Probablemente una de las actividades más motivadoras y ricas en experiencias que puedan encararse con una computadora en el aula sean los proyectos colaborativos en internet, particularmente aquellos que involucran la comunicación epistolar. A todos nos gusta recibir cartas y noticias de otras personas, así como comunicar a otros nuestras vivencias y opiniones. Que esos interlocutores estén muy distantes o que pertenezcan a culturas muy distintas de la nuestra es un incentivo aún mayor. Por otro lado, aportar nuestro trabajo personal a una tarea conjunta nos hace sentir partícipes de algo importante y al concluir nos alegra ser reconocidos por nuestro esfuerzo.

Hay muchos proyectos telemáticos en curso a los que una clase equipada con una sola computadora conectada a internet puede sumarse casi de inmediato y con poca preparación.

Como punto de partida puede visitarse el Ciberbús Escolar de las Naciones Unidas:

O bien la Red TELAR, de la Fundación Evolución:

También dispone de muchos proyectos interesantes la Red Escolar de ILCE, conformada por 13 países latinoamericanos, con sede en México.

Otra página de interés es la auspiciada por la Fundación La Caixa, de Barcelona, en su espacio Educalia:

Asimismo pueden consultarse los proyectos de Ciber@prendiz, con sede en Costa Rica:

Estas instituciones auspician y organizan proyectos telemáticos en forma permanente, a los que cualquier clase puede sumarse durante todo el año. No hace falta poseer grandes conocimientos informáticos para participar, ya que muchos de estos proyectos están justamente diseñados para facilitar la entrada de alumnos y docentes primerizos, y luego hay una amplia oferta de posibilidades a medida que la experiencia va aumentando.

La mayoría de las propuestas demandan generar información y publicarla en internet, en páginas y formatos previamente establecidos. Por ejemplo, los niños pueden recolectar datos meteorológicos de su zona durante un período de tiempo y luego trabajar integrándolos con la información recibida de otras escuelas, o pueden describir su ciudad ilustrándose con fotografías para contribuir a un "álbum global" y más tarde entablar correspondencia con niños de otros países. En general todos estos proyectos están apoyados en bien detalladas planificaciones y ofrecen guías para el docente, de modo que el trabajo de cada maestro se alivia muchísimo y puede enfocarse rápidamente en el proyecto mismo.

Otro tipo de proyectos telemáticos involucran la comunicación entre alumnos, clases, o el intercambio de mensajes con personas puntuales. El medio preferido es, por lo general, el correo electrónico, aunque también se suele utilizar la mensajería instantánea o la audio/videoconferencia, dependiendo del equipamiento que se posea.

Al respecto, conviene poner en claro cuál es el verdadero objetivo de estos intercambios. Muchos docentes aducen estar enseñando a sus alumnos a usar el correo electrónico u otros programas similares. Esto puede ser aplicable durante una o dos clases, pero las destrezas tecnológicas de este tipo se aprenden muy rápido, y si ellas fuesen el objetivo principal de la actividad no tendría sentido continuar más allá de unos pocos ejercicios. En realidad, el verdadero objetivo es la comunicación, y lo que el docente debe evaluar es la capacidad de los alumnos para sostener un diálogo inteligente, su disposición para dar y recibir información útil, el respeto por las reglas del urbanismo, su apego a ciertas normas de seguridad, etcétera. Hay aspectos de la comunicación que cobran una relevancia especial cuando intervienen las nuevas tecnologías, y entonces se vuelve imprescindible formar a los alumnos en los valores adecuados.

Por regla general es conveniente practicar con la comunidad educativa cercana antes de lanzarse a buscar interlocutores en el exterior. Una buena idea es pedir a los alumnos que preparen una encuesta en el procesador de texto pidiendo algunos datos de interés a cada familia, entre los cuales figurarán las direcciones de correo electrónico del padre, madre y otros parientes cercanos, junto con sus fechas de nacimiento, profesión, etc. Así, por ejemplo, cada vez que algún pariente de un alumno cumpla años, un grupo podrá preparar una tarjeta de salutación y enviarla por e-mail. Periódicamente la clase podrá informar a todos esos destinatarios sobre alguna actividad importante, o utilizará la lista para solicitar más información de interés. Por otro lado, se puede pedir a los parientes de nuestros alumnos que envíen a la clase datos útiles, acertijos, cuentos o anécdotas, y toda información que consideren podría contribuir al aprendizaje. Las posibilidades son múltiples, y dejamos a la imaginación de los docentes extender estas ideas. Este "correo familiar" es muy motivador y divertido y nunca falla en entusiasmar a los estudiantes sobre todo en los primeros grados de la primaria.

Con alumnos mayores es posible intentar otro tipo de comunicaciones, por ejemplo con personalidades de alguna área del conocimiento, o quizás con periodistas, a raíz de alguna noticia que ha sido analizada en clase. Casi todos los periódicos digitales incluyen la dirección de e-mail del autor de cada nota. El problema con estas actividades es que no siempre se obtiene respuesta, y eso puede frustrar a los alumnos (y al maestro). Es conveniente entonces que cada docente explore de antemano a los potenciales interlocutores, asegurándose de que existe en ellos disposición al diálogo.

La clase entera puede comunicarse con una clase similar a través del correo electrónico para intercambiar mensajes o información sobre algún tema bajo estudio. En estos casos, debe evitarse convertir al intercambio en un ir y venir de saludos y trivialidades. Mucho mejor es que cada grupo prepare un mensaje general o responda en conjunto a lo que la otra clase pregunta. También es conveniente aquí que los docentes se pongan de acuerdo con antelación sobre el tema a tratar o sobre la información que habrán de compartir las clases.

Un sitio donde los maestros pueden publicar sus pedidos de contacto o buscar clases de todo el mundo dispuestas a comunicarse a través de Internet es Clases Gemelas:

Para comunicaciones entre niños y jóvenes (siempre supervisadas por el maestro) es útil el sitio de E-pals:

Finalmente, la recomendación más general posible para cualquier proyecto colaborativo es la de encarar el trabajo con responsabilidad. Durante el diseño o la planificación, considerar con detenimiento qué es posible hacer con los recursos disponibles, tanto de tiempo como de equipamiento, y no involucrarse en proyectos demasiado ambiciosos si no se está seguro de poder llevarlos a término. Durante la ejecución, mantener activo el interés y no interrumpir ni el trabajo ni las comunicaciones, tanto por respeto a los otros participantes como en virtud de no frustrar las expectativas de los alumnos.