El bien común es la base de la existencia y del desarrollo de una sociedad. Su objetivo es la riqueza común, es decir, el conjunto de principios, reglas, instituciones y medios que permite promover y garantizar la existencia de todos los miembros de una comunidad y se basa en relaciones de solidaridad. Este objetivo comunitario implica reconocimiento, respeto y tolerancia.
Además, toda sociedad requiere que sus integrantes desarrollen un sentimiento de pertenencia al grupo humano que conforman, pues durante el devenir histórico de cada sociedad este sentimiento brindará cohesión y configurará su identidad. Esta identidad particular pasará a integrar el patrimonio común de la sociedad bajo la forma de costumbres, principios, reglas, etcétera.
En las sociedades democráticas, las personas tienen libertad para asociarse con fines útiles, o sea, para intervenir con otros en favor de objetivos comunes. Esta libertad de asociación ha dado lugar al surgimiento de numerosas instituciones, generalmente llamadas organizaciones comunitarias u ONGs (organizaciones no gubernamentales) que responden a distintos objetivos. De este modo, por ejemplo, los vecinos suelen formar asociaciones vecinales o sociedades de fomento o los trabajadores se reúnen en sindicatos para reclamar mejores condiciones de trabajo.
También hay organizaciones que se nuclean en torno a otros fines específicos: asociaciones culturales, cooperadoras, clubes deportivos, cooperativas, bibliotecas populares, agrupaciones defensoras del medio ambiente o de los derechos de los consumidores. Por otro lado, la problemática situación social de los últimos años ha originado el surgimiento de nuevas organizaciones solidarias, que procuran garantizar a los ciudadanos las mínimas condiciones necesarias para el desarrollo de una vida digna: comedores escolares, bolsas de trabajo, ollas populares y jardines maternales, entre otras.
Si le parece conveniente, será posible iniciar la actividad con la lectura de algún artículo periodístico, preferentemente de actualidad y de repercusión local. Si su escuela está ubicada en una gran ciudad, le sugerimos que la noticia disparadora sea tomada de algún periódico barrial, pues seguramente abrirá una temática en la cual los alumnos podrán estar o sentirse más directamente involucrados.
Cuando los alumnos hayan concluido la lectura de la noticia, formarán pequeños grupos y realizarán un análisis considerando: cuál es el problema sobre el que versa la nota, cuáles son sus causas, a quiénes afecta, quiénes deberían encarar la solución del problema, quiénes son los que realmente se están movilizando para encontrar soluciones, cómo lo hacen (individualmente o a través de organizaciones intermedias, en ese caso qué instituciones), quiénes están colaborando aun cuando no se encuentren directamente afectados, qué logros están alcanzando y si podrían ser más efectivos uniendo sus esfuerzos.
Otra posibilidad para investigar cómo funciona la solidaridad comunitaria para solucionar problemas será proponer y guiar a los alumnos para que releven la existencia de organizaciones comunitarias en la zona. De este modo, los niños podrán acercarse para conocer su trabajo y, además, ofrecer su colaboración en algún área o temática adecuada para su edad.
Este análisis le permitirá abrir el diálogo e introducir el tema del bien común y de las organizaciones que trabajan solidariamente para su logro. Durante la puesta en común, le sugerimos que intente recuperar algunas ideas previas que seguramente los niños ya poseen sobre el tema. Pues no olvide que, muy probablemente, algunas mamás, papás, u otras figuras cercanas a los alumnos estén vinculadas con organizaciones comunitarias. Esta información, además, será clave para que usted pueda conocer a algunas personas, quienes podrían aceptar con agrado una visita al aula para conversar con los niños o -eventualmente- para realizar una entrevista en la misma entidad donde trabajan. Tal vez, la primera y la más cercana a las asociaciones civiles con la que pueda contar para realizar la primera experiencia con los niños sea la propia asociación cooperadora de su escuela.
A fin de facilitar el diálogo entre los alumnos y los miembros de las asociaciones o de los grupos con los que le sea posible entrar en contacto, será conveniente que usted oriente la confección de un cuestionario escrito. De este modo, la información que vayan a relevar luego podrá ser puesta en común. También es posible que luego de esta tarea surja en el grupo la inquietud por alguna de las problemáticas con las cuales han entrado en contacto. Sería deseable, entonces, que estas inquietudes pudieran canalizarse a través de proyectos de aprendizaje servicio. De esta manera, se recuperarían desde la/s área/s correspondiente/s, los contenidos curriculares involucrados en aquella problemática con la que se decida trabajar.
A continuación, le presentamos como ejemplo una síntesis del proyecto: "Y en la calle,
¿cómo andamos?", de la Escuela N° 2, D.E. 16°; de la Ciudad de Buenos
Aires.1
La preocupación de los docentes por la densidad de accidentes de tránsito en el barrio de la escuela los llevó a motivar a sus alumnos de 5º a 7º grado para salir a observar cuál era el comportamiento de los peatones y de los conductores. Algunos niños hicieron registros escritos, otros fotográficos y fílmicos. A partir de esta información, pudieron identificar infracciones, sistematizar los datos y encarar acciones de difusión sobre seguridad vial para que alumnos, padres y vecinos respetaran las normas de tránsito. Éste fue el corolario de la actividad: los alumnos recurrieron a distintas radios barriales y a Radio Municipal, organizaron charlas para los padres y para los alumnos más pequeños, y confeccionaron afiches y volantes que distribuyeron por el barrio.
La experiencia del área de Formación Ética y Ciudadana dio pie al trabajo articulado con otras áreas curriculares: Educación Artística, Matemática y Lengua.
La propuesta de relevamiento de problemas que le hemos presentado mediante la anterior secuencia didáctica sirve para detectar necesidades y para evaluar la factibilidad de la realización de acciones en relación con distintos ámbitos. Cuando usted pueda concretar una entrevista entre sus alumnos y algún representante de la Asociación Cooperadora de la escuela, será conveniente que oriente el diálogo hacia el conocimiento de alguna necesidad, cuya satisfacción los alumnos estén en condiciones de cubrir mediante su activa intervención. Por ejemplo, podría pensarse en embellecer los espacios comunes pintando un mural en la pared exterior o en el patio de la escuela, cuidando las plantas o colaborando en la organización de algún festival.
Proyectar alguna tarea conjunta con la cooperadora escolar también sería una interesante manera de comenzar a ser solidarios "por casa", para comprender desde la práctica qué significa trabajar por el bien común (el propósito básico de esta propuesta).
Por otro lado, si usted logra concretar una salida al barrio, las informaciones que surjan de las entrevistas
podrán representar el inicio de otras actividades factibles de realizar entre la escuela y las organizaciones
no gubernamentales de su comunidad.
Como información complementaria le sugerimos la lectura de El bien común. Elogio de la solidaridad de Ricardo Petrella, Temas de Debate, 1997.