Formación Ética y Ciudadana tiene como propósito brindar herramientas para que los alumnos sean capaces de compartir proyectos dentro de una sociedad democrática. El objetivo es formar ciudadanos capaces de "participar" en la sociedad. Quien participa "forma parte" de algo que va más allá del sujeto participante (la familia, los grupos sociales, la comunidad nacional o internacional). No obstante "formar parte" es apenas un aspecto de este concepto.
Pues, participar es también "tomar parte" de la vida y el destino de las agrupaciones que integramos. Esto significa: intervenir, opinar, y sobre todo, decidir sobre las cuestiones que tienen que ver con el grupo mediante acuerdos. Así es como el diálogo y la participación se constituyen en pilares del área.
Sin embargo, la interacción entre los participantes puede generar conflictos debido a la diversidad de gustos, valoraciones e intereses, los que -muy a menudo- pueden verse enfrentados. Por esta razón, es imprescindible movilizar a las partes hacia procesos de resolución no violentos. Esto requiere el desarrollo de diversas capacidades y, en especial, de la capacidad de "escucha atenta", como así también la capacidad de respetar las opiniones del otro y su consideración durante la formulación de las propuestas para solucionar conflictos.
Se recomienda comenzar la actividad con la narración de un cuento, relato o caso en el que se presente algún conflicto que sea de interés para los chicos, por ejemplo el caso de las "chicas que querían, pero que no podían jugar al fútbol".
Los chicos del 8º año del EGB 3 de la escuela pública "X" recién se empezaban a conocer. La mayoría provenían de diferentes escuelas. La docente de Formación Ética y Ciudadana les propuso hacer de la clase una "experiencia democrática". Para ello decidieron crear una "Asamblea del Aula". Todos los alumnos de ese año tenían derecho a participar, como así también los docentes. Allí se debatiría, deliberaría y se decidiría sobre actividades, objetivos y formas de aprendizaje. En sus comienzos no resultó fácil. No estaban acostumbrados a dialogar, debatir y deliberar. Sin embargo, continuaron.
Finalizadas las vacaciones de invierno llegó la buena nueva. El gimnasio de la escuela estaba terminado: una cancha de fútbol cinco y una de volley. Más allá de la hora de educación física, los chicos podían disponer del gimnasio los días jueves durante el recreo largo. "Si el recreo largo dura unos 20 minutos, podremos jugar dos tiempos de 10 minutos, calculaban los chicos de 8º año. Sin embargo, transcurrido el mes de agosto comenzaron los conflictos. Los partidos de volley eran mixtos. Los de fútbol, no. Las chicas querían jugar al fútbol. Los chicos no querían partidos mixtos... pues...: "La mayoría de las chicas son pataduras", gritaban Juan y Diego. "Claro, si todas jugaran como Nadia, entonces no tendríamos problemas.
Es la única forma de que el partido mantenga su ritmo", admitía Hernán. "Nadia juega excelente, pero... el fútbol es un juego de pibes", pensaba Rodrigo y Miran asentía. "Y si nunca tenemos la posibilidad de jugar... cuándo mejoraremos...", replicaban Úrsula y Soledad. "Y... por qué mejorar... ¿En qué reglamento de fútbol está escrito que sólo puedan jugar los habilidosos...?", decía José. "Y quién habló de fútbol mixto... yo prefiero jugar entre chicas", agregaba Lorena.
El jueves pasado las chicas armaron dos equipos y se propusieron jugar. Los chicos ya estaban instalados en la cancha. No escucharon el reclamo de las chicas. Entonces ellas decidieron armar una "sentada" en el medio de la cancha. Sonó el timbre. Se levantó la sentada. Los alumnos y alumnas se convocaron en Asamblea para debatir y encontrar alguna solución al conflicto.
Para trabajar el conflicto en forma participativa se propone una técnica de simulación 1. Esto significa que los estudiantes tienen que ponerse en el lugar de los chicos del 8º año del EGB 3 de la escuela "X" y que, desde ese lugar deben formular propuestas para solucionar el conflicto. Se recomienda que los estudiantes trabajen en grupos de no más de cinco chicos las consignas que presentamos a continuación:
Le recomendamos especialmente que, durante el plenario, sean resaltadas las condiciones que favorecen la resolución de los conflictos en forma participativa y no violenta, es decir: análisis del conflicto (determinación de las partes, del problema y su origen, de los intereses de cada uno de los implicados), la escucha atenta, el respeto de las opiniones de los otros, la formulación de propuestas, la ponderación de las ventajas y desventajas de cada uno de las propuestas, el tratar de convencer al otro a través de buenos argumentos y no por medio del uso de amenazas u otra forma de violencia, la búsqueda de una solución que de alguna manera contemple los intereses de todos y no que sólo trate de maximizar los intereses de uno o de unos pocos.
Consideramos que la narración presentada como "caso simulado" permitirá que los alumnos se puedan identificar con algunos de los personajes sin necesidad de abordar directamente un conflicto concreto del aula. Sin embargo, como fruto del diálogo sobre el caso hipotético los alumnos podrán plantear conflictos reales existentes en el grupo, y usted podrá incentivarlos en esa tarea mediante preguntas como las siguientes: ¿ustedes piensan que en la escuela algunos conflictos podrían ser solucionados más fácilmente si las partes se escucharan atentamente y no buscaran sólo maximizar sus intereses? ¿y si cada propuesta considerara los intereses de las otras partes en el conflicto?
Si a partir de esta reflexión, surge el planteo de problemas reales del aula o de la escuela, será recomendable tratar el conflicto ya que la presente actividad se propone extender el trabajo participativo a las situaciones cotidianas que involucren a los chicos. Será muy provechoso que los estudiantes se habitúen a resolver los conflictos que surgen entre ellos, con el fin de "prepararse" también para resolver otros posibles conflictos que puedan aparecer en otros ámbitos.
En esta propuesta se da por supuesto que los chicos ya realizaron tareas relacionadas con el "escuchar atento". Sin embargo si el tema aún no hubiera sido trabajado, se podrán realizar adaptaciones para el Tercer Ciclo de las actividades que figuran en las Propuestas para el aula: EGB 1 N° 3,¿Quién tiene la razón?; EGB 1 N° 7,¿Qué significa tener derechos?; EGB 1 N° 8, Cuéntame tu juego... y jugaremos; EGB 2 N° 8,Y en el aula, codo a codo, somos mucho más que dos.
Por último, también se podrá "asistir" al proceso de solución colectiva y participativa de algún conflicto de la comunidad local, nacional o internacional. Durante esta actividad, se podrá analizar, por ejemplo, en qué etapa de la resolución del conflicto se encuentran las partes. Si el conflicto ha sido solucionado, se podrá determinar si la propuesta escogida contempla en forma razonable los intereses de todos los afectados. Si el conflicto no ha podido ser solucionado, se determinará en qué etapa quedó paralizado y por qué. Y finalmente, si se llegó a un acuerdo, se intentará determinar si éste se cumple o, en caso contrario se establecerán las posibles razones de su incumplimiento.