Documento 3

Separados por la distancia, la agreste geografía o las franjas territoriales bajo dominio indígena, estos centros de poder se integraron en torno a la figura carismática de caudillos locales. Los intentos de organización republicana fueron sustituidos por la autocracia y el personalismo. El acceso al poder pasó a depender del control de las milicias […] Los caudillos pugnaron por reivindicar el marco provincial como ámbito natural para el desenvolvimiento de la actividad social y política. [Por eso] el localismo no era una forma aberrante de organización social destinada a perpetuar en el poder a  caudillos voluptuosos, sino que respondía sobre todo a la modalidad que habían adquirido las relaciones de producción y los circuitos económicos en el territorio de la Provincias Unidas.

Oszlack, Oscar, La formación del Estado Argentino, Buenos Aires, Editorial Belgrano, 1982.