés realizar la siguiente tarea, organizada en pasos:
Otra de las reglas del uso de la j establece que se escriben con esta letra las palabras terminadas en -jero, -jera, -jería, a excepción de ligero y flamígero.
Para que tus alumnos puedan conocer esta regularidad, te proponemos realizar el siguiente juego, organizado nuevamente en pasos:
Como actividad final, podrás proponer a tus alumnos que «salgan a cazar palabras con j».
La consigna de trabajo es que, durante una semana, anoten todas las palabras con j que escuchen, lean o escriban en la escuela. Todas deberán estar juntas, en una hoja aparte o cualquier otro espacio que destinen para esta finalidad; puede ser, por ejemplo, un afiche colocado en algún sector del aula. Así, cada vez que la j haga su aparición, alguno de tus alumnos podrá anotar la palabra en el afiche, y contribuir, de ese modo, al armado de un «banco de palabras».
Finalmente, concluida la semana de caza, los alumnos trabajarán colaborativamente, coordinados por el docente, para agrupar las palabras según sus regularidades y deducir de manera conjunta las reglas que faltan.
A modo de cierre, podés pedirles que armen otros afiches similares al que hicieron en la primera actividad, en los que enuncien las nuevas reglas descubiertas, además de la trabajada en la actividad anterior.