Chicos y chicas: desde sus netbooks pueden visitar, consultar y participar de eventos en el mundo virtual de la isla de la salud. Allí hay, entre otras cosas, actividades en aulas culturales y paneles con consejos de salud y educación sanitaria. Anímense y viajen a la isla.
La Isla de la Salud tiene capacidad para 300 personas, consta de una sala de reuniones, un auditorio, un aula cultural y paneles con consejos de salud y educación sanitaria. También alberga un edificio donde los profesionales sanitarios pueden acceder a los servicios de formación continua, asistencia a congresos, seminarios, cursos y talleres de forma virtual, tutorización a distancia, información clínica, adquisición de productos y publicaciones.
Todo lo descripto se encuentra en un entorno virtual: las coordenadas geográficas de esta isla pertenecen al territorio de Second Life. Cualquier persona del mundo puede- desde su casa- visitar, consultar y participar de eventos en la isla a través de la conexión a internet.
En Second Life, el mundo en tres dimensiones que se creó hace ya cinco años, hay ocho millones de habitantes. Sin embargo, tras el boom inicial que experimentó, en la actualidad perdió bastantes adeptos y se calcula que, al mes, navegan por las calles de este planeta virtual alrededor de 1,2 millones de personas, de las cuales el 30% es de habla hispana.
Luego del impactante comienzo con que inauguró Second Life, muchas de las empresas que establecieron sus sedes virtuales comenzaron a retirarse. Sin embargo, parece que no todo está perdido.
Las grandes compañías le están encontrando una nueva utilidad a este entorno de bytes: ayudar a crear una cultura corporativa entre sus miles de empleados repartidos por el mundo. Un buen ejemplo de esta situación es IBM, que sólo en el último año contrató a más de 20.000 trabajadores procedentes de Brasil, China India o Rusia.
Second Life le permite interactuar a los usuarios más allá del tradicional chat y es un espacio tan abierto y complejo que posibilita innumerables vinculaciones y dinámicas. Es lógico que sus ventajas no pasaran inadvertidas por el ámbito sanitario que está comenzando a explotarlas.
Basta decir que la prestigiosa revista Nature tiene su propio hogar en ese mundo. Los usos sanitarios abarcan un abanico de proyectos y desarrollos, por ejemplo, IBM ha creado Virtual Healthcare Island, un espacio donde expone los motivos de la crisis del sistema sanitario actual y las diversas vías en que las tecnologías de la información pueden mejorar el panorama futuro.
El proyecto de la Isla de la Salud fue llevado a cabo en España, por medio de la Sociedad Española de Medicina Familiar (semFYC) y Comunitaria y la Coalición de Ciudadanos con Enfermedades Crónicas.
El principal objetivo de la Isla de la Salud es el de convertirse en un espacio conjunto del que se beneficien tanto profesionales del mundo de la salud como el resto de personas que accedan a ella.
Las personas que visiten la zona encontrarán desde tours informativos sobre hábitos saludables hasta la posibilidad de consultas gratuitas y recomendaciones de medicina preventiva orientadas al público joven.
En esta realidad paralela o “segunda vida” que ha presenciado ya conciertos de estrellas de rock como U2 con los avatares o figuras 3D de Bono y el resto de la banda, campañas de políticos, apertura de embajadas, conferencias antiglobalización o eventos deportivos, se abre ahora la posibilidad de las consultas médicas en castellano de forma anónima y confidencial.
Según el doctor Luis Aguilera, presidente de la semFYC, "esta iniciativa nace con la idea de proporcionar un nuevo canal de comunicación entre los profesionales sanitarios y los jóvenes con la intención de dar al internauta un espacio confiable donde encontrar información sobre salud".
Dos médicos de familia del Grupo de Trabajo de Atención al Adolescente de semFYC “atienden” consultas visrtuales dos días a la semana (lunes de 19.30 a 21.00 horas y jueves de 22.30 a 24.00 horas). La doctora Rosario Jiménez, una de las encargadas de atender a los pacientes en Second Life, reconoce que "los adolescentes van muy poco a las consultas médicas y esta herramienta es una forma eficaz y divertida de llegar a ellos, porque usamos los mismos medios que ellos como nativos digitales prefieren".
Aunque en esta franja de edad no son comunes las enfermedades, sí es habitual que los jóvenes adopten conductas de riesgo que puedan desarrollar en el futuro problemas de salud.
"Muchas veces lo que precisan es un entorno de anonimato y confidencialidad para consultar sus dudas relacionadas con el consumo de drogas o con las relaciones sexuales, que no se atreven a preguntar en la consulta tradicional", afirma la doctora Jiménez, quien cree que esta herramienta va a ser muy útil, dado que el 45% de la población española entre 15 y 24 años utiliza internet y pasa una media de 12,7 horas a la semana navegando.
Obviamente el éxito de la Isla de la Salud no depende de lo novedoso de la herramienta. La meta es aportar una ventaja visible y sostenible, desde varias perspectivas, operativa, organizativa y social a nivel de práctica individual y de capacitaciones y formaciones profesionales continuas. La semFYC apostó por la innovación y el aprovechamiento de las nuevas tecnologías. En este sentido, la asociación médica española fue pionera en la creación de este espacio de salud en castellano dentro del entorno virtual.
La Isla de la Salud es un recurso mediático que busca facilitar la relación cada vez más eficaz y constructiva entre médicos y pacientes, fomentar la prevención y ofrecer una plataforma de capacitación y realización de eventos y congresos médicos.
El doctor José Antonio Prados -vicepresidente de semFYC- explica que la isla “contará en breve, además de la consulta para los jóvenes, con otra para patologías crónicas. Aunque una consulta virtual no sustituirá a la consulta física, se podrán atender incluso problemas de dermatología y psicología con el apoyo de una cámara web. Hay que tener en cuenta que el 75% de los diagnósticos se hacen sin necesidad de exploración, sólo con la entrevista”.
Más allá del éxito o fracaso de la Isla de la Salud, lo que sí resulta una realidad indiscutible es el uso cada vez mayor de mundos 3D para la formación sanitaria.