La campaña es una herramienta de comunicación que interviene en espacios públicos y que
utiliza simultáneamente varios medios, tales como afiches, volantes, stands, carteleras, etcétera.
Una campaña es útil para:
- Crear opinión pública sobre temas que afectan a la comunidad (salud, medio ambiente,
educación, etc.).
- Intentar cambiar conductas, actitudes de la población. Todas las campañas de prevención
tienen este fin. I
- nformar a la población.
- Conseguir apoyo para iniciativas locales.
Aspectos importantes para tener en cuenta en la elaboración de una campaña:
- Tener en claro qué es lo que se quiere lograr con una campaña para luego buscar los medios para
llevarla a cabo.
- Partir de las necesidades de la población beneficiaria, es decir, poder ponerse en el lugar del otro
significa comenzar pensando quién es el otro, cómo es, qué sentirá o sabrá sobre
el tema, si le interesará o no ponerse en contacto con el tema, qué lenguaje utilizar para que el
mensaje sea comprendido, etc.
Por ejemplo, si se piensa elaborar una campaña de prevención de VIH/sida en una escuela, no es lo
mismo dirigirla al Nivel EGB 1, 2, 3 o al Polimodal, en tanto son edades y momentos de vida diferentes, y por ende
habrá necesidades, vivencias, experiencias, emociones y valores distintos para cada grupo.
Características básicas de la población destinataria
Sanitarias: grado de exposición al VIH u otras enfermedades de transmisión sexual (ETS),
tasa de incidencia de sida y ETS en esa población.
Sociodemográficas: sexo, edad, nivel educativo, situación familiar, acceso a medios de
comunicación, opciones y espacios de recreación, posibilidades de mantener relaciones sexuales
protegidas.
Psicosociales: actitudes, valores, opiniones y creencias frente a la salud y su preservación, al
ejercicio de la sexualidad y al VIH/sida.
Los medios, soportes o canales de comunicación más utilizados en el desarrollo de una campaña
son: video, radio, gráfica, afiches, talleres, charlas, concursos, etc. Cada uno de ellos permite reforzar
determinados objetivos. Por ejemplo, si se piensa en hacer afiches o folletos para una campaña de
prevención de VIH, estos pueden servir para:
- promover y divulgar información sobre VIH/sida, formas de transmisión, estrategias de
prevención, centros donde hacerse el test, cómo desactivar prejuicios, cómo influir en las
actitudes frente a la enfermedad,
- aclarar mitos, prejuicios y tabúes en relación al VIH/sida,
- reforzar los conocimientos, actitudes y comportamientos de cuidado.
A su vez, a la hora de seleccionar el material de prevención de VIH/sida, importa recordar que no es
fácil que la información sobre este tema llegue a los destinatarios porque existen obstáculos,
por lo general vinculados a:
- Baja percepción al propio riesgo: las personas, aunque tengan información, no siempre sienten que
esa información sea necesaria y útil para ellas. En general, a mucha gente le parece que tiene menos
probabilidades que otros de infectarse con el VIH. Cuanto más se piensa que el sida es un asunto de otros
(diferentes a uno mismo), más probabilidades hay de no cuidarse y exponerse a situaciones de riesgo. Y por
lo tanto vamos a pensar mejor cómo hacer para que sí les llegue nuestro mensaje.
- Creencias e ideas equivocadas: es frecuente encontrar personas que creen que pueden infectarse por convivir
cotidianamente con personas con VIH o sida, ser picado por un mosquito, tomar mate o donar sangre, etc., o que se
están cuidando porque no donan sangre, no conviven con personas infectadas, o que no tienen relaciones
sexuales "con desconocidos".
- Falta de servicios: otro obstáculo que tiene que ver con el mensaje es la falta de lugares o servicios
en los que se pueda dar una respuesta concreta a la preocupación de las personas. Por ejemplo, se pudo haber
entendido lo que se tiene que hacer pero no dónde se hace el test. O pudo haberse entendido la importancia
de usar preservativo pero no tener dinero para comprarlo o desconocer dónde puede obtenerse gratuitamente.
Por ello importa que la comunicación se comparta con otras instituciones, tales como: hospitales, centros de
salud, organizaciones sociales, grupos de ayuda, y toda otra entidad o ámbito que exista en la comunidad y
que se relacione con los destinatarios del mensaje.
Luego de la elección del medio a utilizar corresponde elaborar el mensaje. Para ello se recomienda atender
las siguientes cuestiones:
- Que la información referida a servicios contemple recursos de la zona, por ejemplo: nómina de
centros de salud, lugares de información o atención gratuita, direcciones, números de
teléfono y otras características que permitan efectivamente el acceso del público al que se
dirige la campaña.
- Que se considere la relación entre el mensaje y el medio a utilizar. Así, en cada medio que se
use (radial, gráfico, audiovisual, directo, etc.) es necesario evaluar el contexto en que se recibirá
el mensaje (distancia, tiempo, factores de distracción, acceso, momento de recibir el mensaje). Esto
ayudará a definir la extensión de textos, el uso de imágenes, el tamaño de las
tipografías, entre otros aspectos. A veces se necesita un texto corto y conciso, con letras grandes, si se
va a disponer de poco tiempo para leerlo o si se verá de lejos (por ejemplo desde un colectivo en
movimiento). Otras veces podemos explayarnos en un texto largo, por ejemplo en un folleto que la gente podrá
llevarse a su casa y leer cómodamente.
- Que el mensaje resulte claro y comprensible para la población a la que está principalmente
dirigido y que considere la experiencia acumulada en el análisis de campañas a fin de no cometer
errores prevenibles. En tal sentido se sugiere:
- tratar de ser creativo, no copiar fórmulas o mensajes típicos como por ejemplo: "No al sida,
sí a la vida": estas reducciones no han generado el resultado esperado y algunos estudios han comprobado
un impacto concretamente inverso al esperado;
- que, si se usan imágenes, estas resuman el mensaje. Una imagen vale más que mil palabras. Cuando
se use un texto con una imagen, este debe complementar la imagen, es decir que no diga lo mismo que la imagen. En
caso de trabajar con materiales gráficos se debe tener en cuenta que las ilustraciones (dibujos,
fotografías) se deben utilizar no sólo para captar la atención, sino también para
facilitar la comprensión, la memorización del mensaje y/o para ejemplificar procedimientos. Por lo
tanto deben funcionar como un refuerzo del texto y no competir con él. Si las imágenes son muy
impactantes pueden pasar a ser el elemento principal y el texto funcionar como ilustración (lo cual puede ser
necesario a veces, por ejemplo con personas con dificultades para leer);
- que los mensajes no incluyan sólo datos, información técnica o fría sino que apelen
a vivencias, emociones, temores, conflictos, vínculos con otros, etc. Por ejemplo: una cosa es decir "el
80% de los adolescentes no utilizan preservativos en sus relaciones sexuales", y una muy distinta es plantear la
misma información así: "¿qué nos pasa que a la hora de cuidarnos no lo
hacemos?". Los enfoques emotivos pueden ser muy útiles para que el sida sea percibido como parte de la
realidad cotidiana de las personas y para hacer sentir que la prevención es una necesidad personal y colectiva
de gran importancia.