ilustración: Gustavo Damiani
¿Por qué esta propuesta?
¿Qué es el movimiento expresivo?
Una conducta motora con acento en el área afectiva, donde existe intencionalidad de transmitir un mensaje;
un lenguaje de primera instancia de técnicas orientadas hacia algún estilo predeterminado de danza
(folclórica, moderna, clásica...) que se da sin aprendizajes previos; una forma de danza.
¿Por qué incluir el movimiento expresivo en las clases de Educación
Física?
- Porque está estrechamente ligado a determinadas características evolutivas de los niños:
espontaneidad y frescura en las respuestas motoras; un buen nivel de desinhibición; capacidad de juego
simbólico; inclinación natural a exteriorizar emociones y sensaciones a través del
movimiento.
- Porque lo reconocemos como un agente más de la Educación Física. Estimula la
fantasía de movimiento que se necesita en todos los ámbitos de la Educación Física e
introduce la creatividad que complementa la adquisición de las pautas de movimiento fijas en las
demás áreas de ejercitación." (Porstein, A. y Bird, J.)
Todos los chicos tienen, entonces, cualquiera fuese su potencial actual, posibilidad de expresar con el movimiento
de su cuerpo, el sonido de su voz, el manejo de objetos y el juego con el compañero, "lo que ven, oyen,
sienten y/o imaginan" (Stokoe, P.).
Pautas metodológicas
Aportes para la planificación de las clases
- Exploración sensorial y/o exploración por la acción a la que se somete a un objeto.
- Traslación de una misma acción a diferentes partes del cuerpo hasta "jugar" su esencia,
improvisando libremente.
- Evocación de una situación (recientemente vivida, o no).
- Juego del "como si", mediante la transfiguración de los objetos al asociarlos con otras
imágenes: el bastón es la barra del equilibrista o un catalejo; el pañuelo es una capa, un
delantal, un sombrero.
- Imitación (simultánea o diferida).
Recursos desde los cuales organizar propuestas de movimiento:
- Estímulos sensoriales visuales, sonoros, táctiles y olfativos; imágenes y/o situaciones
dramáticas.
Actividades sugeridas
- Jugar, a través del movimiento, de gestos o de posiciones corporales, al Adivina-adivinador:
¿Qué estoy haciendo? (una acción, un oficio, un personaje...). ¿Qué animal
soy?
- Contarles, corporalmente, a los otros: ¿Qué grafismo encontré? ¿Qué sonido
escuché? ¿Qué dibujo (figurativo) encontramos con mi grupo? ¿En qué posiciones
estaban los muñecos dibujados en nuestra hoja?
- Moverse según un estímulo sonoro (grabado o emitido por el docente).
- Corporizar distintas características de los objetos a partir de una exploración sensorial (suave,
rugoso, frío, liviano, tamaño, forma...).
- Corporizar distintas posibilidades de movimiento o acción de los objetos a partir de una
exploración por la acción (rodar, inflar, sacudir, estirar, arrugar...).
- Expresar con el rostro (morisquetas, espejos, reproducciones al tacto, diálogos con muecas...).
- Colocar distintas partes del cuerpo de un modo (una por vez) para que un compañero arme a partir de
esa postura una estatua que la copie.
- Adoptar con la cara expresiones variadas, para que un compañero o compañera las dibuje, con
crayones, en una hoja de papel. Usar una de las caras dibujadas como careta y desplazarse adoptando una
posición corporal acorde a ella.
- Evocar una situación (recientemente vivida o no): ¿cómo sube la espuma de una bebida
gaseosa?
- Imitar a otro/s, destacando algún aspecto: el balanceo de los brazos, los gestos faciales, etc.
- Jugar al "como si", con la transfiguración de los objetos (si este palo no fuera un palo,
¿qué otra cosa podría ser? (un cohete, una espada, un lápiz grande, un caballo...) y
llevarlo a la acción corporal.
- Juegos dramáticos en los que los niños inventen la historia y aborden los personajes jugando las
distintas situaciones.
Aspectos a tener en cuenta
¿Cuál debería ser la actitud docente? El objetivo de nuestro quehacer es posibilitar que el
alumno acceda a un lenguaje corporal creativo que enriquezca los canales de comunicación y expresión
(corporal).
Es muy importante conocer al niño, respetarlo tal cual es, y tender realmente a una educación
liberadora de su personalidad. Nuestras incentivaciones debieran estar dirigidas a lograr respuestas que le
pertenezcan, sin moldes prefijados, respetando su historia, su personalidad, su cuerpo. Le ayudaremos, así, a
que aprenda a conocerse a sí mismo y a conocer también a los demás.
Teniendo en cuenta que movimiento y sonido se relacionan desde siempre, proponemos que la música se integre
al movimiento, entonces, no es imprescindible la presencia del sonido durante todo el trabajo, como un lenguaje
más, brindando de esta forma mayores posibilidades creativas.
Es importante también que cuando la música se haga presente, se cuide que cumpla su verdadera
función dentro de la tarea: sensibilizar auditivamente a los niños e incentivar el movimiento, evitando
dispersiones y propiciando, además, la investigación sonora (Jaritonsky, P. y Gianni, C.).
Aportes sobre el tema
Penchasky, M. y Eidelberg, A., La expresión corporal en la escuela primaria. Un recurso
didáctivo, Plus Ultra, Buenos Aires, 1980.
Jaritonsky, P. y Gianni, C., El lenguaje corporal del niño preescolar, Buenos Aires, Ricordi,
1978.
Stokoe, P., La expresion corporal y el niño. Buenos Aires, Ricordi, 1968.
Wiener, J. y Lidstone, J., Movimiento creativo para niños. Un programa de danza para la clase,
Barcelona, Elicien.
Ministerio de Educación
Programa Nacional de Innovaciones Educativas