¿Como hacer que los chicos sean críticos?
Creo que uno de los principales problemas que se le plantean a la educación actual es esta absurdo objetivo omnipresente: que los alumnos desarrollen su capacidad crítica. Propongo reemplazarlo por otro objetivo más valioso: que desarrollen su capacidad de entusiasmo, de querer algo, de jugarse por sus ideas y sus proyectos, de desarrollar sus visiones. La crítica es un horizonte errado, en vez de ampliar su sensibilidad la limita haciendo pie en una actitud racionalista y paranoica.
Es cierto que la función crítica es parte importante del pensamiento, lo que es atroz es que la
confundamos con su función fundamental. El pensamiento debe ser una experiencia de creatividad, de
autoconocimiento, de expresión y desarrollo de los deseos, una forma de encuentro con otros. La Argentina
está enferma de crítica, sobresaturada de la mala costumbre de hacer de la crítica una virtud
cuando es apenas una función secundaria de la reflexión. Para quien se resista al planteo que propongo
quiero recordar que la crítica abunda en nuestra sociedad, y no así los logros que decimos querer con
tanto ardor, ¿no será hora de concluir que es un método errado? Convoco a los docentes a dejar
de lado el lugar común de la extrema importancia del pensamiento crítico y a desplegar en sus alumnos
un pensamiento entusiasta y lleno de ganas de vivir. El mundo no es una trampa, es un universo de riqueza y
posibilidades disponibles. De nuestra capacidad depende avanzar o no. La crítica no aumenta nuestras
capacidades, las disminuye. Seamos sinceros con nosotros mismos.