En septiembre de 2000, los jefes de estado y de Gobierno de 147 países y 42 ministros y jefes de delegación se reunieron en la Asamblea General de las Naciones Unidas para emprender la tarea de determinar cómo mancomunar sus voluntades y su compromiso de realizar un esfuerzo común para revitalizar la cooperación internacional destinada a los países menos desarrollados.

En esa oportunidad, se identificaron objetivos que apuntan a la lucha contra la pobreza y el hambre, la revisión del deterioro ambiental, el mejoramiento de la educación y la salud, y la promoción de la igualdad entre los sexos, entre otros.
Para estos objetivos se acordaron, asimismo, metas cuantificadas, en el que se indican el nivel que debían alcanzar en el 2015 las principales variables económicas y sociales que reflejan los objetivos aprobados.

Ya ha transcurrido la mitad del período y no sorprende para nada que los resultados sean dispares a pesar de las mediáticas campañas de apoyo.

La actividad


Entiendo que la metas establecidas por los objetivos del milenio pueden proporcionar una motivación suficiente para que un grupo de alumnos explore -con la adecuada orientación docente- cuales son los indicadores que permiten cuantificar el grado de cumplimiento de estos objetivos.

El contexto

Los economistas somos seres apegados a la evidencia empírica, cuando buscamos averiguar que ocurre en el mundo que nos rodea, nos apoyamos en la teoría y en la observación, contrastamos teorías macroeconómicas con la realidad existente y si los resultados no se compadecen debemos cambiar nuestras teorías, aunque nunca falta el que prefiere negar la realidad o arrojar la culpa convenientemente sobre los instrumentos. Al final del día, esperamos de la estadística que nos proporcione una fuente de información sistemática y objetiva.

¿Y por casa como andamos?

En Argentina las reformas estructurales de la década de los noventa y la salida de la convertibilidad en los años siguientes, impactó gravemente en las familias, siendo la pobreza y la miseria las generadoras de enormes carencias y privaciones. La falta de equidad social, ya sea estructural u originada en las crisis sucesivas, resulta un parámetro de difícil medición cuantitativa, sin embargo, existen varios indicadores que permiten una aproximación hacia ese objetivo. Así, estadísticas de pobreza e indigencia, brecha entre la población más rica y más pobre, coeficiente de Gini, y la evolución del PBG per cápita, entre otros, pueden mostrar el estado económico y social en un momento determinado del tiempo.


Las variables que explican la reducción de la inequidad social se relacionan por un lado al crecimiento económico, desempleo y tasa de actividad, participación femenina en la oferta laboral, etc.; por otro lado, se vinculan, también, al desarrollo educativo, composición etárea, la eficacia en la prestación de servicios del sector público y los instrumentos que utilicen las autoridades en su política de ingresos.

¿Como evolucionó el PIB per cápita en estos años?¿ cual es la condición de alfabetismo de la población? ¿qué porcentaje de la población y hogares está aún bajo la línea de pobreza y de la de indigencia? ¿cuáles son las tasas de escolarización primaria y secundaria?¿cuántos jóvenes estudian o mejor dicho como es la composición etaria de la escolaridad? ¿cuántos terminan la escolaridad obligatoria? ¿cómo evolucionan las tasas de actividad y desempleo? ¿hay empleo informal e infantil?¿cómo es la participación femenina en el empleo? ¿cómo evoluciona la mortalidad infantil?¿y la materna? ¿cuantos hogares tiene acceso a agua corriente y descargas cloacales?

El desarrollo y cumplimiento de las metas están ampliamente relacionadas con los niveles de pobreza y distribución del ingreso, pero también con el mejoramiento de los estandares educativos, el mejoramiento de las condiciones de trabajo y al mismo tiempo con una mayor eficiencia en el sistema de salud, es decir, en mejores condiciones de vida de la población