Entrevista a Agustín Tosco

“[…] La lucha comienza al reprimir la policía. Los compañeros del SMATA, los trabajadores de IKA-Renault que venían avanzando, los compañeros de Luz y Fuerza que se concentran frente a la empresa, los compañeros de cerveceros, del vidrio, de distintas concentraciones en la periferia de la ciudad, venían avanzando hacía el centro para hacer una gran concentración pues ése era el objetivo. Y todos estos compañeros fueron atacados por la policía, especialmente los mecánicos y los de Luz y Fuerza. Ahí es cuando surge la capacidad de lucha de los trabajadores, porque todo esto venía precedido de una serie de represiones en distintos lugares del país, incluso en Córdoba. Ya había muertos: los casos de Hilda Guerrero de Molina en Tucumán, de Cabral en Corrientes, de Bello y Blanco en Rosario y todas estas represiones habían provocado gran indignación. La situación era que la policía estaba matando gente y no había defensas para ello. Entonces se decidió enfrentar a la policía, de forma que no pudiera seguir matando gente impunemente. Cuando los compañeros enfrentan a la policía, se hacen las barricadas, se atrincheran, digamos así, los contingentes obreros y estudiantiles. La policía entonces retrocede. […] Esto comenzó a las once de la mañana, y a las cinco de la tarde debió intervenir el Ejército. Más o menos nosotros calculamos que hubo unas 50.000 personas en la zona de la ciudad que estaban en la calle con sus barricadas y ya se habían tornado el centro, el Barrio Clínicas, que es el lugar donde están fundamentalmente radicados los estudiantes. A la noche se produjo un apagón de luz que duró más de cuatro horas, y fueron tomadas las comisarías, las sedes de la policía en la periferia. El Ejército, en alguna medida logró desalojar el centro. Hacía fuego indiscriminadamente. […] Al otro día nosotros caímos presos. Nos esperaron y nos llevaron a la policía. Entró, al Sindicato de Luz y Fuerza, la Gendarmería Nacional, y nos encontró aquí, por-que el día 30 de mayo nosotros teníamos una reunión. […] Llegaron los gendarmes con las metralletas haciendo fuego, nos arrinconaron y nos detuvieron a todos. Nosotros ya sabíamos que había habido muchos muertos. Oficialmente se dijo que hubo 34 muertos, 400 heridos y 2000 presos. Cuando nos detuvieron nos llevaron a una de las sedes militares […] y nos juzgaron tribunales militares. […] En total hubo 34 condenados a la cárcel. Como se había declarado la huelga general por tiempo indeterminado, vino el general Lanusse que era comandante en jefe del Ejército y levantó todos los tribunales militares y dejó al resto de los detenidos en libertad a los cinco días, porque se les ponía muy dura la resistencia. Así retornó la calma En realidad, el Cordobazo fue una rebelión obrera y popular. Alguna gente nos preguntó por qué no habíamos tomado la Casa de Gobierno. Es sencillo: fue porque no estaba planteado tomarla. […]”

Tosco, Agustín. Entrevista del periodista francés François Gèze. 1973. En Jorge Lannot et al. Agustín Tosco, conducta de un dirigente obrero. Buenos Aires. CEAL, 1984.