Misa para el Tercer Mundo

[…] Gloria Gloria a Dios que es el amor y en la tierra paz a los hombres que luchan por la justicia. Te alabamos, porque luchamos para que nuestros niños hambrientos coman. Te glorificamos, porque queremos destruir ya los instrumentos de tortura. Te damos gracias, porque hay hombres que dan su vida en la revolución. Te damos gracias Señor, porque no sos un Dios espectador, sino un Dios hecho hombre que padece el padecimiento de los hombres. Te damos gracias Señor, Tú que nos arrancas del egoísmo impulsándonos a luchar contra la explotación, ten piedad de nosotros. Tú que estás con el padre viviendo la plenitud del amor, ten piedad de nosotros. Tú que estás donde vamos a estar todos, ten piedad de nosotros.

Padre Carlos Mugica. Misa para el Tercer Mundo.


Meditaciones en la villa

SEÑOR, perdóname por haberme acostumbrado a ver que los chicos que parecen tener ocho años tengan trece; SEÑOR, perdóname por haberme acostumbrado a chapotear por el barro. Yo me puedo ir, ellos no; SEÑOR, perdóname por haber aprendido a soportar el olor de las aguas servidas, de las que puedo no sufrir, ellos no. SEÑOR, perdóname por encender la luz y olvidarme que ellos no pueden hacerlo. SEÑOR, yo puedo hacer huelga de hambre y ellos no: porque nadie puede hacer huelga con propio hambre. SEÑOR, perdóname por decirles "no solo de pan vive el hombre" y no luchar con todo para que rescaten su pan. SEÑOR, quiero quererlos por ellos y no por mí. SEÑOR, quiero morir por ellos, ayúdame a vivir para ellos. SEÑOR, quiero estar con ellos a la hora de la luz.

Carlos Mugica, 1972. En: Liliana Caraballo, Noemí Charlier y Liliana Garulli. La Dictadura. Testimonios y Documentos. Buenos Aires, EUDEBA, 1997.