El Movimiento de los Trabajadores sin Tierra: sus orígenes y el
carácter de su lucha
El movimiento remonta su historia a las luchas de indios y negros
durante la Colonia hasta el final del siglo XIX, uniendo la lucha por la
libertad con la lucha por la tierra propia. También recupera como
propios los movimientos campesinos mesiánicos de los Canudos, del
Contestado y el Cangaço, así como numerosas revueltas regionales del
siglo XX. Entre 1950 y 1964, surgieron las Ligas Campesinas, la Unión de
Labradores y Trabajadores Agrícolas del Brasil y el Movimiento de
Agricultores sin Tierra, todos ellos destruidos por la dictadura militar
que derrocó a Joao Goulart en 1964 (precisamente cuando este intentó
aplicar una reforma agraria) En la década de los ochenta, al calor de la
lucha por la democratización del país, surgieron las ocupaciones
organizadas, protagonizadas por centenares de familias. En 1984, en su
primer Congreso, se dieron el nombre de Movimiento de los Trabajadores
Rurales Sin Tierra o MST. Al día de hoy, 140.000
familias conquistaron la tierra atravesando dos etapas (una tan
difícil como la otra): las de acampado y asentado.
El movimiento se extendió a 22 estados y tiene una organización muy
sólida, fundada en la democracia de base. La unidad de organización es
la cooperativa, la propiedad colectiva de los medios de producción y
la distribución igualitaria del producido comunitariamente. La tierra
conseguida por el MST, a través de la ocupación, es tenida en
condominio por los trabajadores, pero vuelve al MST cuando los hijos
(la nueva generación) llegan a la edad productiva para una nueva
distribución. Cada miembro del MST debe conquistar tierra volviéndose
un «acampado», ya que esta es inalienable y no se hereda. Las
cooperativas locales están asociadas a la Confederación de
Cooperativas de Reforma Agraria del Brasil y, principalmente, son las
dedicadas a la agroindustria las que han elevado el nivel de vida de
los asentados. La media de la renta en los asentamientos agrícolas es
de casi cuatro salarios, mientras que en la agroindustria es de casi
seis. El MST promueve la capacitación agraria y está asociado a
numerosos profesionales en esa materia y en otras. Asimismo, está
asimilando a su sistema de producción y comercialización a numerosos
productores pequeños (no ocupantes) que han visto la posibilidad de
progreso en el sistema productivo del MST. El
movimiento pone gran atención en la educación de sus miembros y afirma
entenderla como mucho más amplia que la escolaridad y la alfabetización,
particularmente, como un proceso de toma de conciencia y de liberación.
Tierra Viva El MST dice tener tres
grandes objetivos: la tierra, la reforma agraria y una sociedad más
justa. La reforma agraria necesaria debería garantizar el trabajo para
todos, con la consiguiente distribución de la renta; la producción
barata de alimentación barata y de calidad para toda la población
brasileña posibilitando su seguridad alimentaria; garantizar el
bienestar social, la justicia social, la igualdad de derechos;
difundir los valores humanistas y socialistas en las relaciones entre
las personas, eliminando la discriminación religiosa, racial y de
género; crear las condiciones de participación igualitaria de las
mujeres en la vida social; preservar y recuperar los recursos
naturales (suelo, aguas y selvas) e implementar la agroindustria y la
industria como factores de desarrollo en el interior del país.
Si 4.800.000 campesinos no tienen en el Brasil un lugar donde vivir,
trabajar o morir, deben necesariamente acabar en la favela. Esa
masa de trabajadores tiene un potencial propio para transformar la
estructura social del país. El MST afirma concentrarlo y expresarlo como
vía campesina a la revolución social haciendo valer su carácter
popular, sindical y político.