Estrategias explicativas, la analogía

Autora: Ruth Kaufman Responsable disciplinar: Pamela Archanco Área disciplinar: Lengua Temática: La explicación Nivel: Secundario, ciclo básico Secuencia didáctica elaborada por Educ.ar

Introducción a la actividad

Lectura de textos explicativos. Identificación de estrategias diferentes: definición y analogía.

Objetivo de la actividad

A través de estas actividades, se profundizará el conocimiento del texto explicativo, su forma, sus recursos. Además, se ejercitará su lectura comprensiva y producción.

Objetivos pedagógicos

Actividad 1:

Les sugerimos que, para comenzar, lean con sus alumnos solo el título del texto y comenten qué tipo de texto esperan a partir de ese título. La idea es trabajar intuitivamente, primero, las nociones de definición y explicación.

¿Qué es el efecto “invernadero”?

Luego, les sugerimos pedirles que escriban cuál es el objetivo principal que, a su entender, se ha planteado la persona que escribió el texto que leerán a continuacióny cuáles son los conocimientos que debe tener para llevarlo a cabo. La idea es debatir para comprender que el emisor de un discurso explicativo debe tener conocimientos sobre el tema que tratará y sobre el auditorio.

(Será interesante debatir cómo cada página web, si bien no conoce a todos sus destinatarios, recorta un público y se dirige a él. Para comprender esto pueden invitarlos a leer sobre el efecto invernadero en Eco pibes y realizar comparaciones).

Actividad 2:

Ahora les sugerimos las siguientes actividades para que sus alumnos avancen en la lectura comprensiva del texto.

1) Leer con sus alumnos el siguiente texto: ¿Qué es el efecto “invernadero”?


Cuando decimos que un objeto es “transparente” porque podemos ver a través de él, no queremos necesariamente decir que lo puedan atravesar todos los tipos de luz. A través de un cristal rojo, por ejemplo, se puede ver, siendo, por tanto, transparente. Pero, en cambio, la luz azul no lo atraviesa. El vidrio ordinario es transparente para todos los colores de la luz, pero muy poco para la radiación ultravioleta y la infrarroja. Pensad ahora en una casa de cristal al aire libre y a pleno sol. La luz visible del Sol atraviesa sin más el vidrio y es absorbida por los objetos que se hallen dentro de la casa. Como resultado de ello, dichos objetos se calientan, igual que se calientan los que están fuera, expuestos a la luz directa del Sol. Los objetos calentados por la luz solar ceden de nuevo ese calor en forma de radiación. Pero como no están a la temperatura del Sol, no emiten luz visible, sino radiación infrarroja, que es mucho menos energética. Al cabo de un tiempo, ceden igual cantidad de energía en forma de infrarrojos que la que absorben en forma de luz solar, por lo cual su temperatura permanece constante (aunque, naturalmente, están más calientes que si no estuviesen expuestos a la acción directa del Sol). Los objetos al aire libre no tienen dificultad alguna para deshacerse de la radiación infrarroja, pero el caso es muy distinto para los objetos situados al sol dentro de la casa de cristal. Solo una parte pequeña de la radiación infrarroja que emiten logra traspasar el cristal. El resto se refleja en las paredes y va acumulándose en el interior. La temperatura de los objetos interiores sube mucho más que la de los exteriores. Y la temperatura del interior de la casa va aumentando hasta que la radiación infrarroja que se filtra por el vidrio es suficiente para establecer el equilibrio. Esa es la razón por la que se pueden cultivar plantas dentro de un invernadero, pese a que la temperatura exterior bastaría para helarlas. El calor adicional que se acumula dentro del invernadero –gracias a que el vidrio es bastante transparente a la luz visible, pero muy poco a los infrarrojos–, es lo que se denomina “efecto invernadero”. La atmósfera terrestre consiste casi por entero en oxígeno, nitrógeno y argón. Estos gases son bastante transparentes tanto para la luz visible como para la clase de radiación infrarroja que emite la superficie terrestre cuando está caliente. Pero la atmósfera contiene también un 0,03 por 100 de dióxido de carbono, que es transparente para la luz visible, pero no demasiado para los infrarrojos. El dióxido de carbono de la atmósfera actúa como el vidrio del invernadero. Como la cantidad de anhídrido carbónico que hay en nuestra atmósfera es muy pequeña, el efecto es relativamente secundario. Aun así, la Tierra es un poco más caliente que en ausencia de dióxido de carbono. Es más, si el contenido en dióxido de carbono de la atmósfera fuese el doble, el efecto invernadero, ahora mayor, calentaría la Tierra un par de grados más, lo suficiente para provocar la descongelación gradual de los casquetes polares. Un ejemplo de efecto invernadero a lo grande lo tenemos en Venus, cuya densa atmósfera parece consistir casi toda ella en anhídrido carbónico. Dada su mayor proximidad al Sol, los astrónomos esperaban que Venus fuese más caliente que la Tierra. Pero, ignorantes de la composición exacta de su atmósfera, no habían contado con el calentamiento adicional del efecto invernadero. Su sorpresa fue grande cuando comprobaron que la temperatura superficial de Venus estaba muy por encima del punto de ebullición del agua, cientos de grados más de los que se esperaban.

2) En realidad, la noción “efecto invernadero” puede comprenderse en dos sentidos: uno propio, y el segundo, extendido. Identificar en el texto los párrafos que describen el efecto invernadero propiamente dicho.

Identificar los párrafos en los que se extiende esta noción al funcionamiento de la atmósfera terrestre.

3) Identificar la función que cumple el último párrafo del texto.

4) Identificar y copiar la oración en la que se presenta una definición de “efecto invernadero”. Si los alumnos tienen dificultades para ubicar la definición (al final del sexto párrafo), pueden darles como guía que busquen la frase “efecto invernadero” junto a frases verbales del tipo “se denomina”, “se refiere a”, “se llama”.

5) Realizar un resumen del texto en forma individual.

Pueden copiar y pegar los párrafos que desarrollan el concepto extendido y la oración en la que se presenta la definición. Luego deberán trabajar en la unión de estos para lograr un resumen del texto que funcione como texto independiente. Para hacerlo, pueden utilizar el procesador de textos disponible en los equipos portátiles.

Actividad 3:

El concepto mismo de efecto invernadero aplicado a la atmósfera terrestre se ha construido en base a la figura retórica de la analogía.

Les proponemos que construyan con sus alumnos un modelo en el que se puedan visualizar las relaciones de semejanza que existen entre un invernadero y el planeta Tierra con su atmósfera. Señalar qué elementos en común existen entre ambos hechos.

Actividad 4:

Les sugerimos que los alumnos vean el video El efecto invernadero, de Alejandro Aguilar Sierra. Documental corto, ganador del premio Guillermo Zúñiga de la Asociación Española de Cine Científico en el Festival de Video Científico de la Habana, Cuba, 2006.

En la discusión posterior al video, podrán profundizar en su comprensión del contenido científico adquirido.

Glosario para el docente

Definición Consiste en la delimitación del problema. Al objeto que se quiere definir se le atribuyen características que lo identifican como perteneciente a una clase. Son frecuentes las expresiones verbales del tipo: se llama, se refiere a, se define como, está constituido por, contiene, etcétera. Ejemplo: “Los ordenadores son dispositivos electrónicos automáticos que realizan tareas complejas dividiéndolas en otras más sencillas que resuelven con rapidez. Todos los ordenadores tienen cuatro partes básicas, llamadas unidades”. ¿Qué es explicar? Explicar es hacer entender un concepto o una situación. Explicamos cuando creemos que algo no está suficientemente claro o no ha sido comprendido por nuestro interlocutor. Al acometer un acto explicativo ponemos todo el empeño en aclarar aquellas ideas o conceptos que ofrecen alguna dificultad. La explicación está estrechamente unida a la actividad pedagógica. En la enseñanza, tan importante como dar información y mostrar nuevos conceptos es hacerlo de forma explicativa, es decir, orientar la presentación de la información de manera que se adecue a las necesidades y los conocimientos de los destinatarios y haga posible la comprensión. El ámbito científico académico y del conocimiento en el que normalmente se ha situado al texto explicativo –aunque nos pasamos la vida explicándonos a nosotros mismos y explicándoles el mundo a los demás– ha dado lugar a una cierta confusión terminológica y conceptual entre la explicación y otra forma de organización textual con la que guarda ciertas semejanzas: la exposición. Adam (1997) y sus seguidores (Bassols, 1997) han empezado por establecer la diferencia entre ambas actividades: mientras que en la exposición el objetivo es informar ordenadamente sobre una materia, en la explicación, el objetivo es hacer comprender a alguien cómo es, cómo funciona o por qué se produce un hecho o una actividad. A lo largo de una explicación puede incluirse la exposición de algún aspecto mediante una descripción técnica o una descripción de acciones, pero es la finalidad general de la acción verbal discursiva –hacer comprenderla– que da a un texto su carácter explicativo. De todo lo dicho hasta ahora se deduce la importancia que la información pragmática posee en la elaboración de una secuencia explicativa. Una definición clara de los fines comunicativos: ¿Cuál es el objetivo de la explicación? ¿Con qué finalidad se realiza? Y una hipótesis lo más aproximada posible sobre el destinatario: ¿A quién se dirige la explicación? ¿Qué sabe el destinatario? resultan imprescindibles a la hora de producir un texto explicativo.

Marimón Llorca, Carmen Centro. Universidad de Alicante. Departamento de Filología Española, Lingüística General y Teoría de la Literatura.

Asignatura: Análisis y Redacción de Textos (Español).


El ejemplo y la analogía

Una analogía permite poner en relación dos objetos de distinto campo tomando en cuenta las relaciones de semejanza que existen entre ambos.

I                                                                              II

idea a explicar                                                analogía

Las columnas I y II representan dos grados de conocimientos distintos: el primero es más abstracto y difícil de elaborar; el segundo, más concreto y claro. La analogía permite, así, establecer una relación entre diversos niveles de conocimiento.

Bibliografía / webgrafía recomendada

Cátedra de Semiología Arnoux. Talleres de lectura y escritura. Eudeba, 1999.

Repositorio institucional de la Universidad de Alicante