ilustración: Gustavo Damiani
¿Por qué esta propuesta?
El vóleibol es un deporte de situación que implica una gran capacidad de adaptación a
situaciones de juego cambiantes en períodos muy cortos.
Plantearlo como una propuesta para el nivel es de suma importancia dado que provee:
- situaciones de juego variadas que amplían el repertorio de experiencias motrices con que cuenta el
alumno;
- posibilidades de integrar tanto a las alumnas como a los alumnos en equipos mixtos por el escaso nivel de
contacto físico, lo que permite compartir una experiencia deportiva distinta;
- altas posibilidades de adaptar el deporte propiamente dicho (el juego de a seis) a las dimensiones del campo de
juego disponible, a los distintos tipos de terreno (baldosa, césped, parquet, etc.) y a la cantidad de
material con el que se cuenta.
Es destacable observar que un simple elástico de 5 centímetros de ancho y unos 10 ó 15 metros
de largo permite dividir en forma transversal el terreno de juego reglamentario y proporciona espacio suficiente para
que 30 alumnos jueguen simultáneamente, propiciando un aumento de estímulos en igual cantidad de tiempo
asignado. Algunas pelotas de vóleibol y, para complementar, algunas otras hechas con papel de diario (cuidando
de lograr el tamaño de las de cuero) y cubiertas totalmente con cinta ancha de embalar, propician una buena
posibilidad de contar con material para utilizar en esas pequeñas canchas divididas por un
elástico.
Actividades sugeridas
- Juego uno contra uno, por tiempo, en varias canchas contiguas y en forma simultánea. Al finalizar el
tiempo previsto cada jugador pasa a jugar a la cancha de la derecha, cambiando de esta forma de equipo contrario.
Se juega de la misma manera hasta completar la rotación. Se suman los tantos conseguidos a lo largo de toda
la vuelta. Utilizar reglas simples: sólo puede jugarse la pelota con golpe de manos altas, no se puede
rematar ni tocar la red. Todos los tantos son punto.
- Jugar uno contra uno con autopase previo al pase al otro lado de la cancha. El autopase servirá para que
el jugador acomode su cuerpo para enviar la pelota a un ángulo o al otro de la cancha contraria tratando de
lograr un tanto.
- Jugar uno contra uno con autopase previo al pase al otro lado de la cancha, que se hará con salto. El
autopase vertical y con altura servirá para saltar antes de pasar la pelota al otro lado de la cancha y
hacerlo con actitud ofensiva (es decir, con un pase recto y rasante).
- Combinar las situaciones anteriores limitando la acción del juego con consignas previas, por ejemplo: en
la primer jugada hay que pasarla al otro lado directamente; en la segunda, con salto y sin autopase, y en la
tercera, si la hubiera, con autopase y salto.
- Jugar uno contra uno anticipando el pase del compañero del equipo contrario. Si el que está en
posesión de la pelota apunta con el pecho hacia un ángulo de la cancha, el contrario debe llegar
antes que la pelota para defender ese ataque, siempre con golpe de manos altas. Resalte estas acciones con
énfasis para lograr la observación continua del jugador contrario, de la pelota y su
trayectoria.
- Señalar con tiza en el suelo sectores con puntaje. Jugar uno contra uno y, si la pelota pica en el campo
contrario en alguno de los sectores marcados, sumar tantos puntos como indica el lugar en el que se produjo el
pique de la pelota.
- Jugar uno contra uno y proponer una tarea luego de que el alumno pasó la pelota al otro lado de la
cancha. Por ejemplo, pasar la pelota al otro lado tratando de marcar un tanto, y correr a tocar una línea
lateral, sin perder de vista el accionar del jugador ubicado en la cancha contraria. Variar las acciones (sentarse,
colocarse en decúbito ventral, girar, realizar un salto con rodillas al pecho, etc.).
Aspectos a tener en cuenta
Es importante plantear, de entrada y con fuerza que el juego debe ser el punto de partida de la enseñanza
de este deporte. La propuesta del uno contra uno facilita la adquisición de algunos conceptos tácticos
importantes tales como: pasar la pelota hacia el otro lado de la red buscando que pique en el sector en el que no se
encuentra el jugador contrario; utilizar el pase rasante y ofensivo cuando éste va dirigido hacia el campo de
juego contrario; comprender que, en posesión de la pelota, se es atacante, y que, cuando la pelota está
del otro lado del campo, se es defensor y esto implica actuar en consecuencia.
Es conveniente evitar que los alumnos practiquen ejercicios técnicos antes de haber jugado. El tiempo
dedicado al aprendizaje específico dependerá de las dificultades surgidas durante el juego. A partir
del momento en que aparezca la necesidad de nuevas vivencias de juego, ya sea porque los alumnos plantean inquietudes
en relación con partidos observados por televisión o presenciados en instituciones deportivas, se debe
aprovechar esa circunstancia (sobre todo a nivel de la motivación) para enriquecer la actividad que se
proponga.
- A modo orientativo, las dimensiones de las pequeñas canchas podrán ser de 3 metros de largo por 3
metros de ancho y luego aumentar, por ejemplo, a 4,50 metros de largo manteniendo los 3 metros de ancho. La altura
de la red deberá estar más arriba de los 2 metros, modificando la misma en función de los
objetivos de aprendizaje. Se recomienda mantenerla a mayor altura en las primeras etapas de iniciación al
deporte para facilitar la llegada del alumno a la pelota y la lectura de su trayectoria, entre otras cosas.
- Proponer, en caso de ser necesario y por cantidad total de alumnos del grupo clase, que no más de un
alumno espere detrás de cada media cancha, para que el que juega, luego de producirse el tanto, salga y deje
el lugar al próximo.
- Comenzar la actividad con un apropiado trabajo de entrada en calor y culminarla con un repertorio amplio y
completo de ejercicios de elongación muscular para propiciar, de esta manera, una adecuada
recuperación.
Aportes sobre el tema
Vargas Rodríguez, Ricardo, Vóleibol. 1001 Ejercicios y juegos, Madrid, Editorial
Augusto Pila Teleña, 1991.
Ministerio de Cultura y Educación de la Nación, Plan Social Educativo, video educativo: El
Vóley. Un deporte para compartir, Buenos Aires, 1998.
Ministerio de Educación
Programa Nacional de Innovaciones Educativas