Actividad 1

Documento 1: El debate “sobre las carnes” en el Senado de la Nación

El 1 de mayo de 1933, el vicepresidente Julio Argentino Roca (hijo) firmó en Londres el Pacto Roca-Runciman que ampliaba la cuota de exportación de carne vacuna al Reino Unido y sus colonias, pero establecía que el 85% del total de las exportaciones debía realizarse por medio de frigoríficos extranjeros. Adicionalmente, se suscribieron cláusulas secretas que garantizaban el monopolio de los medios de transporte en manos de empresas inglesas y creaban el Banco Central de la República Argentina con preeminencia de capitales ingleses. Con motivo del pacto, el Vicepresidente argentino realizó la siguiente declaración: “La geografía política no siempre logra en nuestros tiempos imponer sus límites territoriales a la actividad de la economía de las naciones. Así ha podido decir un publicista de celosa personalidad que la Argentina, por su interdependencia recíproca es, desde el punto de vista económico, una parte integrante del Imperio Británico.” En 1935 Lisandro de la Torre inició una investigación sobre el comercio de carne, puesto que en el marco del Pacto Roca-Runciman esta actividad se encontraba sospechada de corrupción. En ese contexto, respondió dicha afirmación en los siguientes términos: “El gobierno inglés le dice al gobierno argentino ‘no le permito que fomente la organización de compañías que le hagan competencia a los frigoríficos extranjeros’. En esas condiciones no podría decirse que la Argentina se haya convertido en un dominio británico, porque Inglaterra no se toma la libertad de imponer a los dominios británicos semejantes humillaciones. Los dominios británicos tienen cada uno su cuota de importación de carnes y la administran ellos.” La investigación se hizo pública en el Senado de la Nación en julio de 1935, en las que Lisandro de la Torre acusó al frigorífico Anglo de evasión impositiva y señaló la existencia de un entramado de corrupción que involucraba al gobierno del presidente Agustín P. Justo, y en particular, al Ministro de Hacienda, Federico Pinedo y al Ministro de Agricultura, Luis Duhau. El Ministro de Agricultura llegó a amenazar en medio de la sesión al senador denunciante: “¡Ya pagará bien caro todas las afirmaciones que ha hecho!” Fuente: Wikipedia

Documento 2: Lisandro contra “una coalición formidable de intereses”

“Al fundamentar su proyecto de comunicación, don Lisandro reseña la crisis de la ganadería argentina, acentuada luego del Convenio de Londres, para decir como corolario: ‘esta es la obra del monopolio’. (…)

La expectativa suscitada en torno al debate es inmensurable. (…) Son las calumnias de siempre que presentan a nuestro hombre como un espíritu violento, rencoroso, envenenado. Pero no se satisfacen con la difusión de esa leyenda, sino que movilizan en la barra del Senado a empleados públicos y matones de comité. (…) ’Estoy solo enfrente de una coalición formidable de intereses; estoy solo enfrente de empresas capitalistas que se cuentan entre las más poderosas de la tierra; estoy solo enfrente de un gobierno cuya mediocridad, en presencia del problema ganadero, asombra y entristece; y así solo, me batiré en defensa de una industria argentina esquilmada e inerme (…)’ [dice en su exordio introductorio]

(…) ‘Debemos tratar con Inglaterra –dice- en términos cordiales, de igual a igual, como tratan las naciones soberanas; podemos y debemos ofrecerle a Inglaterra amplias ventajas, pero si no son apreciadas y si nos pretende tratar como a una factoría, podemos y debemos tomar represalias’.

 (…) El clima del debate se enrarece hasta la violencia (…). Hasta la barra participa activamente de la polémica. Abundan en ella los partidarios de los ministros, empleados públicos y sujetos de comité llevados especialmente para armar bochinche (…)

 Y llega el instante en que don Lisandro inicia su contrarréplica. Los ministros han deformado sus razones, y cuando él ha querido interrumpirles, la mayoría perfectamente identificada con ellos, entraba a golpear sus pupitres para impedir la aclaración. (…) Y como parte de ese plan han demorado la aprobación del diploma del senador santafesino y correligionario de don Lisandro, doctor Enzo Bordabehere (…).

Una a una destruye las invenciones y las falsedades con que los ministros han intentado cubrir audazmente su derrota. (…) El secretario de Hacienda se mueve inquieto en su asiento e interrumpe con frecuencia al orador. (…)

El plan de amordazarlo con puñetazos en el pupitre o voces destempladas (…) ya no es eficaz en esta emergencia. Entonces buscan otros medios para enmudecer a ese ‘gran fiscal de la patria’. Le piden prestado a un conocido terrateniente su guardaespaldas y le imparten instrucciones. Arriba el tercer día de la contrarréplica. Apenas Lisandro de la Torre ha retomado el curso de su exposición (…) interviene el ministro de Hacienda, aludiendo ofensivamente a de la Torre. (…)

Y en medio de la confusión suenan disparos de revólver. Cuando se restablece la calma se comprueba que el doctor Bordabehere, baleado por la espalda, agoniza. (…)

Todavía tiene don Lisandro que someterse a un trance que le resulta penoso: dar una reparación por las armas al ministro de Hacienda. Simultáneamente a la orden del juez, dispara al aire, en tanto su adversario apunta cuidadosamente, pero sin éxito.”


Larra, Raúl. Lisandro de la Torre. El solitario de Pinas. Hyspamérica. Buenos Aires, 1988.